martes, 22 de abril de 2008

Serie Nacional de Beisbol: LA NARRACIÓN PERDIDA


“La gran final (estadio Capitán San Luis, Pinar del Río) fue lamentable, con una irrelevante premiación, sin colorido, o como decimos en buen cubano, sin sandunga. No hubo un solo fuego artificial, ni alegrías compartidas”

ZULIMA NICOLAU LAHERA*

La primera Liga del ALBA (Venezuela, 2007) propició familiarizarnos con otro tipo de narración deportiva: más espectacular, más dinámica, más comprometida, menos parcial. Se disfrutó de una narración sui géneris que mereció el elogio de toda Cuba.

El inicio del play off de la Serie Nacional de Béisbol, nos trajo otra grata sorpresa a los que vivimos fuera de la capital cubana: el primer desafío entre Pinar del Río e Industriales, llevado a la pantalla a través del Canal Habana.

Los jóvenes narradores dieron clases de la especialidad, con sus oportunos comentarios, profesionalidad, referentes históricos; respaldados por un espectáculo televisivo digno, concepciones variadas del ámbito deportivo. Su equipo perdía de manera apabullante y, ni así, hubo comentarios que demeritaran a ninguna de las novenas.

¿Sucede igual en la televisión nacional? ¿Goza de salud la narración beisbolera en la televisión cubana?


Si se le hacen estas preguntas a cualquier cubano o cubana, a no dudarlo, aflorarían muchas opiniones. ¿Lo evidente?, la parcialización con el equipo Industriales, “el mejor de la pelota cubana”, según algunos criterios.

Para estos… sus jugadores son los más espectaculares, los que realizan los mejores fildeos, los más elegibles para el equipo grande, incluyendo a su director.

Algunos narradores de la televisión nacional −con sus parcialidades y la creación de sus propias “estrellas”− le han impreso un sabor amargo, poco creíble y desaliñado a LA PASIÓN (tal es el nombre que suele darse a la serie). A tal punto se ha llegado, que algunas personas han optado tomar la narración del radio, y quedarse sólo con la imagen de la televisión.

Con la muerte de Eddy Martin, se perdió a una enciclopedia del béisbol, contrapartida de Héctor Rodríguez, que se ha quedado sin mucho que decir; a no ser la descripción tácita del juego: “el árbitro limpió el home, el director hace señas, el lanzador da un paseo por la lomita, el bateador pidió tiempo”….

Al televidente no le interesa, por ejemplo, si Olga Lidia, la madre de los Gourriell invitó a algún narrador a su casa…

La temprana salida de Industriales también pareció hacer mella en algunos de los narradores, que apostaron por un trabajo “sin pasión”, como si toda la magia se hubiera perdido…

Santiago de Cuba, demostró una vez más, a batazo limpio, quien manda en la pelota cubana; con un capitán de capitanes, Antonio Pacheco, ejemplo de lo que se puede lograr cu8ando hay talento, disciplina y un equipo (en cuatro años ha logrado tres títulos y un subcampeonato).

En la pelota, como en la vida, los resultados son lo que cuentan; ni las excentricidades, ni el culto a lo que fue.

Esperemos que la próxima serie traiga otros aires en la narración: sin parcialidad, sin comentarios epidérmicos, reiteraciones innecesarias, silencios… ¡La pasión no lo admite!, como no lo admite el público santiaguero, que sigue esperando por las verdaderas narraciones de sus victorias ante Villa Clara por la corona oriental y el juego de la gran final ante Pinar del Río.

La gran final (estadio Capitán San Luís, Pinar del Río) fue lamentable, con una irrelevante premiación, sin colorido, o como decimos en buen cubano, sin sandunga. No hubo un solo fuego artificial, ni alegrías compartidas, a no ser la de los santiagueros.

Si fuera Industriales el ganador, ¿cómo hubiera sido?

Los jugadores del equipo Industriales son los únicos que, aunque su equipo haya perdido, inundan las pantallas de la televisión cubana…

Así ocurrió, el sábado 19 de abril en el popular programa 23 y M, con anécdotas impensables hechas por peloteros invitados, que incluso, pusieron en entredicho la ilegalidad de las apuestas en Cuba, y el razonamiento de la policía; acentuando de paso, la discriminación hacia los que vivimos en la zona oriental del país, un tema preocupante que ha sido objeto de análisis en múltiples reuniones y eventos de carácter nacional.

¿Qué me dice usted?

* Directora de programas de la emisora Radio Siboney en Santiago de Cuba. Licenciada en la Facultad de Medios de Comunicación Audiovisuales del ISA.

2 comentarios:

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

Puede publicarse, y puede usarse mi nombre.
un amigo, Alberto Sicilia, me envió copia de la polémica.

He visto cómo se analizan mecánicamente las estadísticas del beisbol. Cuando uno escucha a ciertos comentaristas, da la impresión que si los pies están en el congelador y la cabeza en el horno, entonces, como promedio, el cuerpo tiene la temperatura adecuada. Por qué los play off no son lo mismo que la serie nacional. De entrada, es distinta la rotación del pitcheo: en vez de seis juegos a la semana, se juegan cuatro, a lo sumo cinco, además de que entre uno y otro play off siempre se tienen dos, tres, o, como pasó en semifinales, cuatro días de descanso. Esto permite que se concentre el pitcheo, y por eso Pinar del Río le ganó a Industriales. No fue una casualidad como quiere hacerse ver, sobre todo por ciertos cometaristas a quienes los ciega LA PASIÓN, sino que, si se trata de ganar tres, con Lazo, Baños y Maya es suficiente.
Otro ejemplo. En su enfrentamiento con La Habana, Sancti Spíritus dispuso de tres abridores que habitualmente son dominadores: Ismel, Peña y Noelvis, y de cinco buenos relevistas: Licor, Sosa, Socarrás, Aragón e Ifreidi. No usaron a Damichel, Brunet, Jorge Luis Pérez, Liusbani, etc, que solían botar los juegos que el pitcheo abridor dejaba con ventaja. De modo que uno de los dos factores negativos relevantes que conspiraron contra un mejor balance de victoris y derrotas de la clasificatoria, no existieron en el play off particular. La Habana tenía mejores pitchers que Sancti Spíritus, pero, por la razón antes explicada, Sancti Spíritus tuvo mejores relevos, y este factor influyó en el resultado final (La Habana se desangró en el primer juego que duró 17 inning) Segundo aspecto: la defensa. Sancti Spiritus jugó practicamente sin short stop durante toda la campaña: tuvo un desastroso 960 de promedio. Pero sacó de la manga un Raikel Morales de excelentes manos y que fue responsable de 28 outs en cuatro juegos. En fin, análisis de este tipo no se hacen nunca, y sí llover sobre mojado al repetir palabras como "sorpresa" o "casualidad". Los equipos habaneros siempre tienen que ser los mejores, salvo Metropolitanos, por supuesto, que es la vergüenza del beisbol nacional, y la prueba de los extremos a que llega la parcialidad. Creo que la capital debe tener dos equipos, en tanto cuenta con dos millones de habitantes, pero Metropolitanos no debería ser la sucursal de Industriales.
Por otra parte, también creo que durante un buen tiempo no vuelva a decirse que Industriales es el mejor equipo de la pelota cubana. Lo siguieron diciendo aún cuando Santiago había ganado dos de los tres últimos campeonatos. Quieren mayor prueba de fundamentalismo beisbolero. Quizá por culpa de estos comentaristas, el equipo Industriales -un gran equipo que cuenta con excelentes jugadores, y que por demás hacen gala de modestia y cultura cuando uno los oye hablar- tiene tantos adversarios en Cuba. Voto por Pacheco para managuer de la Selección Nacional, y voto también por Kindelán como entrenador de bateo. Verum factum, diría Vico. En fin, me parece que en todo lo relacionado con la televisión, el reclamo general es que las cosas se expresen con objetividad, palabra que, como se sabe, es antónima de favoritismo, injusticia, apasionamiento y parcialidad.

Un saludo cordial
Antonio Rodriguez Salvador

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

AHORA, como administrador del BLOG, sólo soy EL PUENTE HACIA COMENTARIOS QUE VAN LLEGANDO POR DIFERENTE VÍA, SIN CAMBIAR UNA LETRA.

Reinaldo Cedeño