Escultura al
soldado norteamericano. Parque San Juan
TEXTO Y FOTOS: Reinaldo Cedeño Pineda
Es difícil pensar que alguna
vez batieron los tambores de la guerra en un lugar tan apacible como la Loma de San Juan. Emerge del
pasado, como una isla, atrapada entre las cabañas de un hotel, el exotismo de
un zoológico y la noria de un parque de diversiones.
Es cierto, te recibe un enorme cañón. Fue arrancado al crucero español Reina Mercedes y emplazado en la bahía de Santiago de Cuba en el estertor del siglo XIX. Es cierto que las placas hablan de la guerra; pero todo parece tan lejano, y el aire es tan suave…
Sin embargo, en estos predios se libró el 1 de julio de 1898, una batalla
decisiva. Asomarse a las crónicas, revela el tesón de los defensores españoles,
enfrentados a las tropas norteamericanas en notable desproporción. Cientos
contra miles. Las tropas de Shafter contra las de Arsenio Linares. Una acción
en la que tomó parte Theodore Roosevelt, quien fuera luego presidente
de los Estados Unidos (1901-1909).
Trincheras norteamericanas.
Reconstrucción, Parque San Juan
En
San Juan se libró uno de los capítulos más importantes de una lid que
desprendió “la gema más preciada de la corona española”. El Congreso Nacional
de Historia de 1942, rectificó un error que
lamentablemente se repite aún:
“En la guerra de 1898, la victoria se obtuvo
gracias al apoyo decisivo del Ejército Americano por el Ejército Libertador,
mandado por su lugarteniente general Calixto García. Por tanto, debe llamarse,
no Guerra Hispano-Americana, sino Guerra Hispano-Cubanoamericana”.
Unos días después de la batalla en San Juan y tras el desastre naval hispano en la propia bahía santiaguera, se firmó el armisticio que puso fin a cuatro siglos de dominio español en Cuba. La ceiba que cobijó ese acontecimiento se conoce como Árbol de
Iniciativa del coronel José González Valdés
en 1928 y enriquecido en años sucesivos,
el Parque Histórico de San Juan y Árbol de la Paz
preserva las trincheras construidas por las tropas de Estados Unidos
para sostener las posiciones quitadas a los españoles. Es un lugar, que tal vez
como ningún otro, funde una triple huella histórica.
Monumento al
bravo soldado mambí. Parque San Juan
Camine despacio por las sendas y deténgase
en cada columna, entre las frondas. Descubrirá al lado de proyectiles y piezas
de artillería de diverso calibre, la tumba al “bravo soldado mambí desconocido”,
la guirnalda pétrea que recuerda la valentía ibérica y la escultura que
conmemora el paso del ejército norteamericano.
San Juan, en las afueras de la propia
ciudad de Santiago de Cuba, es un lugar ideal para tomarse un descanso. La
huella de la guerra está por doquier, pero aquí reina la paz.

El Árbol de la Paz con los libros de la
capitulación de las fuerzas españolas en Santiago de Cuba. Finales del siglo
XIX. La Ceiba original
se desplomó.
Um blog muito interessante!
ResponderEliminarSaludos de Portugal
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