domingo, 24 de abril de 2016

La CONJETURA CRÍTICA de LINA DE FERIA









Reinaldo Cedeño Pineda


En la clausura de la Feria del Libro, Santiago de Cuba, 24 de abril de 2016. 



¿Cual será el primer verso, la primera palabra que me habré leído de Lina de Feria? ¿Cuándo? ¿Acaso importa ya, después de tanta jungla y de tanto safari y de tantas soledades? 


Curiosamente, el año en que yo nací, 1968, el mismo de la Primavera de Praga y de los tanques en sus calles, el mismo en que comenzaron las bombas del Norte sobre el bambú vietnamita;  el 1968 en que se realizó en Cuba la llamada “ofensiva revolucionaria” y en que cayó Martin Luther King en busca de un sueño, Lina de Feria publicó su primer poemario Casa que no existía, libro que mereciera el año anterior, el codiciado premio David. También ella acariciaba un sueño, el de todo poeta, y permítanme un préstamo: “echar sus versos del alma”.


Pasaron años, pasaron muchas cosas, antes que un día tocara en su apartamento de la calle Línea. Llevaba la encomienda de la UNEAC, o mejor el sueño, de traer para las ediciones Caserón el libro de Libertad de Arriba, Contra los cadalsos. Ella y su hermana Dulma, confiaron en mí, y el libro después de algunos avatares (esos nunca faltan) vio la luz. Volaba al fin Libertad Dearriba, sobre todos los prejuicios, sobre todos los olvidos. 

Se lo agradecí en privado y ahora quiero aprovechar la oportunidad para hacerlo público. Oportuno, que no oportunista, que de esos estoy hasta el hartazgo. 

Gracias a ese paso inicial, y al del poeta León Estrada y la diseñadora Marta Mosquera (sea dicho con justicia) se recuperó una voz núbil, una voz trunca para la lírica cubana que andaba hasta entonces desgajada en alguna revista, sobrevolando la ciudad como espectro sin consuelo.


En el prólogo del libro de aquella muchacha que tan cercana le fuera, Lina apuntó una frase que a nadie dejará indiferente: “Libertad no ve la vida simple, sino el hueso de la vida”. Es una frase en la que se funden la metáfora luminosa del poeta con la mirada escrutadora del analista. En similar tono está escrito este libro: La conjetura crítica. Noventa páginas de la Editorial Extramuros, La Habana, 2015. Edición de Lourdes Cairo. 


(Reinaldo Cedeño, junto a Lina de Feria y Rogelio Martínez Furé, las figuras a las que se dedicó la Feria)


La primera página de este volumen está dedicada a La Avellaneda, ¿a quién mejor que a esta genial transgresora? “Untada de mar iría a España… el suelo patrio la concebía, y su sexualidad era totalmente idiosincrática. Se guiaba por el temperamento, todo era a grandes saltos, como las parcas de Goya”. Así afirma la autora. Esa es su Tula. El personaje pasa por su tamiz, deja la estela, exprime la savia en una gota y sigue.


La conjetura crítica es en verdad una paleta de diferentes tonalidades, de múltiples impresiones. Caben en ella “la dosis de sabiduría,  la puntual inteligencia” de Beatriz Maggi, la perenne angustia de Ángel Escobar; la callada, la augusta reserva de Serafina Núñez ante aquellos que “empujaban las ventanas” si era preciso, para publicar.


Cabe el espíritu del poeta holguinero, el ya mítico  Delfin Prats, entre el esplendor y el caos (como se titula un documental sobre su vida) “Buscaríamos tal vez que el  poeta no fuera tan sufriente”, apunta Lina.  Ojalá las circunstancias no lo hubieran sido, anoto. Su poesía “gotea”, es “no de vanguardia o postmoderna, sino de cala humanísima”, subraya.  


En La conjetura crítica, la autora se abre a la recopilación No hay que llorar, de Arístides Vega Chapú, libro sobre esa crisis llamada noblemente “período especial”. Y se detiene, súbitamente. Como una ruptura (nunca mejor dicho) en su propia historia, en las salvadoras hojas de naranja con que entretenía su estómago allá por los noventa. Ay, Arístides; ay, Lina, si les contara…


Asimismo, sus letras tocan a Julián del Casal, curiosamente no a lo preterido, no a la desolación; sino a su futuridad. “Venía por la vertiente distinta, la oscuridad era luminosa para él”, escribe. A Fariñas, al pintor devenido poeta le bautiza como “artífice de fino hilo”, al venezolano Edmundo Aray, en su libro Versos de Manuela de la colección Sur, le valora la construcción de altos quilates, a Carmen Serrano le descubre los “pájaros de fuego stravinskianos”; A Rito Ramón  Aroche, la “engendración de lo poético… el rompimiento… la imantación de los sonidos”.


En La conjetura crítica, la metáfora se bruñe no ya en el verso, sino en la exégesis. El libro reúne en un corpus, reseñas, ensayos más o menos cortos más o menos largos, artículos, crónicas tal vez, publicados aquí y allá que han ganado ahora nueva dimensión. La autora sale de su propia poesía, se expande, se arriesga. Calibra, justiprecia,  toca (o al menos lo intenta), aquello que se mueve  alrededor de las letras; ora lo clásico, ora lo contemporáneo. Emerge Lina de Feria otra


Y aunque no siempre estemos junto a ella, letra por letra (lo que en materia literaria no podrá pedirse); hay un desprendimiento, una voluntad de acompañamiento, un afán por develar que merece reconocimiento, cuando pastamos en un campo donde abunda tanta crítica estéril, o peor, tanta obra sin crítica. 


Sé que pretendo mucho, pero más que estas palabras, quiero que te llegue con ellas, el abrazo de un amigo. Un abrazo capaz de arrinconar las sombras que alguna vez han querido cobijarte, un abrazo capaz  de encender la luces de una vida noble como la tuya, aquí, justamente. En el Santiago, noblemente  orgulloso, de que hayas nacido del barro prodigioso de esta tierra que guarda a Martí, de esta tierra de Heredia y de Poveda y de Maceo.


miércoles, 20 de abril de 2016

El primer ministro de Luxemburgo se casa con un arquitecto belga


Publicado: Actualizado:
LUXEMBURGO GAY
 

No debería ser noticia, pero aún lo es, porque nunca antes ha ocurrido algo así en un país comunitario: el jefe de Gobierno de Luxemburgo, Xavier Bettel, se ha casado con su novio, el arquitecto belga Gauthier Destenay, convirtiéndose así en el primer mandatario homosexual de la Unión que contrae matrimonio, en un país de mayoría católica y con una marcada tendencia conservadora.

Bettel, de 42 años, y Destenay figuran entre los primeros hombres que se casan en virtud de la nueva ley, que ha entrado vigor en enero de 2015 en Luxemburgo, que se suma así a una docena de países de la Unión Europea que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Felicitados por decenas de personas en el exterior del Ayuntamiento de Luxemburgo, donde se ha celebrado la ceremonia privada, los dos hombres, vestidos con trajes oscuros y con corbata, han saludado a su salida del acto.

Bettel, un liberal cuya elección hace 18 años ha puesto fin a décadas de gobiernos conservadores en el país, ha abrazado a su marido y ha destacado que "Luxemburgo puede dar ejemplo". Los primeros ministros de Bélgica y de Estonia, Charles Michel y Taavi Roivas, han asistido a la ceremonia nupcial, que ha celebrado el sucesor de Bettel en la Alcaldía de Luxemburgo. "He venido a la boda de un amigo. Es un gran momento para él y tenía que estar presente", ha dicho Michel, en declaraciones a la cadena de radio RTBF.

LO HIZO PÚBLICO HACE SIETE AÑOS

Bettel, que es abogado de formación, reconoció que es homosexual hace siete años en un programa de radio. Destenay, que ya entonces era su novio, no había hecho pública su condición. Bettel se convirtió en primer ministro en diciembre de 2013, poniendo fin a 19 años en el poder de Jean-Claude Juncker, que ahora preside la Comisión Europea.

Hace cinco años, Johanna Sigurdardottir, entonces primera ministra de Islandia, se convirtió en la primera jefa de Gobierno que contraía matrimonio con una persona del mismo sexo.

El luxemburgués ha aprovechado el momento para dar las gracias en su cuenta de Twiiter por las muestras de cariño recibidas y ha animado al mundo entero a vivir. "Sólo tenemos una vida, vivámosla", dice el mensaje. 

martes, 19 de abril de 2016

Sobre la muerte de Rafael Milanés Rodríguez: UN AMIGO se me FUE




Por: Giovanni L. Villalón García          
                                            Santiago de Cuba, 27 de marzo de 2016

Fue una noche tensa, muy tensa. Cómo imaginar que iba a terminar así. Y que me tocara la casualidad de verlo en la penumbra de sala de su casa, indefenso, con el cuerpo y la cabeza encima de la comadrita que lo meció por tantos años.

Rafael llevaba una vida común, discreta, sin estridencias, marcado por la buena educación, las buenas maneras, el decir y hacer por el bien de todos. Sin embargo, la vida le jugó una mala pasada. Murió violentamente, ensangrentado.

Hoy se me hizo muy extraño. Cada domingo, como lo iba a ser hoy, venía a mi casa a compartir un café y a dialogar sobre diversos temas, de nuevos libros, del acontecer político, del estado del mundo, de la vida cotidiana de los cubanos y los santiagueros en particular.

Se mostraba siempre sensible a todos los temas humanos. Y a la vez preocupado por el rumbo de los acontecimientos del mundo… y de Cuba. Le preocupaba nuestro futuro ante los nuevos sucesos de acercamiento con los Estados Unidos. Siempre nos conminó a no ceder ante ellos, a cuidar lo que tenemos, a pesar de que era muy crítico de nuestros errores.

Se le veía casi siempre asistiendo a la presentación de libros. En estos encuentros siempre compraba más de un libro. A mí me traía un ejemplar, pues no siempre lograba asistir. Cuando no me veía entre los asistentes y consideraba que el libro podía interesarme, ahí estaba su gestión cultural que yo agradecía mucho.


Quizás por eso o al revés, es que mostraba una notable vocación hacia la historia, sobre todo de nuestra ciudad. Atesoraba una biblioteca envidiable, con obras y ejemplares casi únicos en nuestro entorno. Y siempre prestaba libros y brindaba ayuda, lo mismo a reconocidos historiadores que a principiantes en los temas históricos.

SIC  le publicó un excelente artículo sobre la historia de la calle Heredia. Tenía preparado dos libros sobre Santiago de Cuba, uno sobre los acueductos y otro acerca de sus calles.

Llevó una vida tranquila, casi huraña. Lo hizo porque era muy temeroso, quizás por lo vivido en sus años de estudiante universitario en que fue duramente castigado, por decir cosas que en su tiempo no gustaron. No sé bien sus criterios ni la verdad de sus opiniones, pero sí sé que esas vivencias lo marcaron para toda la vida, como para no inmiscuirse de frente en problemas complejos, aunque siempre tenía una opinión muy personal de cada cosa vivida.


Su comportamiento lo caracterizaba el más clásico estilo inglés (como lo ve la tradición): la puntualidad exacta, la concertación previa de citas, el cumplimiento de compromisos, la entrega de lo pedido, la exigencia de la devolución de lo prestado, la voz siempre acorde con el momento y con la persona con la que hablaba, siempre en voz baja y cálida. Era perfeccionista hasta la saciedad.

Me resulta muy difícil creer en que murió. O será que no fue así. Sí, lo mataron. Sin embargo, como buenos amigos, estará siempre entre nosotros. Porque él tenía muchos amigos y gente que lo quería. Prefiero creer que su pérdida es sólo una ausencia temporal. Así lo tendré cada domingo y compartiré con él los espacios culturales de nuestra ciudad.
 


sábado, 16 de abril de 2016

LA ABEJA LIBANDO SAL y otros poemas de Reinaldo Cedeño


 Reinaldo Cedeño Pineda 
 
Te busqué por los senderos
prohibido
por las esquinas
debajo
de las espinas
debajo
de los sombreros
te busqué en los hormigueros
víctima del cataclismo
en la flor del exorcismo
dentro de un trago de hiel
oculto  en mi propia piel
y
resbalé en un abismo.

Voy muriendo de un abrazo
que no alcanzó la otra orilla
soy como clown sin mejilla
que va dejando el pedazo
la descarga de un sablazo
el labio contra el metal
la caída sideral
la campana sin tañido
la plegaria sin oído
la abeja libando sal.

Voy a encontrar el incierto
camino para volver
voy como el maná
a caer
seré lluvia en el desierto
voy levantado a ese muerto
que no dobló la cerviz
quién
me taló la raíz
dónde
está el camino a casa
cómo
fundirme en la brasa
cómo encontrar
mi país.


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