sábado, 15 de septiembre de 2012

LA LOCUCIÓN JOVEN EN CUBA







Eglis Gaínza Moreno *
 


♣ Aspectos del trabajo de los locutores jóvenes en Cuba ♣ La influencia de los locutores jóvenes en la formación de valores ♣ Requerimientos de los locutores que comienzan en la profesión ♣ -La autoestima del locutor joven ♣ Consejos para los jóvenes que se dedican a la locución.


INTRODUCCIÓN

La idea fundamental de concebir esta ponencia ha sido la de analizar como marcha en nuestro país el desempeño de los jóvenes locutores, los que estamos en fase de aprendizaje y que cada día tratamos de lograr mayor superación.

En Cuba, con el desarrollo impetuoso de nuestros medios de difusión y el propio avance educacional, han llegado a la profesión jóvenes de diversas procedencias y características sociales.  Existe una preocupación lógica de la Dirección del Instituto Cubano de Radio y Televisión acerca de la selección y capacitación básica adecuada de los que nos iniciamos en el arte de emitir un mensaje lo más correctamente posible a través del micrófono.

Aspectos de la locución de los jóvenes en Cuba

Los locutores en Cuba somos comunicadores de información, concepto muy utilizado en los últimos tiempos; pero sobre todo, somos artistas indispensables en la realización de un programa audiovisual o radiofónico. Además, y en primer lugar,  fomentadores de valores y de riquezas morales, en consonancia con los principios que sirven de fundamento a nuestra sociedad socialista.

Pero, muchas veces, los jóvenes que pasamos un curso en cualquiera de las emisoras y telecentros de Cuba, no conocemos todo el caudal de información que conforma la base científico-técnica de esta profesión y a la vez, no somos capaces de forma concreta y clara llevar a la práctica estos conocimientos. 

Es básico para cualquier locutor joven, conocer y asimilar la importancia social de nuestro trabajo y no adentrarnos en los medios por su atractivo o por convertirnos en  personas con cierto reconocimiento público.

 Sin dudas, la locución es novedosa, interesante y atrayente para cualquier individuo, como lo fue en las últimas décadas del siglo XIX para los lectores de tabaquería, de quienes arrancamos la raíz  popular ciento por ciento, comprobando que somos los locutores cubanos, todos de procedencia humilde principal virtud que nos debe caracterizar y más en los tiempos que vivimos. 

A los jóvenes locutores nos debe guiar el principio de superación para llevar al oyente el mensaje claro. Durante muchos años la profesión no recibió ningún tipo de orientación para su desarrollo, siempre fue autodidacta y de preocupación personal.
Hoy los que tenemos el privilegio de encaminarnos, lo hacemos a través de cursos de superación profesional con mayor profundidad y extensión, aunque no en todos los casos se cumplen los planes de estudio y el tiempo establecido, afectando la calidad de sus graduados. 

En la actualidad nos encontramos a jóvenes profesionales como panelistas, entrevistadores, animadores y en todo tipo de programas, algo que fue frenado en años pasados cuando a los jóvenes no se les ofrecía todas las posibilidades de trabajo por la falsa creencia de que los de menos tiempo no podíamos ser capaces de comunicar.
Pero sin dudas, la locución joven en Cuba  tiene que mejorar muchos aspectos técnico artísticos  para seguir ganando la confianza de nuestro pueblo que es para quien trabajamos  y convertirnos en los verdaderos relevos de quienes por más de un siglo han mantenido en alto el prestigio de la profesión. Analicemos algunos de esos aspectos varias veces discutidos en otros espacios de intercambios.  

Hay una tendencia en muchos jóvenes locutores a gritar por el micrófono, sobre todo en programas musicales, escalas de éxitos, discotecas, etc. El grito es un mecanismo de defensa en el ser humano para cuando se halla en situaciones de peligro o urgencia, o cuando está muy feliz también se grita. Pero no se usa permanentemente para comunicarnos. 

En algunos programas en vivo, a un joven locutor, lo ponen a hablar por hablar sin idea definida. Esto es no tener sentido de la responsabilidad.

Existen quienes han asumido el  hablar muy rápido copiando el estilo de una emisora nacional. Esto empaña el entendimiento de los oyentes si no eres un locutor con maestría, por lo que quienes comienzan en esta profesión, no debemos adoptar este estilo. También escuchamos muy a menudo, sobre todo en revistas de variedades, que los locutores ―en su gran mayoría con voces frescas―, utilizan una risa constante como si estuviéramos imitando programas humorísticos. Da la sensación que no tenemos nada que comunicar y utilizáramos ese recurso para agradar o empalagar al oyente. 

También se hace frecuente en nuestros programas, los segmentos de saludos, efectivos para agradecer la sintonía de nuestros oyentes; pero resulta desagradable abusar de ellos, más cuando los gestos de agradecimiento son a familiares y amigos íntimos.

A menudo, la imitación llega de repetir mecánicamente lo que hacen locutores o hablantes con más años en los medios, palabras o expresiones empleadas con sentido figurado en circunstancias muy específicas y que resultan disparates en los que incurrimos también los jóvenes porque, sobre todo en la radio, se ha tenido siempre la máxima que los años de labor son muestras de perfección. No siempre es así.

 Nosotros los jóvenes, debemos aprender que un locutor inculto, mal educado y carente de escrúpulos (de los que por suerte no hay muchos, pero existen los hemos conocido lamentablemente), puede alcanzar muchos éxitos; pero solamente entre ese tipo de personas.

 Hoy,  tanto en la radio como en la televisión, tenemos  formas modernas de concebir programas donde los locutores parecen los llamados mikis, que realmente en su gran mayoría son improvisados. Los directores los utilizan bajo la excusa de la frescura y la cara bonita, pero no comunican y no son siquiera el patrón o la guía de la mayoría de los jóvenes cubanos. 

A las personas que nos interesa la locución, debemos poseer cultura general y política. Debemos estar al tanto de los resultados que arrojen los monitoreos, y resolver los problemas que presentamos en las  evaluaciones periódicas ―actualmente tan irregulares y deficientes que también afectan el desarrollo individual y nos habitúa a la falta de rigor y exigencia.

Las administraciones deben valorar de forma adecuada la importancia que tiene en nuestros días la información que se ofrece y el dinamismo y la inmediatez con que debe llegar al oyente. De ahí, la necesidad de un locutor calificado y apto, un profesional suficiente que transmita el mensaje ameno que se espera, aunque sea una voz o rostro joven. 

Ocurre con frecuencia que hay ya personas de cierta edad que son inamovibles de espacios estelares cuando ya han pasado sus mejores años y no se encuentran con la misma capacidad de antaño. No nos referimos a la exclusión de esos hombres y mujeres que han dedicado su vida entera a la profesión, sino a sostener el criterio de la función del locutor dentro de la programación, cumpliendo el criterio de idoneidad.  

Debemos esforzarnos por hablar correctamente y con propiedad, los jóvenes más que ninguna otra persona. Tenemos  que estudiar y leer mucho, todo tipo de obras: familiarizarnos con la mayor cantidad posible de términos extranjeros, su significado y pronunciación. Acudir a compañeros de más experiencia o conocimiento, y buscar en el diccionario su escritura para la correcta pronunciación y sus significados ¿Cuántos de nosotros acudimos periódicamente al diccionario? Buena pregunta que nos hace muy a menudo el maestro, Premio Nacional de la Radio, Ibrahim Apud, locutor de Radio Reloj

Los Consejos Artísticos y Comisiones de Calidad deben velar por el desarrollo de la creatividad y el compromiso social y político de los jóvenes locutores, prestando especial énfasis a las acciones de superación. El locutor joven que no se ha sensibilizado con la profesión y su importancia,  habla de mente a mente; pero el profesional, de corazón a corazón. 

 Mientras las personas asisten a clases o al trabajo en cualquier provincia o municipio, los locutores junto al personal técnico y artístico, estamos en las emisoras o telecentros  transmitiendo una programación comprometida. Si tienes la posibilidad de entrar a esos estudios o cabinas, te encontrarás a muchos jóvenes asumiendo la responsabilidad ante un micrófono y no solo  nos limitamos  a decir como fue que sucedieron los hechos, no… también anexamos juicios de valor de carácter personal que invariablemente crean una actitud en nuestros oyentes y televidentes.
 
Sigue siendo prioritario reencontrarnos con el oyente o televidente  y respetarlo. Reafirmemos la ética y la responsabilidad social. Hoy más que nunca, debemos instalar el debate en nuestras instituciones, de manera tal que nos permita responder con eficacia a los desafíos que se nos plantean a diario y en que los jóvenes somos verdaderos protagonistas.




INFLUENCIA DE LOS LOCUTORES EN LA FORMACIÓN DE VALORES


La locución que ejercen los locutores en todo el país, influye en la formación de valores de los oyentes contribuyendo así a la manifestación de sentimientos, actuaciones o actitudes con una significación social positiva, creando conciencia en todos los sectores de la sociedad.

En la medida en que la persona se identifica con el medio de comunicación, es mayor el arraigo;  desarrolla  conductas favorables, transforma convicciones y ejerce una fuerza sobre el contexto macro social llegando a todos sin distinción de clase,  condiciones de vida y familiar, nivel cultural y hábitos de educación.

Los jóvenes  que tenemos la oportunidad de ejercer la profesión debemos estar convencidos que nuestras palabras son un sistema o medio que ocupa un lugar cimero en la formación de valores, cualidades personales y en particular morales en niños y jóvenes fundamentalmente. Tiene mayor impacto en la población el buen desempeño de los locutores jóvenes, de quienes se espera que garanticen el futuro.

El papel de la locución en la sociedad es un complejo proceso formativo a través del cual debemos ser capaces ―con nuestra voz, inteligencia, arte, ejemplo y profesionalidad― de influir en la formación de valores. La mejor forma es intercambiando constantemente con nuestros oyentes y cumpliendo con nuestra función de radio del pueblo. Para eso, los locutores debemos conocer bien los componentes que crean la personalidad de los que nos escuchan, la vida cotidiana, actividades políticas y culturales y las relaciones de conducta entre la población.


REQUERIMIENTOS DE LOS LOCUTORES QUE COMIENZAN EN LA PROFESIÓN 



  Ser buenos profesionales, siguiendo el ejemplo de los de mayor experiencia.

  Respeto al oyente y a los colectivos de programas.

  Tener condiciones para la comunicación y un tono adecuado

 Confrontación de puntos de vistas.

 Ejercitar la valoración y la autovaloración.

  Estimular el talento y la creatividad.

  Formar un pensamiento flexible y ser responsables con la realidad.

 Ser auténticos, sinceros, honestos y sencillos.

En cada salida al aire, el locutor debe tener presente que el centro de su atención es el ser humano como sujeto protagónico de la sociedad. A partir de un mensaje suyo, el que escucha puede darle sentido a su vida para poder elaborar sus proyectos (objetivos, metas personales). Si esto se logra, entonces el profesional de la radio o la televisión ha contribuido a su formación de valores.

Para desarrollar valores, la comunicación debe ser persuasiva y nuestro trabajo, creador de la conciencia individual (conocimientos, sentimientos, voluntades), con reflexión, argumentación, convencimiento, y respeto permanente a la dignidad personal del oyente.

Es muy importante que el locutor joven en sus actuaciones diarias lleve a la práctica las normas y reglas morales en la formación de hábitos y costumbres que nosotros mismos proclamamos. En ocasiones, nos encontramos con jovenes y no tan jóvenes que te orientan en su programa y cuando salen de la cabina, son otras personas.

Los jóvenes que después de un curso con cualquiera de los profesores que los imparten en todo el país, logramos la añorada  habilitación como locutores, no debemos pensar que ya se acabó la carrera porque al lograr enfrentar  un micrófono, o asumir espacios estelares, comenzamos a tener un reconocimiento social de la audiencia y los beneficios y perjuicios propios de la profesión…. nada de eso. 

Como todos sabemos,  después de dos años al aire es que podemos evaluarnos  y es entonces cuando los tribunales encuentran los problemas que debieron subsanarse en estos dos años en los que nadie nos dio seguimiento a nuestra  superación profesional, y ni nosotros mismos nos preocupamos por ella, porque pensábamos que todo lo estábamos haciendo bien. 

Hay quienes están en contra de la evaluación y no son precisamente los de menor edad, porque piensan que son los años los que forman o no a un artista. Pero, si desde el principio de la carrera no tienes una adecuada formación con el transcurso de los años los problemas serán mayores. Para los jóvenes, como para todos nosotros,  es necesaria la evaluación, tal como dijera la maestra que ya no está entre nosotros, locutora excepcional y jefa de Tribunales de Evaluación, Gladys Goizueta:



(La inolvidable Glays Goizueta Simal, maestra del arte de la locución) 


"Es ejercicio de la crítica profesional, como un acercamiento al desempeño artístico  y como un termómetro de la calidad de ese desempeño individual. Es cierto que los años dan oficio y experiencia en el quehacer  diario, pero si no hay talento y si ese talento no se cultiva mediante estudios y actualización de nuevas tendencias en las teorías de la comunicación, entonces, o nos estancamos o retrocedemos en la calidad que brindamos a través de la profesión. La evaluación debe desempeñar su papel regulador en elevar la calidad de la emisión de los locutores".

La pregunta entonces, si coincidimos en el criterio que es imprescindible para el desarrollo de la profesión, es  ¿por qué hace cinco años que no se realizan, al menos en el occidente cubano?





LA AUTOESTIMA DEL LOCUTOR JOVEN


La autoestima es amarse a si mismo y confiar, para amar a los demás. En cuestiones laborales es amar la profesión y respetar a los compañeros de trabajo. En el concepto de la locución es tener actitud para ejercerla y representar una conducta adecuada, escuchar opiniones sobre nuestro desempeño y valorar bien si somos capaces de asumir el reto.

Sí en los primeros pasos en el trabajo  sentimos que nos es difícil hacer algún género de la locución, entonces debemos de acudir a las personas que nos puedan ayudar y tener presente: 

―Sentimiento de valor propio hacia lo que hacemos.
―Mantener comunicación con personas significativas.
―Profundizar en nuestros valores de la constancia y la perseverancia.  

Debemos aceptar nuestras habilidades, talentos, capacidades y valorándonos como somos, no podemos pensar que desde el comienzo de la profesión aprenderemos toda la gama de especialidades que reúne este difícil arte que requiere de práctica y oficio. Siempre nos encontraremos en este largo camino, personas que nos ayudan y otras que nos ponen obstáculos por eso es necesaria una elevada autoestima. 
Elevada autoestima: Enfrentar la locución con dignidad, ser responsables, aceptar nuestros defectos y cualidades como ser humanos y no dañar la imagen de la Institución a la que pertenecemos.  


seis consejos para el triunfo en el largo camino de convertirse en un buen locutor


1. Motivación: En un campo de competencia como es la locución, debes realmente desear el éxito. Este tipo de motivación debe ser consistente, no por temporadas, aquí no se admiten debilidades.

2. Personalidad:  En primer lugar, debido a que la locución en radio y  televisión es una labor en conjunto, requiere la habilidad de poder trabajar en equipo con otras personas para lograr metas profesionales.

Dentro de esta categoría esta incluida la actitud. Se debe tener la capacidad de dar y aceptar órdenes como parte de la dinámica del trabajo en equipo, hacer con gusto nuestras tareas individuales y saber aceptar sugerencias o criticas de otros. Lamentablemente, aún encontramos jóvenes que no aceptan señalamientos y hasta se molestan fácilmente cuando se les rectifica algún error cometido

Casi siempre se trabaja sobre presión frente a las cámaras o ante el micrófono. Los  que no puedan manejar el estrés laboral, están en el giro equivocado.

3. Conocimiento y habilidadLos directores de programas están en la constante búsqueda de jóvenes que puedan resolver los problemas por sí mismos con buena improvisación y habilidad cuando se presente alguna dificultad sobre todo en programas en vivo.

4. Creatividad: Hablamos de ver las cosas de nuevas maneras y tratar de dar a la audiencia novedosas experiencias desde perspectivas más frescas.

5. Voluntad para sacrificarse por sus metas: Hoy cuando existen gran cantidad de locutores que se forman en los centros de estudios y  por lo tanto un buen número  de jóvenes solicitando la entrada al sector dispuestos a sacrificar muchas horas de su tiempo por lograr un programa de radio y aún más uno de televisión;  debes tener voluntad para lograr tus metas.

 6. Actualización constante:   Aunque la educación formal puede ser útil para entrar en el medio y el nivel superior en cualquier carrera ―aunque no sea de humanidades―, la mayoría de los jóvenes  estamos de acuerdo en que comienza realmente a aprender sobre la profesión, cuando nos enfrentamos  directamente con las experiencias del trabajo.

 Es muy importante la necesidad de mantenerse actualizado ante los últimos adelantos tecnológicos, el manejo y explotación de las  computadoras que han llegado a nuestras cabinas para sustituir el guión impreso y que algunas emisoras ya utilizan la Internet.  

Mantenerse a la vanguardia en los conocimientos necesarios para el desarrollo de nuestra profesión debe ser una de nuestras metas en la vida.


CONCLUSIONES 

No creemos  que todo esté resuelto o errado en la locución de los jóvenes cubanos. Debemos tomar en cuenta estos  aspectos y otros no abordados en esta investigación -no rígidamente- pero debe ser la aspiración de hombres y mujeres de la radio y televisión para lograr en cada programa mayor profesionalidad. Respetar los perfiles y estilos, defenderlos con identidad propia y dejar a un lado patrones que en otras épocas no resultaron  del todo acertados y ¿por qué regresar a ellos cuando vivimos a finales de la primera década del siglo XXI?

La locución, como todas las manifestaciones artísticas, reclama modernidad  en su discurso y  debe ser más creativa,  más cercana al reclamo del oyente, y debe reflejar con sabiduría los valores de una sociedad única, y para asumir ese reto los jóvenes debemos dedicarnos y hacer nuestro trabajo con amor que es la maravilla de la vida.
Hoy en nuestros medios de comunicación tenemos talentosos jóvenes demostrando en su  labor cotidiana que se puede hacer una locución entendible, agradable y digna,  teniendo la premisa  de no hacer daño al idioma y empobrecer nuestra forma de hablar. 

Finalizamos citando al máximo líder de nuestra Revolución, con la frase que inició una de sus más recientes reflexiones:  "A LOS JÓVENES  INTERESA MÁS QUE A NADIE EL FUTURO".


Bibliografía consultada

1-La locución: técnica y práctica. Autor Frank Guevara.
2- Discurso del expresidente del ICRT, Ernesto López en acto clausura del Primer Taller Científico Nacional de la Locución celebrado en Ciego de Ávila los días 6, 7 y 8 de marzo de 2007.
3- ALADAS PALABRAS. Ponencia de Alberto Ajón León.
Primer Encuentro Científico Hispanoamericano de la Locución
4- “Apuntes sobre el resultado del proceso de evaluación a locutores de la Radio Cubana”. Ponencia de Gladys Marieta Goizueta Simal.





(El locutor Eglis Gaínza y el redactor de este blog, Reinaldo Cedeño durante un descanso en la Primera Bienal de la Radio Cubana, La Habana 2012)  


EGLIS GAÍNZA MORENO  (Datos de autor)

 El autor es Licenciado en Comunicación Social. Locutor tercer nivel con 10 años de experiencia en Radio y Televisión, habilitado en la especialidad de comentarista deportivo. Ha trabajado en la emisora Radio Caribe y el Telecentro Isla Visión de la Isla de la Juventud donde inició su todavía joven carrera artística. Escritor de guiones de radio y televisión para programas juveniles y de participación, revistas culturales y de perfil deportivo permitiéndole alcanzar conocimiento en la corrección de textos y libretos adaptados a ambos medios. 

Ponente del Primer Taller Científico Nacional de Locución. Ciego de Ávila, 8 de marzo de 2007. Título de la ponencia: “Surgimiento de la locución en Isla de Pinos”. Participante en el Primer Encuentro Científico Hispanoamericano de Locución, Varadero Cuba. 2 al 5 de junio. 

Ponente y ganador de una mención del Segundo Taller Científico Nacional de locución. La Habana 9 al 11 de junio de 2010. Algunos de sus escritos han aparecido en la edición digital de la Revista En Vivo; en el sitio de los locutores El Universo de la palabra y en la página Web de Radio Rebelde.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay muy poca exigencia en la entrada de personas a la radio, especialmente de los locutores. Mucha gente que piensa que con una voz má s o menos, ya la puede poner. Sobre todo hay mucha falta de cultura y de espíritu. Y mucha gente qu e solo tiene un signo de peso. No e s malo querer ganar más. A quien no l e gusta eso. Pero, por favor uno oye cada risotadas sin sentido. Cada palabra mal acentuada y cada disparate. A tantos les resbala lo que dicen… Gracia segáis

Un locutor camagüeyano