domingo, 24 de mayo de 2009

RADIO CUBANA (I) El asesor, una mirada múltiple

♦¿Qué asesor tenemos? ¿Qué asesor queremos? ¿Qué asesor necesita la Radio Cubana? / Ponencia presentada en el 31. Festival Nacional de la Radio, La Habana, 21 de mayo de 2009/ Comentarios y repercusiones.


De izq a derecha: Yusimí González Herrera (directora general de programación de la radio cubana), Mileidy Martínez Parra (especialista de la dirección de programación, aquí como moderadora) y el ponente invitado, Reinaldo Cedeño Pineda / Edificio MINAZ

Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com

1. Introducción

Cada cierto tiempo, alguien se aparece con un anuncio apocalíptico, o una verdad revelada, como si Dios mismo la hubiera soplado al oído de quien la pronuncia. Una imagen vale más que mil palabras, es una de ellas.

Se trata de una frase hermosa sin dudas, pero como dijese Mahatma Gandhi: “la hermosura no está en las apariencias, sino únicamente en la verdad”. La frase de la imagen y las palabras, es reaccionaria por definición; porque minimiza una parte, la ningunea. A mi entender, es hora de retocar ese aparente aserto: una palabra (dicha como Dios manda, claro está) es capaz de provocar mil imágenes.

Verba volant, scripta manent (ese latinazgo: "el verbo vuela, lo escrito permanece"), es otra pretensión de prevalencia. El oralista colombiano Adolfo Colombres afirma que la palabra ágrafa, la palabra desnuda y cantarina, la palabra virgen, la palabra hablada echó sobre su carro a la palabra escrita y la retó. Lo escrito es lo hablado sostenido en el papel. No hay signo de puntuación impreso que sustituya su realización en la expresión oral. Ninguno. Lo escrito porta en sí aquel “callado estruendo” del que hablara Lezama.

De ahí entramos directamente a otro supuesto: la radio es sonido. Es otro criterio reduccionista. La radio es sonido, sólo en su consecuencia final. Una parte de la radio es también escrita. Sin temor a exagerar podemos decir que la radio escrita desencadena la radio hablada. Se trata de un proceso que pudiera parecer natural, pero que necesitó y necesita de un largo proceso de abstracción y de creatividad. El escritor radial es el artífice y el asesor el mediador entre éste y la Radio.

Vaya aún otro desmontaje: la radio es el imperio de la palabra hablada. Más bien, debería serlo, estamos exhortados a que lo sea, pero… habrá que matizar también este supuesto: la radio, desafortunadamente, se vuelve más de lo que deseamos, en el imperio de la no palabra. No es un galimatías, es la apropiación a un concepto africano.

Para estos pueblos, “palabra” es lo que dice algo concreto. Un anciano porta un bastón, autorizado a propinar un recio bastonazo en la cabeza a aquel que se entregue a la no palabra durante una negociación. Entiéndase, se refiere a la palabra vacua, carente de significado, a la palabra adorno, la pura filosofada, la verborrea.

¿Cuántas veces en la radio, padecemos del efecto de la no palabra, por no saber o no querer manejar el bastón a tiempo?

El asesor es aquel que tiene en su poder el bastón de mando y es el rostro de cara al escritor (eslabón primario de la radio, tratado inexplicablemente como cuenta-propista). Así, estas notas sólo buscan explorar el camino de un personaje del medio radial: el asesor, visto como ese negociador, como el mediador por excelencia, como la puerta. ASESOR es una palabra mayúscula; en todo caso, debería serlo.

Los presidentes, los consejos editoriales, los negocios, los políticos… todos tienen en sus filas un grupo de asesores, pero se trata, eso sí, de un experto por cada materia. En el mundo de hoy las integralidades suelen quedarse cojas.

En consecuencia, ahondar sobre sus responsabilidades, sus facultades y las vías para ejercerlas, se presenta impostergable. Lo hacemos desde las valoraciones y los ejemplos, desde la indagación enfocada sobre el tema y la observación participante.

2. EL ASESOR Y LAS MIL PREGUNTAS

El asesor es un especialista al que le toca —al que se le ha asignado—: velar por el contenido ideológico del tema tratado (en su más amplio concepto, como sistema de ideas generales, políticas, culturales….), investigar las aristas del asunto que ocupa el espacio, ayudar en el establecimiento de prioridades y temáticas, sugerir bibliografías y consultas, dejar claramente establecido el cumplimiento de la técnica radial y con ella de la calidad dramatúrgica, literaria, musical…, coadyuvar a la formación de nuevos escritores, participar en monitoreos y talleres; y por supuesto, velar por la ficha técnica establecida. Y con todo ese conocimiento, valorar y aprobar los guiones presentados, con sus consecuentes recomendaciones; o rechazarlo si es el caso.

La radio ha depositado en el asesor la llave maestra, le ha dotado de un alto poder decidor, le ha confiado la calidad (al menos inicial), de lo que sale al aire. No es poca cosa, ciertamente.

Se trata de una tarea titánica, bien abarcadora, que casi asusta. Consecuentemente, su cumplimiento demanda en primer lugar, de una alta responsabilidad del asesor.

A seguidas, el asesor requiere de un tiempo real, de un tiempo físico para el estudio, valoración, investigación e intercambio… pero ¿se trata de un diseño ideal de lo que debe hacer un asesor, o de lo que efectivamente hace ahora mismo? ¿Se trata de una utopía o de un camino realizable?

Un asesor intentó resumírmelo en una oración: “el asesor es el riñón de la radio”. Es otra frase imaginativa, pero como aquella de que una imagen vale más que mil palabras… sobrevuelan enseguida las dudas y las preguntas, porque subordina el resto de los procesos radiales, al asesor; minimiza ese cimiento básico llamado escritor y obvia el franco proceso colectivo de la radio.

Si admitimos que el asesor puede ser el filtro, habría que preguntarse si está funcionando como se debe o si, acaso, padece de litiasis. Si el uso, no amplió sus rejillas y comienzan a pasar las impurezas; si las vías escogidas para que haga uso de esa facultad son las más eficaces, las más convenientes y las más adecuadas….

De esta forma, emergen naturalmente varias interrogantes ligadas a la sensibilidad artística del asesor: la formación de los asesores, su actualización y superación una vez incorporados al trabajo diario, el dominio cultural al lado del dramatúrgico, el tiempo real empleado por espacios, la carga de trabajo, el control y diseño evaluativo, las leyes que propugnan sus facultades y su consideración como “artista”.

Son muchos tópicos en verdad, impensables de abordar de una sola vez; aunque se tratan de ramas de un mismo tronco: ubicar al asesor en su justo lugar y permitir que su trabajo redunde en una mayor calidad de la propuesta radial, en una vía dual: sin favorecer permisibilidades y sin restarle autoridad.

Así, resulta imprescindible para la Radio, la respuesta puntual a varias preguntas, devenidas de las consultas y la investigación previa:

---¿Qué se asesora en realidad: la calidad dramatúrgica del guión, la corrección gramatical, la técnica radial…. y también el contenido?, ¿Todo a la vez, o sólo una parte? ¿A qué se le dedica en la práctica, mayor atención? ¿Qué se asesora, el guión o el programa?

---¿Tiene el asesor el tiempo real para adquirir el conocimiento vertido en un guión, sobre los más disímiles temas, en una labor diaria y retadora como la radio?

---¿Qué posibilidades tiene un asesor, por ejemplo, ante propuestas históricas o musicales de cierto rigor, de aconsejar, evaluar, deslindar, opinar, justipreciar o devaluar una referencia de la materia en cuestión, más allá de la corrección gramatical, el orden dramatúrgico o el balance musical? ¿Posee autoridad en esas materias o se necesita en verdad de otros especialistas? ¿No sería mejor especializar a los asesores en determinadas materias; o trabajar en pos de que historiadores y musicólogos se conviertan en asesores de estas materias?

---¿Son los asesores propiamente asesores dramatúrgicos más que asesores integrales?

---¿La carga de algunos asesores, es consecuencia de la falta de asesores suficientes, o de una peligrosa subvaloración: la de que un especialista de tal tema NECESITA, anda URGIDO de espacio para la verificación, la investigación, la corrección y el aporte? ¿Se dan por sentados algunos conocimientos? ¿Qué número de programas es el recomendable para un asesor? ¿Quién decide la carga de un asesor cuando algunos de ellos toman vacaciones…. los propios asesores? ¿Dobles cargas?

(Uno de los casos remitidos como ejemplo es el de un programa sobre el arte de Nueva Zelanda. Comenta el escritor que mientras demoró toda una semana y más para investigar y redactar el espacio sobre la cantante de ópera Kiri Te Kanawa, sobre la cineasta Jane Campion, autora de la afamada película El Piano, sobre los ritos maoríes e incluso sobre la presencia cubana en la alfabetización neozelandesa. Y aquel asesor, con una carga de libretos por revisar… estampó su firma luego de una ojeada)

(En otra ocasión escuché un programa infantil con el tema: historia del teléfono. Mientras el Congreso de los Estados Unidos hizo una rectificación histórica, el 11 de junio de 2002, y decretó que el italiano Antonio Meucci fue su inventor, y lo perfeccionó en el Teatro Tacón de La Habana; mientras en La Habana de hoy, un niño escucha por su emisora de radio que el teléfono lo creó Alexander Graham Bell)

--- ¿Son los asesores “segundos escritores de los programas por tal de que salga al aire”? (1) ¿El asesor “tiene que arreglárselas como sea para que un guión o programa salga al aire, incluso sin la calidad requerida, porque sino se afectan monetariamente”? (2) ¿”Se sienten confiados los escritores de que no se les desecharán un guión porque sino ellos mismos (los asesores) se verán afectados”? (3)

---¿Puede trabajar un asesor a conciencia con nuevos escritores, o le resulta más práctico y conveniente acudir a escritores ya probados aunque no sean los de su territorio? ¿Qué consecuencias pueden traer estas decisiones?

---¿Qué interacción predomina entre escritor y asesor? ¿Qué independencia tiene el escritor del asesor? ¿Qué independencia tiene el asesor del director? ¿Es el asesor un guarda o un maestro?

Permítaseme escoger algunos fragmentos del texto “Escrito por el asesor” de Adrián Quintero (Radio Sagua):

“(…) en los últimos años asesorar ha constituido una excelente garantía salarial para quienes están en los medios, “una pincha fácil”. Que si una faltica de ortografía por aquí, que una preposición que faltó y… ¡listo! ¿Serán tan buenos nuestros escritores de la radio y la televisión cubanas? (…)
Veamos la definición de asesorar que ofrece el Diccionario de la Real Academia: (De asesor). tr. Dar. 2. prnl. Tomar consejo del letrado asesor, o consultar su dictamen. 3. Dicho de una persona: Tomar consejo de otra, o ilustrarse con su parecer. Me quedo con la primera: Dar consejo o dictamen. El asesor dice si sirve o no un guión, o una obra, o el embrión de una obra. Y lo más importante: da luz a su autor sobre lo que es salvable y lo que no; aporta ideas, esclarece conceptos, ayuda a pensar.
(…) La regla de oro de la buena asesoría es la comunicación; el diálogo inteligente, el intercambio de criterios. Tenga en cuenta que cuando una obra de arte es buena y vital, puede desatar criterios contrapuestos.
(…) Los asesores suelen involucrarse tanto con los colectivos que “para no buscarse problemas y enemistades” terminan haciéndose de la vista gorda. Ahí están las pifias que pueden escucharse en cualquiera de nuestras emisoras. Errores históricos, imprecisiones geográficas, informaciones desactualizadas, términos mal empleados. Un montón de cosas que van más allá de la simple preposición o de la faltica de ortografía.
También es cierto que, en ocasiones, los directivos no conceden al trabajo del asesor la importancia que merece. No lo ven como lo que debe ser: el encargado de velar por la calidad de la programación en general (…)
No pongo en duda que existan buenos asesores en nuestro país (…) La pericia de los asesores ha motivado análisis en diversos foros. No han faltado audaces con la propuesta de dejarlos fuera. Defiendo la valía del oficio siempre desde mucho antes que me tocara observar las aguas desde las dos orillas. Sencillamente es preciso reivindicar esa especialidad (...)
/4

¿Hasta dónde son estos, juicios propios? ¿Hasta dónde responden a la realidad?

3. EL ASESOR… ¿UN ARTISTA?

Nuestras notas no tienen como ámbito el de la legislación laboral ni el del salario. La aproximación al asunto, toma como base criterios y razonamientos que ayudan a esclarecer las cualidades de las cosas.

Se impone un planteamiento inicial: la cualidad —llamémosle así— de SER ARTISTA. Es una condición imposible de ser certificada mediante papel o decreto alguno; así como el diploma de una materia, garantiza sólo el cumplimiento de los estudios terminados, y no la calidad per se del profesional

Ser artista implica no sólo la afinación suprema en una materia, la tendencia creativa, la sensibilidad artística y el conocimiento profundo. No basta. Ser artista implica que todos esos factores se conjuguen para dar como resultante una OBRA ARTÍSTICA. Esa obra, por supuesto, deberá ser AUTÓNOMA y corresponder a una autoría primaria, sin la cual esa obra no pueda existir.

Un escritor trabaja sobre el papel en blanco, un asesor sobre párrafos ya trazados, sobre guiones ya hechos. Un escultor trabaja sobre la piedra bruta, un asesor sobre la madera ya tallada. Un asesor trabaja sobre los brotes, no ara la tierra desnuda, si se me permite esta alegoría.

Aquel que conoce los elementos dramatúrgicos en todos sus detalles, pero que no aúna ese conocimiento y produce por sí mismo una puesta, un guión o actúa en el rito y la representación, no puede conceptuarse como artista, por más predisposición o sensibilidad que posea.

El editor de un libro, con un amplio conocimiento lingüístico y estilístico, que es capaz de aconsejar la estructuración de los capítulos, la conveniencia de esta o aquella imagen, la extensión de determinados párrafos…. es protagonista de una labor esencial, ¿quién podría ponerlo en dudas?, pero de ningún modo puede considerarse coautor de la obra.

El teórico literario que lo sabe “todo” de los tropos de la lengua, de las técnicas narrativas, de los tipos de rimas y de estrofas…. puede ser todo un teórico, pero no resulta por ello un poeta ni un novelista. Sólo si hace de esos saberes un ensayo, un libro donde sistematice esas ideas, una obra autónoma, entonces y sólo entonces será también un escritor, un “artista en letras”.

La validez de la asesoría no consiste en la tipificación de “artista”, sino en la posición que ocupa como mediador entre escritores y la Radio, en su capacidad valorativa inicial, en su accionar con los elementos artísticos y en el dominio de los códigos radiales y dramatúrgicos desde su génesis. Eso no lo rebaja de ningún modo.

4. OBSERVACIONES FINALES: ¿Qué asesor tenemos, qué asesor queremos?

Sin dudas, tocará a la Dirección Nacional de Radio establecer determinadas conclusiones a partir de los elementos incluidos en estas notas, de los apuntados por los especialistas en encuentros, debates, consultas, foros… sin olvidar, por supuesto, las especificidades de un especialista como el asesor radial en nuestro país.

Emerge como imprescindible valorar el tema en su integralidad: la radio como un sistema nacional que incluya las emisoras nacionales, las provinciales y las municipales, los programas dramatizados y el resto de toda la programación, habidas cuentas de que sus partes están en interdependencia y armonía, sin que eso signifique que una calque a la otra.

El acápite de la tipificación del asesor concebido como “artista” merece igualmente especial detenimiento. La pregunta clave, a mi juicio, no está relacionada, en primera instancia, con el dinero que se percibe por una labor exigente; sino con la calidad verificable del trabajo que realiza el asesor y con la resultante del método actual para la radio, sus facultades y debilidades.

Otro aspecto importante con el tema calidad está relacionado con la justa valoración del tiempo que un asesor necesita por espacio para investigar, verificar, comprobar, aportar, ajustar… que eso y no otra cosa es asesorar. Será importante, en consecuencia, determinar que cantidad de programas debe atender un asesor.

Deberá estudiarse cuidadosamente la formación de los asesores, y cuál concepto debe prevalecer en el ejercicio de sus tareas : si el de guiones aceptados, el de guiones rechazados… o el más lógico, el de guiones asesorados.

Seguramente todos los caminos pasan por la respuesta a una terna de interrogantes: ¿Qué asesor tenemos? ¿Qué asesor queremos? ¿Qué asesor necesita la Radio Cubana?


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♦ COMENTARIOS tras la ponencia (selección)

Joaquín Cuartas (escritor, maestro de la radio cubana) Un asesor tiene que vivir del libreto. Si no tiene el libreto, no cobra. A algunos asesores, si le dan la guía telefónica para asesorar…. la firman…El asesor es una cuerda de equilibrio. Asesor, escritor y director son los tres “cómplices”, pero no nos sentamos a negociar.


Orieta Cordeiro (asesora de Radio Progreso, casi cuatro décadas de experiencia) Has puesto el dedo en la llaga y creo que en el trabajo están contenidos los aspectos más importantes. Un asesor es un poco un editor, un productor. Recuerden que viene de aquel productor de mesa. Un asesor es un censor, queramos o no. Trabajamos de acuerdo con la política de programación y la situación del país.

Una asesora de [una emisora municipal] me dijo que ganaba casi dos mil pesos. ¡Tenía toda la programación!… ¡eso es firmar los guiones y… a producir!… El asesor tiene que tener la sensibilidad del artista, y de ninguna manera puede convertirse en el escritor que no es.

Joel Macías (director provincial de la radio en Santiago de Cuba) Antes del año 2001 había que imponerle a los asesores la responsabilidad de más programas, y después de ese año, venían buscando más programas que asesorar. Hay asesores que aunque vean reducidas sus finanzas hacen lo que tiene que hacer, no podemos ser absolutos; pero algunas son insaciables. Creo que el Instituto (Cubano de Radio y Televisión) tiene que buscar la forma, porque se nos crea una situación difícil…También se impone el tema de la capacitación de los asesores.

María Cecilia (Radio Cadena Habana) Hay que precisar la función del asesor, cuál es su verdadera función. Es muy importante que a los asesores nos respeten porque seamos honestos y que no se piense que vamos a aprobar libretos malos.

Xiomara del Rosario (asesora de Radio Arte) El trabajo del asesor es ejercer el criterio. Tengo la mala costumbre de virar libretos, a veces he ganado menos de cien pesos… ¿Tengo que seguir así?... Si yo rechazo libretos con argumentos, hay que pagármelos, porque yo necesito vivir…

Fernando Pérez Ricardo (director de Radio Arte) El asesor si es un artista, porque da el acabado, el modelado. ¿Qué asesores tenemos hoy? Muy buenos algunos y otros, de los que no podemos decir lo mismo…

Susana Cruz Viera (directora provincial de radio en Matanzas) El asesor está recargado de trabajo…Deben tener un salario fijo, decoroso y la posibilidad de estimulación según los resultados del trabajo… El salario influye para que la gente se quede. Hay que acabar de adoptar una solución.

(Instantes sobre los debates del tema de la asesoría durante el 31. Festival Nacional de la Radio Cubana)

NOTAS:

(1) Criterio del estudio de algunas provincias sobre el tema asesor. Documento de la Dirección Nacional de Radio, mayo 2009, p.2.
(2) Ibid
(3) Ibid
(4) Adrián Quintero: “Escrito por el asesor” en Palabra desnuda, http://palabradesnuda.blogspot.com/, Sábado, 18 de octubre 2008. // Este fragmento seleccionado (por razones de tiempo), no pudo ser leído íntegramente y sólo tuvo referencias durante la exposición. La Isla y La Espina le da a conocer los párrafos seleccionados y le invita a dar clic en el artículo original: http://palabradesnuda.blogspot.com/2008/10/escrito-por-el-asesor.html


Artículos de REPERCUSIÓN:


♣ El asesor: una mirada múltiple: PORTAL DE LA RADIO CUBANA http://www.radiocubana.cu/festivales_radio/radio_cubana_el_asesor_una_mirada_multiple.asp

De la radio cubana: La polémica…(EL TABURETE)

“Parte importante del evento teórico de este certamen estuvo encausado, desde una mirada crítica-constructiva, al papel del Asesor de Programas en el medio. La primera ponencia del evento quedó a cargo de quien es, uno de los críticos más prominentes de la radio de estos tiempos, Reinaldo Cedeño (…)

Con una tesis fundamentada en el rol que le corresponde jugar al asesor radial (escritor-artífice, asesor-mediador) comenzaban las discusiones sobre las tres preguntas claves que se proponía en su trabajo:

¿Qué asesor tenemos hoy?

¿Qué asesor queremos tener?

¿Qué asesor necesita la Radio Cubana?

Lo cierto es que la verdad predominó en este primer espacio de debate, reflejando los principales problemas objetivos y subjetivos…”
MAS: http://eltaburete.wordpress.com/2009/05/23/de-la-radio-cubana-la-polemica/

Una mirada múltiple y singular sobre el asesor y los programas dramatizados en la radio(Portal de la Radio Cubana)

“Especialistas, investigadores, periodistas, asesores, directores, y realizadores del medio radial de todo el país reflexionaron sobre la responsabilidad y el quehacer artístico del asesor, como ente mediador entre el escritor, el realizador, los actores, y el producto radiofónico. Al respecto el periodista, crítico e investigador Reynaldo Cedeño Pineda, de la emisora Radio Siboney de Santiago de Cuba, expuso sus puntos de vista sobre ese la especialidad en la radio y ahondó en aspectos relacionados con el asesor que tenemos y el que queremos tener…”

La radio aboga por más profesionalidad y exigencia (Periódico GRANMA, Cubarte, Agencia de Información Nacional: AIN)

Más de un centenar de realizadores, escritores, periodistas y guionistas de emisoras nacionales, provinciales y municipales, abundaron en otro tema ingente, a propuesta de debates previos y del VII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC): la asesoría y su papel en el avance cualitativo del medio.

La investigación del periodista santiaguero Reinaldo Cedeño fue la impulsora del fuerte debate, que abundó en el valor artístico y técnico de las obras que asesora ese cargo, la necesidad de superación de los existentes y reajuste de las formas de pago.
MÁS: http://www.granma.cubaweb.cu/2009/05/21/cultura/artic07.html, http://www.cubarte.cu/paginas/actualidad/noticia.php?id=58950

La ponencia de Cedeño: Tele y Radio ( El blog de Alexander Jiménez)
http://teleyradio.blogia.com/2009/052802-la-ponencia-de-cedeno-que-asesor-tenemos-que-asesor-queremos-que-asesor-necesita.php

MÁS: http://www.radiocubana.cu/festivales_radio/mirada_singular_y_multiple_sobre_el_asesor_y_los_dramatizados_en_la_radio.asp
http://www.cmkc.cu/provinciales/Festivalradio1.html

ARTÍCULO RELACIONADO: Radio Cubana (II) El ensayo al micrófono: rara avis http://laislaylaespina.blogspot.com/2009/05/radio-cubana-ii-el-ensayo-al-microfono.html

Radio Cubana (III) Luis Sexto: El periodista, OTRA mirada desde el mismo balcón http://laislaylaespina.blogspot.com/2009/05/radio-cubana-iii-luis-sexto-el.html

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!

Soy cubana. Asesora, guionista, productora y directora de programas desde mil 985.Comenze haciendo radio en provincia.
Actualmente resido en el extranjero y puedo decir, luego de mi experiencia en dos paises que en CUBA, salvo excepciones, la radio es muuy buena!
Dentro de la isla siempre esta despierto el interes de la critica y la polemica pero no se imaginan el desastre de la radio en el extranjero..La sesoria no existe.
La radio cubana cuenta con excelentes asesores integrales pero si creo que deben ser estimulado con mejores salarios.Recuerdo programas especializados con tiempo de salida de una hora,por solo 7:00 pesos y no esta la causa en el J'de programacion sino en las normas aprobadas por el ICRT, y esto induce que el asesor para conformar un salario asuma mas programas de los que debe en detrimento de la calidad y a veces hasta se desempena como Director o guionista en otras Emisoras..El asesor es la contrapartida del Director y por consiguiente el de mayor cultura general con conocimientos precisos de la tecnica radial y de la lengua espanola..A veces tuve asesores Lic. en lenguas hispanas pero no sabian "hacer radio"..Eso todos lo saben el problema es encontrar a ese "Alguien" integral que quiera sacrificarse por tan bajo salario.

Es mi opinion sincera, sin pretenciones, desde la experiencia de casi 20 anos "SUFRIENDO" dentro de la Radio y AMANDOLA..AMO a mi pais, a mis co. de la radio y respeto la calidad de su programacion..

Saludos y un abrazo desde San Jose, California.

Anónimo dijo...

Saludos.
El asesor radial, por encima de cualquier otra denominación, es el especialista que le asegura al dueño de la emisora, que es el pueblo cubano, un producto de calidad: contenido, belleza, ideología, arte.
Soy de los que cree que el asesor, el buen asesor, es imprescindible y no debe tener compromisos, a no ser con sus clientes: los oyentes.
De que si es artista o no, me da lo mismo; lo que importa es que sepa hacer su trabajo con oficio y cultura y que sepa que de su gestión profesional,dependerá, en buena medida, que los oyentes de la radio la sigan teniendo como una vía para la apropiación de nuevos conocimientos,para el entretenimiento y el disfrute espiritual.

Soy periodista de la radio de Santiago de Cuba.

Anónimo dijo...

El asesor es el "especialista que le asegura al dueño de la emisora, que es el pueblo cubano, un producto de calidad"? Dice Ud. algo loable y respetable. Así debería ser, pero lamentablemente, no estoy segura de que algunos ahora mismo estén asegurando esa calidad. No suelo confundir los deseos con las realidades. Es cierto, le apoyo de nuevo, no deberían tener más compromiso que con los oyentes; pero, al parecer, algunos tienen un compromiso con las finanzas, "por encima de cualquier otra cosa".

Una trabajadora de la radio, aunque no de Santiago de Cuba

Anónimo dijo...

Con mucho gusto leí tu ponencia y los comentario que surgieron de ella. Pienso que este tema merece profundizarse un poco más, por ejemplo desde el momento en que capacitamos a un asesor. El asesor, además de representar y velar por el cumplimiento de la Política Cultural de la nación, DEBE SER UN ARTISTA, por tanto no sólo debe conocer cómo realizar un brillante análisis dramatúrgico de un guión. El asesor debe preguntarse qué sucederá luego con este proyecto y tener los suficientes conocimientos y ARMAS, para justipreciar la calidad del trabajo desde la dirección del programa hasta la realización del sonido. Por tanto es una especialidad de especialidades. Que pueden ser mal pagada, es un tanto cierto, pero el problema no radica ahí, el problema radica en que lamentablemente la radio de estos tiempos se ha ido permeando de un estilo industrial desmedido que lacera la realización artistica del producto radiofónico. No sólo hay que revisar a los asesores, y no estoy tirando al fuego a nadie, hay que revisar la radio toda. El salario, quién no lo sufre, preguntémosle a cualquier profesional u obrero, es una realidad. Además el asesor que así piense, JAMÁS será un ASESOR, es una falta de respeto a la profesión y que conste que no es apasionamiento barato. Entonces, creo amigo Cedeño que debemos seguir polemizando en cuanto a esto y de seguro alguna transformación surgirá. Cuánta pena siento que existan "asesores" que sólo firmen guiones apenas sin leerlos, sin comentar algo, sin sugerir. Hacia dónde iremos?
Yovanis Acuña
Asesor Radio Grito de Baire

Juan Carlos Roque dijo...

Estimado Reinaldo,
Hace días estaba por comentarte que he seguido con atención tu trilogía sobre la radio cubana. Particularmente agradezco esa reseña del debate acerca del asesor de radio, tema del que he hablado en mi blog El arte de hacer radio, a raíz de la reflexión publicada por el colega Adrián Quintero en 'Palabra desnuda' sobre el asesor de radio en Cuba. "El asesor dice si sirve o no un guión, o una obra, o el embrión de una obra. Y lo más importante: da luz a su autor sobre lo que es salvable y lo que no; aporta ideas, esclarece conceptos, ayuda a pesar. Por supuesto, a veces no le quedará otra alternativa que rechazar aquello que no sea artísticamente salvable y defender luego esa postura. La regla de oro de la buena asesoría es la comunicación; el diálogo inteligente, el intercambio de criterios", escribió Quintero. Recuerdo que fui uno de los primeros en reaccionar a su post. La labor del asesor es esa que plantea Adrián. Sigo creyendo que este debate es tan viejo como los años que llevamos con la "nueva" radio a cuestas, y ya va siendo hora de reconocer que en esta materia no siempre ha primado la lógica".
Aunque reconozco el valioso aporte de un asesor cuando de verdadera "asesoría" se trata, solo quiero comentarte que conozco importantes radios de otros países que jamás han tenido la figura del asesor y su programación es de una muy alta calidad. Otros sistemas de organización del trabajo, de producción y concepción de los programas en esos medios, permiten prescindir del asesor. En todo caso, depende de la preparación del personal y del trabajo en equipo, mas que de alguien se con su firma de el visto bueno para su salida al aire. No hablo de programas dramáticos, donde se justifica mucho más su presencia. Pongamos por ejemplo los programas variados: ¿Crees tú que una emisora cubana pueda prescindir del asesor y confiar esa tarea director o al equipo realizador? Hasta donde llega la frontera de lo artísticamente aceptable y lo política e ideológicamente incorrecto?
Por su importancia, reproduciré tu artículo en mi blog, en aras de contribuir a este debate que todavía tiene mucha tela por donde cortar.
Un abrazo,
Juan Carlos Roque

Anónimo dijo...

Los asesores, los pobres, muchos son profesores de español-literatura, otros de computación del Pedagógico, otros ex-funcionarios desfenestrados de aquí y de allá.

Algunos son odiosos, gritones y petulantes, hasta que "entran en caja". Otros son buenas personas y a veces te embarcan...Pero son necesarios, sobre todo los que conocen su oficio. Los culpables son los que les regalaron el título de asesor. O los que dieron el curso mal dado en la provincia.

Lo de ellos no es solo poner tildes y decir me gusta o no me gusta, es dar argumentos. En CMHW había uno muy bueno que se llamaba Andrades y ya se jubiló, pero el tipo sabía lo que hacía y decía.

Por supuesto, tienen que ganar, pero tienen que orientar, sugerir, decir lo que puede funcionar o no.

Algunos, lamentablemente, también han pasado cursos de directores de programas y son insoportables, porque quieren que tú escribas el libreto que ellos nunca hicieron, por falta de talento. Otros también son guionistas y ahí mismo se para el carro, porque empiezan las envidias, los celos...El asesor debería ser solo éso: asesor.

El buen asesor es una especie en extinción, pero debe estar acompañado de la modestia, porque un asesor petulante, autosuficiente-insuficiente y bretero es como un dolor allí mismo. VIVA LA RADIO.

Anónimo dijo...

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