lunes, 18 de mayo de 2009

MARIO BENEDETTI para siempre


Abel Rosales Ginarte
abel@rhc.cu

Estoy seguro que imaginó las palabras en los medios de comunicación. La inmediatez de los recursos palidecen ante el verbo enorme de su obra. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir, pero la noticia permanece impasible, como el abismo interminable. Ha muerto Mario. Mejor: ha cruzado hasta el sendero de la eternidad. Me viene a la memoria Cortázar: “…ahora serán las palabras”

Más de ochenta libros de poesía, novelas, cuentos, ensayos, y guiones de cine llevan el generoso credo de Benedetti. Su adeudo con la tierra que lo vió nacer le permitió sobrevivir los exilios. En Cuba fundó el Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas. Dos años después obtiene el premio literario de dicha institución y ya su voz corre por el mundo con la fuerza de los hombres que nacen comprometidos con los buenos. Defensor de la revolución cubana y de su líder histórico Fidel Castro, Mario demostró todos estos años con gesto agradecido el abrazo solidario de los grandes. La Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) reconoció su insobornable pasión con el premio de las letras.

Pero no se nos cansa el alma. Los versos de Mario siguen el camino de perpetuidad que merece toda obra de compromiso. Muy pocos percibieron el vuelo del angelote que estremeció a Madre América este domingo. No es silencio lo que sentimos sino el bullicio estremecedor de sus palabras, de las canciones de Daniel Viglietti y Joan Manuel Serrat. El sur limpia las ganas al olvido. Mario se queda en los rincones y las letras, en los balcones y el desamparo. Su gesto desafía a las tinieblas y lanza una voz que sentimos nuestra.

Mario es el milagro de la sonrisa. En Casa de las Américas su voz resuena como el misterioso disparo que no alcanzó su corazón. Su vida es ejemplo de tenacidad porque empezó a trabajar a los 14 años y tuvo diversos empleos: taquígrafo, cajero, vendedor, librero, periodista, traductor y empleado público y de comercio. Parece una novela, pero la verdadera misión del hombre es arriesgarse y saber enfrentar hasta el final su batalla. Los combates no se pierden con la muerte, se ganan al olvido. Esa es misión de Quijote que Mario Benedetti sabe enfrentar más allá de los hombres y los tiempos.

¿Dónde está la plenitud de la obra de Mario? Esa es pregunta “discreta”. La obra de Benedetti no necesita juicios o análisis de perfección. Su genio hace mucho tiempo es parte de los fuimos y lo que seremos en esta parte del mundo. Cierre los ojos un instante y sienta como fluye su verbo en las arterias de América. Los premios y reconocimientos que obtuvo a lo largo de su vida son la mejor reverencia a la madre que hoy llora su partida. Quizás algunos se dieron cuenta y callaron por mesura. Hace mucho tiempo que la obra de Mario Benedetti pertenece para siempre América, la madre que defiende con cada creación suya vibrante y universal.

POEMA DE MARIO BENEDETTI:
http://laislaylaespina.blogspot.com/2008/08/me-sirve-no-me-sirve.html
DESPEDIDA DEL ZURDO (Poema a Mario Benedetti de Rogelio Ramos)

2 comentarios:

A Cuban In London dijo...

Pues ya triste andamos todos, Reinaldo, sin el maestro. Como tu, estoy frio con la noticia. Muchas gracias por tu pequen-o homenaje.

Saludos desde Londres.

El peregrino dijo...

Desde mi concurrida soledad, desde este estar jodido y radiante, más lo primero que lo segundo y también viceversa, me detengo aquí para felicitar estas letras.
Saludos y espero poder seguir leyendo.