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(a Roberto Valera y a su madre Catalina Chamizo, de 103 años)
Cuando bailan Roberto y Catalina, el mundo se detiene. Catalina deja caer su mano de niña. Roberto tararea una canción que sólo ella puede escuchar.
Catalina se sujeta del aire, de su pañuelo blanco. Roberto cierra los ojos para ver su alumbramiento en los ojos de Catalina. La ventana huele a mar.
Catalina baila el primer danzón, baila para espantar el miedo. Roberto siente la isla bajo sus plantas. Catalina y Roberto se miran como si fuera la primera vez
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