jueves, 18 de mayo de 2017

HOMOSEXUALIDAD: Respeto social, apariencias y autoaceptación




POR El Estudiante de la sexualidad


El camino de la infelicidad o la de la felicidad suele estar relacionado con la manera en que se vive la sexualidad. Hasta que la humanidad no desarrolle relaciones amorosas saludables, no alcanzara la paz. Este escrito es contra los prejuicios y tabúes mentales que existen en la sociedad humana, que son los  que le cortan las alas a los sentimientos.


¡Reconózcalo!, existen personas homo en su orientación  amorosa y sexual. ¡No les cause dolor!


 No eligieron ser así, ni tuvieron la posibilidad de preferir como ser: es la orientación sexual y amorosa que les tocó tener. Así está estructurada su sexualidad. Tal es la energía que vertebra todo su ser y abarca todas sus dimensiones como seres humanos y como personas. Es algo que por mucho esfuerzo propio que hagan o mucha fuerza de voluntad que empeñen para cambiarlo, no lograrían otra cosa que, mutilarse o dañarse en lo más profundo de sus sentimientos y afectos, desgarrándose a sí mismos.

Existe en los seres humanos diversidad y variedad de orientación sexual. El amor puede generarse o surgir entre dos personas, sin importar su sexo biológico. Ahora bien, hay que entender que una cosa es el amor, y otra muy distinta son las cochinadas, las bestialidades a las que pueden llegar muchos, tanto homo como heterosexuales, en su desenfrenada y egoísta búsqueda de placer (individual). 

Tal vez algún familiar suyo, o usted mismo, tenga sentimientos amorosos, sienta atracción o le guste alguien de su mismo sexo. Tal vez se enamore. No vea esto como una condena, sino como un don particular del amor dado al ser humano.

El amor y las pasiones humanas se orientan según gran variedad de vocaciones asignadas divina y naturalmente.

Primeramente conózcase usted mismo, según lo que realmente ama y lo que verdaderamente le gusta y, asúmase tal y como es. Consecuentemente, respete y valore positivamente también la manera de sentir y amar de los demás, lo que realmente aman y lo que verdaderamente les gusta.

Para que pueda ser feliz, evite causar daños a otros. No les haga sentir menos hiriéndoles en su dignidad personal. Trate de no rechazar ni menospreciar a nadie por su orientación sexual. No les juzgue ni les condene. Póngase en su lugar, piense que quizás usted o algún familiar cercano pudieran desarrollar una orientación sexual similar.  

No les haga sentir culpa o pesar por ser de la manera que les tocó ser. Ayúdeles a sentirse orgullosos de sí mismos, a disfrutar a plenitud de la vida, como son; pero sin promiscuidad y de la forma más limpia y sana posible. Ayúdeles a vivir una vida significativa, donde logren la autoaceptación, la autosatisfacción y la felicidad. Recuerde que el rechazo social y familiar hacia los y las homosexuales, les hace sufrir muchísimo, les puede llevar a la depresión e incluso al suicidio. Evite herir a un ser humano. Mucho menos a tal extremo.

No sea parte de este círculo de violencia contra los homosexuales. La ley de la vida le puede poner a usted o a algún familiar suyo en una situación semejante.

Es cierto, existen homosexuales promiscuos que buscan equivocadamente mucho sexo y poco o nada de amor, como también hay heterosexuales con esta actitud que ensucia tanto el alma humana y la aleja de su felicidad. De lo que se trata es del amor que se pueda ser capaz de expresar, y de todo el bien que se sea capaz de hacer. Amar y hacer el bien a los demás, es lo que verdaderamente les traerá la felicidad.

No importa tanto del sexo, ni con quien se haga,  ni la orientación de la sexual que se tenga: lo que importa es que se sea capaz de amar más allá de sexo u orientación sexual. Lo importante es que prime el amor por encima de todo lo demás, que al hacer uso de su sexualidad comuniquen más amor que sexo.

Es necesario que la comunidad L.G.B.T.se oriente a comunicar y transmitir valores que sirvan para el ennoblecimiento humano. Esto les hará ganar prestigio respeto y aceptación social. “Solo el amor engendre la maravilla”,  según la frase martiana. Que reine soberano el amor, en toda unión íntima entre dos personas, acompañado  siempre del respeto mutuo de sus cuerpos y de todo su ser entero. Que se acompañe el amor, también de compromiso, fidelidad y responsabilidad para con el bienestar de todos los seres humanos.




Las apariencias…

 Es  cierto, existen homosexuales excéntricos, al extremo de verse risibles y hasta un poco ridículos, histriónicos, difíciles de tratar…  paciencia, esto se debe a que su alma, quizás,  esté muy dañada o herida de tanto rechazo o menosprecio y esté buscando reconocimiento y aceptación a toda costa, haciéndose notar de alguna forma. Un poco de paciencia y comprensión será una vía para encontrar la solución.

La mirada ciega de la sociedad se dirige hacia los más “afeminados”,  criticándolos muchas veces de debiluchos, llegando a justificar el rechazo y el maltrato en su contra. Pero este no es el caso de todos, porque existen homosexuales, muy  varoniles y viriles, que hacen gala de su masculinidad y hombría,  no sintiéndose débiles ante nadie. Tienen la prepotencia y el orgullo de ser varones. No dan a conocer  su verdadera orientación amorosa socialmente, debido a la atmósfera de miedos, prejuicios y tabúes mentales creados a causa de la ignorancia social sobre las relaciones amorosas. Esta es la causa de mucha desdicha humana y de que con frecuencia se repriman los sentimientos interiores. Lleva a muchos a fingir como heterosexuales, tremendos mujeriegos; incluso se casan y tienen hijos, con el único fin de ocultar su homosexualidad, o “taparse”, como se suele decir popularmente.

Sin embargo, estos casos no llegan a disfrutar de lo que les gustaría hacer verdaderamente. O se ven en la necesidad de tener una relación con otro hombre a escondidas. No se ven como homosexuales socialmente, aunque lo sean.  Se pueden mostrar muy agresivos y hasta violentos para reivindicar su masculinidad o su imagen de macho dominante. Recurren con frecuencia a la violencia física. Hay  casos en los que han matado a puñaladas con quien han tenido sexo, culpan a la víctima por su orientación, temen autoreconocerce y aceptar su orientación sexual. Tal es la profundidad de su auto negación.

Necesitan urgentemente ser tratados por un psicólogo de la salud mental, debido a la gran presión de conflictos internos y a las desastrosas consecuencias de llevar una vida reprimida. Muchos son tremendos machos, fuertes, musculosos, varoniles, bien aceptados socialmente por una sociedad llena de hipocresías y apariencias; a pesar de  ser tan infelices, violentos y peligrosos.

Hasta tanto la sociedad no sea capaz de amar y aceptar a todos sin máscaras,  será una sociedad enferma, violenta e infeliz.

También sucede parecido con las lesbianas. Son más visibles más aquellas donde una tiene “apariencia hombruna”, y la otra es más femenina. Nadie se percata que existe un gran número donde ambas son muy femeninas y no existe masculinización alguna. Pero las apariencias engañan y confunden una vez más a la sociedad, llena de tabúes mentales que no le permiten ver más allá.




Caminos

Si eres creyente o tienes alguna creencia en Dios, quiero que sepas que quien escribe estas palabras también te aconseja como creyente y conocedor de los libros sagrados. El principal y primer principio dado en la Biblia es: “Ama al Señor Tu Dios con toda tu alma y tu ser, y consecuentemente ama a tu prójimo como a ti mismo”.

El Dios Verdadero es fuente de amor, vida y felicidad. No rechaza a nadie, ni impone cargas de mandatos y exigencias que sean incapaces de cumplir, o que por su condición les sean imposibles de alcanzar. El, Sabio y Bendito conoce hasta donde cada cual puede llegar en EL CAMINO. Les pide esfuerzo en la obediencia de la fe,  entrega y dedicación, pero sabe que nadie puede dar de sí lo que no ha recibido, ya que no lo tiene. Por lo que tampoco nadie debe sentirse frustrado en querer cambiarse o transformarse en lo que no es. Esto sería tratar de servir a un imposible. Son cargas de exigencias que imponen más las religiones que el mismo Dios.

Camino equivocado también es  pretender alcanzar  algún favor o alguna aprobación, buscando dar de sí lo que no tiene ni es, por mucho que se lo quiera o se lo finja ser. Sé que Dios ama a las personas tal y como son. Él es el único capaz de conocer y comprender plenamente a cada persona en lo más profundo de su ser,  incluso más que lo que somos capaces de conocernos y comprendernos. Por tanto, solo Él es capaz de amar y  transformar a un ser humano y hacerle capaz de alcanzar la estatura del perfecto hombre. En la forma y el tiempo no conocido por nosotros.

Evitemos la hipocresía religiosa, la que tanto rechazó Jesús mismo, porque condenaba más al pecador que al propio pecado. Dejemos a la gente ser real y auténtica. Que se sientan capaces de amar a Dios con sinceridad, no queriendo ser lo que no son; entregando todo de sí, pero tal cual  son; sin máscaras, sin fingir sentimientos o conductas. Que sean capaces de dar hasta donde puedan dar y de entregarse a obedecer gozosamente según la estatura del don recibido.

Es justo que la persona desee consagrarse totalmente a buscar alcanzar la perfección  hasta donde sea capaz, a pedirla al Ser perfecto constantemente, y realizar su mejor esfuerzo en ello. Pero no es justo que se entristezca, caiga en depresión y se frustre por pretender un perfeccionismo que le prive cruelmente de la necesidad de la misericordia y el perdón para los errores humanos.

No es Justo que se rompan las buenas relaciones familiares, de amistad y fraternidad, por  estar condicionadas a demandas o exigencias que sean imposibles de cumplir y no contar con requisitos o  no tener los recursos para alcanzar algo tan alto para un simple y débil ser humano.

 No es bueno que se pierdan las esperanzas de lograr hermandad y fraternidad entre los seres humanos debido a un perfeccionismo que excluye y margina a las personas por ser diferentes en su preferencia amorosa, sin importar que tengan y aporten también valores  que enriquezcan las relaciones interpersonales.  

Es mucho mejor buscar  el buen desarrollo de las relaciones humanas, que cada cual se sienta feliz y agradecido con lo que le tocó tener y con lo que le tocó ser  y con todo lo bueno que se sea capaz de hacer con ello. Que busque hacer  todo el bien que pueda hacer. 

Lograr comunicar el amor y hacer el bien con los recursos que se tienen y con lo que se es en realidad. Ser capaz de darse hasta la entrega total de sí mismo, pero tal cual como es y siente, sin fingir ser lo que no es, o negar ser lo que es. Este es la verdadera senda que le conducirá a la felicidad.  





La hermosura del amor está en todas partes

Espero que este escrito le sirva para reflexionar y ampliar su comprensión sobre este tema de tanto interés y debate social. Y si usted es gay no se sienta culpable ni avergonzado de usted mismo, no trate de ser lo que no es, no se rechace, acéptese, ámese, trate de comprender, amar y perdonar a aquellos que no comprenden su orientación amorosa, sexual y erótica.

 Si usted tiene un hijo o una hija, o algún familiar con una orientación sexual o amorosa homo, acójalo tal cual es, ámelo como familia que es suya, no le haga sentir inferior, valórelo en toda su grandeza como persona. Por favor no vea esto como una desdicha o una vergüenza familiar o personal.

Si es su familiar no deje de protegerlo, defenderlo y apoyarlo. Si es su hijo(a), sea un buen padre o una buena madre acoja a su hijo(a), ámelo como es, valore positivamente los sentimientos amorosos de su hijo. Edúquelo para amar a quien escoja amar. Enseñe y eduque a su hijo para que pueda escoger incluso una persona que le ame. Enséñele a cuidarse de quien le ofenda o le maltrate, a encontrar amistades positivas y  personas  con quien pueda relacionarse  sanamente.

Enséñele a lograr  ser feliz y conservar la felicidad en la familia de ver a su hijo(a) feliz. No pretenda cambiar forzosamente lo que es, por lo que no es, porque estaría usted  en un grave error, causando un gran daño a otra persona o a usted mismo, lesionando lo más íntimo de un ser humano, sus sentimientos.

No pretenda forzar a otro a sentir de una manera que no se siente. Y como dice la sentencia popular: en el amor, lo que no nace no crece. Por eso he aquí mi consejo: no fuerce a nadie, ni a usted mismo, a sentir de la manera que no siente, porque ese es el camino a la infelicidad personal, familiar y social.

Deje que los sentimientos en la orientación amorosa, broten libre y espontáneamente y trate de ver la hermosura del amor por doquier (todas partes).  Solo así podrá usted  alcanzar la paz en su mente y su corazón, también en su ambiente familiar y social.

Logre ser capaz de acoger, respetar y amar a todas las personas y será feliz.

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