martes, 20 de septiembre de 2016

“Un libro: Novelas y cuentos de Voltaire”: Federico Gabriel Rudolph (Argentina) / PREMIO CAPÍTULO INTERNACIONAL / V Concurso Caridad Pineda In Memoriam





Afirmar sin lugar a dudas cuál libro ha sido significativo para mí o decidirme por alguno que me haya marcado para el resto de mi vida es una tarea un tanto difícil, cada libro que he leído me ha conmovido de alguna manera, tocando mis fibras más íntimas y, por lo tanto, cambiando una parte de mi ser en el proceso o, más bien, llevándome a conocerme un poco más a mi mismo (a un yo más cercano a mi propio ideal, se podría decir).

Y, sin embargo, cada vez que pienso en algún libro, en algún autor, el primero que se me viene a la mente es Novelas y cuentos de Voltaire, libro que llegó a mis manos de parte de unos vecinos de Huerta Grande pueblo de mi infancia y de mi adolescencia. Mis vecinos, una pareja de edad mayor que venían de vacaciones una vez al año a las sierras de Córdoba provenientes de Buenos Aires, amiga de mis padres y de mi abuela, que vivía con nosotros, me regalaron este libro junto con otro de Cervantes, también con novelas y cuentos.

En un principio, me costó leer a Voltaire. Es que, a los diez años, uno no está acostumbrado a una lectura tan pesada  (o, al menos, eso pensaba entonces). Así que lo dejé descansar por un buen tiempo, un par de años si mal no recuerdo. Hoy, diría que fue necesario dejarlo madurar, algo así como se deja madurar un buen vino antes de poder saborearlo por completo.

Cuando decidí encararlo por segunda vez, recordé una de las cosas que me habían desalentado a leerlo por primera: era necesario pasar el análisis de la obra antes de sumergirse en las novelas y los cuentos. Por esa época, me hubiera sido imposible saltarme el orden natural de lectura, era impensado, para mí, atreverme siquiera a leerlo aleatoriamente. Necesitaba, pues, enfrentarlo página por página, de principio a fin, tal como había sido impreso. Y eso hice.

El libro y yo habíamos madurado lo justo, tanto que cuando lo volví a tomar en mis manos la lectura fue ágil y muy cómoda, me atrapó hasta el final. Una novela corta, un cuento detrás del otro se sucedieron sin parar, una lectura que me era ajena, pero que me atrapaba. Un libro que me marcó, más allá de la literatura, por lo picaresco, por lo arriesgado de las ideas que presentaba: era la primera vez que leía a un filósofo, y hacerlo en forma de cuento y de novela, fue lo mejor que me había pasado como lector hasta entonces.

Más allá de viajar junto a los personajes y de vivir sus experiencias había un cuento de ciencia ficción en él, incluso, experiencias terribles en algunos casos, me llevó a aprender a reflexionar, a razonar de otra manera. Desde entonces, la duda es mi guía y mi conciencia, aprendí que podemos reírnos de todo, que la ofensa es lo más relativo que existe en el planeta, que las cosas tal como son no debieran serlo, que los ciegos no pueden juzgar los colores y un largo etcétera.

 Lo leí varias veces mientras estuvo en mis manos. Lo había dado por perdido, pero lo recuperé hace muy poco de casa de mis hijos  debo aclarar que soy separado. Quizá, era una lectura poco interesante para ellos o, simplemente, volvió a mí por el hecho de que se trataba de un ejemplar dedicado. Alguno de estos días me sentaré a leerlo nuevamente, pues nunca me ha cansado hacerlo. Por ahora, descansa en la pequeña biblioteca de mi departamento en La Falda, ciudad vecina a Huerta Grande y donde vivo desde hace tres años, luego de un largo periplo de mudanzas (es que aquí, vivir en La Falda, Huerta Grande o en las localidades vecinas es prácticamente lo mismo, como si fuera un único pueblo).

Volviendo al libro, si tengo que confesar cómo me ha marcado realmente, más allá de mi forma de interpretar la lectura o a los autores, es en mi propio estilo literario. Cuando encaro el procesador de textos en blanco y empiezo a plasmar el próximo de mis relatos en él, la influencia de Voltaire, de aquellas novelas y cuentos filosóficos contagia tanto mis escritos que, entre líneas, escondo mis opiniones y pensamientos con un toque de humor y otro de llamado a la reflexión sobre cualquier tema que abordo. Por eso, debajo de la superficie de mis cuentos, encontrarán quizá los secretos de la vida que he ido descubriendo. Quizá… o, tan solo, no sean nada más que cuentos...


DEL AUTOR
FEDERICO GABRIEL RUDOLPH

Narrador, historiador, biógrafo, periodista y ensayista. Nació en la provincia de Córdoba, Argentina, en 1970. Publicó El Rendar, De Ángeles, De amores y de locos, Cuentos poco conocidos Vol. I, Donde aúllan los vientos (libros de cuentos), además de otras obras. Dicta charlas sobre autoedición y ha dirigido algunos talleres literarios sobre creación de cuento.   Correo electrónicofedericogrudolph@gmail.com

 

Este premio lo llevó a una entrevista con Radio Cooperativa AM 770 de Buenos Aires, .--TODOS LOS PREMIOS / TODAS LAS FOTOS en: 
---GRAN PREMIO: “Las cien no soledades”: Aracely Aguiar Blanco
---“EL LIBRO QUE ME TOCÓ VIVIR” de Yecenia Ramírez Sosa / Premio AUTOR NOVEL y trabajo más premiado / V Concurso Caridad Pineda In Memoriam 2016
__ “Sobre EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA”: Mireya Chico Díaz / PREMIO TERCERA EDAD / V Concurso Caridad Pineda In Memoriam
 

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