lunes, 27 de diciembre de 2010

IMÁGENES para despedir y recibir un año


Texto: Reinaldo Cedeño Pineda /Fotos: Miguel Rubiera


La Isla y la Espina quiere despedir el 2010 con imágenes cedidas por el excelente fotorreportero de la AIN (Agencia de información Nacional), MIGUEL RUBIERA.


Las fotos captan el paisaje, el espíritu y los personajes de Santiago de Cuba. A decir verdad, es un lujo exclusivo que nos gastamos.



(Festival del Caribe en julio último)




(Cayo Granma y la bahía santiaguera)



(Berta, la pregonera)


(Calle que refleja el anfiteatro arquitectónico de Santiago de Cuba)



Este 2010 ha sido un año rico en sucesos para este redactor, de mucho trabajo, de ingreso hospitalario, de situaciones insólitas… pero también de lauros, de abrazos y de libros.

Un año, al fin, en que he vivido, en el que termino cargado de energías para vivir los próximos doce meses que se presentan complejos y cambiantes para todos los cubanos... pero sin renunciar a los instantes de alegría.



En todo caso a los lectores que se han asomado a este blog desde 143 países, un abrazo desde Santiago de Cuba. Gracias y FELICIDADES…



OTRAS IMÁGENES del FOTORREPORTERO MIGUEL RUBIERA

Los instantes decisivos de Miguel Rubiera
http://laislaylaespina.blogspot.com/2009/07/los-instantes-decisivos-de-miguel.html

Artículos de Miguel Rubiera Justiz
http://www.cubadebate.cu/categoria/autores/miguel-rubiera-justiz/

domingo, 26 de diciembre de 2010

MARÍA ELENA LÓPEZ, Premio de Periodismo Mariano Corona por la obra de la vida



(María Elena López y Rolando González en una de las sesiones de trabajo del programa Guión 5)


Reinaldo Cedeño Pineda


La periodista y documentalista María Elena López Jiménez (Tele Turquino) se acreditó el Premio Provincial de Periodismo Mariano Corona Ferrer en Santiago de Cuba, conferido este sábado.


El un galardón instituido para reconocer la obra de la vida, fue dado a conocer este sábado 25 de diciembre en la Asamblea de la Unión de Periodistas de Cuba, correspondiente al 2010.


Tuve el honor de presidir el jurado integrado además por mis colegas Odalys Riquenes, Marta Cabrales Arias, Coral Vázquez y Olga Thaureaux Puertas.


Tras valorar cuidadosamente los expedientes de los nominados, el Jurado argumentó su fallo. Lo reñido de la selección y la excelencia de varias candidaturas hizo que la decisión fuese dividida:


-Porque durante 35 años su desempeño profesional ha transitado con éxito por todas las vertientes del periodismo audiovisual y su labor ha contribuido a la difusión de los valores materiales y espirituales del Oriente cubano.


-Porque supo convertir la crónica en lenguaje habitual para engrandecer los temas cotidianos.


-Porque su obra ha dejado una huella insoslayable en el audiovisual santiaguero al iniciar el tratamiento de temas como los estudios sincréticos, reflejados en numerosos documentales, y es parte del patrimonio de la más importante cita multicultural del área: el Festival de Caribe.


-Porque desde su oficio como realizadora supo captar las esencias más autóctonas de la nacionalidad cubana a través del programa Guión 5, que marcó un hito en la televisión nacional.


-Porque su quehacer ha sido reconocido con una treintena de premios a nivel local y nacional en importantes espacios como los festivales de Telecentros, el Festival del Caribe, el Premio Caracol de la UNEAC, entre otros, y ha inspirado una investigación para una tesis de grado de la carrera de Periodismo.


-Porque a pesar de sus problemas de salud, se ha mantenido fiel a su profesión como redactora y es fuente de de consulta para investigadores y estudiosos de la temática caribeña.


-Porque a su brillante ejecutoria profesional une el compromiso con el proyecto social cubano y altos valores humanos que la erigen como un ejemplo para los profesionales del sector.


LOS NOMINADOS


Fueron Francisco Revé Hechavarría, Julia Catalina Clegar Barthú, Armando Fernández Martí, María Elena López Jiménez, Heriberto Cardoso Milanés, Carlos Alberto Simón Paisán, Augusto Revilla Rodríguez, Miguel Ángel Gainza Chacón y Carlos Sanabia Marrero.


A mi sólo me queda una palabra, redonda y sin reservas. FELICIDADES, María Elena.

MARLENIS, como quisiera que fuera una broma



Reinaldo Cedeño Pineda

Un día le gastaron una broma macabra. Y cuando Marlenis alcanzó a verme, me dio un abrazo de esos que estremece. Todavía siento sus brazos.


(Alguien le había dicho que… me había muerto)


Marlenis era noble. Noble y trabajadora.


Comenzó en el periódico Venceremos. También fue esa mi primera escuela una vez graduado. Guantánamo es un desafío.


La recuerdo sobre todo desde la emisora CMKC, desde la corresponsalía en Songo La Maya. ¿De dónde sacaba ella todos los días, trigo para la información, trigo de luz?


Marlenis Cobas Milián fue la voz grande de su pequeño municipio. Desde su terruño tocaba el mundo.


Encabezó luego la emisora Sonido SM, construida desde los cimientos y desde el aire ¿Quién mejor para fundar un sueño?


Por mis manos pasó su trayectoria, al ser reconocida entre las mejores periodistas santiagueras en 2009.

Su modestia y su alegría eran una, mientras la pantalla proyectaba su vida.


No la vi en los últimos tiempos de la enfermedad.


Tenía 47 años.


Como quisiera que fuera una broma, esta, tu muerte.


jueves, 23 de diciembre de 2010

PREMIOS HEREDIA 2010: Luis Lexandel Pita, Mayerín Bello y Juan Carlos Veranes, GANADORES


"Yo aparezco. Yo me desnudo. Yo entro en la luz. Yo despierto los colores. Yo corono las aguas. Yo empiezo a recorrer el tiempo como un licor. Yo devoro las arenas en todas las orillas. Yo predico si el mundo seguirá o se va a hacer. Yo conjuro la tierra para que acamparse su ritmo a la lentitud de la lava. Yo reino en el centro de esta conflagración como ave inmóvil.

Y del primero al séptimo día mi cuerpo es el reino silencioso donde viven las víctimas de mi error".

Así escribe el matancero Luis Lexandel Pita en su libro Falsas maniobras premiado en el apartado de poesía en el Concurso José María Heredia, en su versión de 2010.

El santiaguero Juan Carlos Veranes Ferrer, se acreditó el accésit de poesía por su excelente cuaderno Cosa Nostra.

“Todo el mundo tiene una causa y yo quise plasmar en él la mía. Ahí me muestro yo, mi familia y mi país, en tres capítulos y en verso libre”, declaró el autor.

Trabajador del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, Veranes afirma a sus 38 años, haber “llegado tarde a la creación poética” y no tiene a menos declarar cuanto debe al Aula de Poesía, taller literario que coordina el poeta Reynaldo García Blanco.

El poema inicial de su libro Cosa Nostra es “El Monte de la Nación”

"Ya conozco los sitios altos donde no llega la luz

sé del leopardo que se mueve por el monte seco de la nación/

luego llegan los héroes y extenuados buscan la lluvia

vienen de todas partes con el pecho hinchado

y con cierta discrepancia se agitan

ellos saben de los azares

de las maneras de estos tiempos/

por el monte de la nación

avanza desnuda una muchacha

con las manos sobre la carne del vientre

desconoce su gravedad

vio caer a un aragonés en la puerta ancha

vio caer al ciervo herido/

y en poco tiempo regresábamos del monte seco y pardo

nos pusimos a recordar a aquella mujer

y en los sitios altos de la nación

el país se nos escapaba

y teníamos ron nacional más hierba buena

la ebriedad nos ganaba

nos hacía fácil el tiempo

yo disentía

y la patria se nos volvía a escapar de las manos".

Mayerín Bello con La ardua ruta de Jano, el caminante, se acreditó el galardón de teatro.

El certamen, convocado por la Asociación de Escritores de la UNEAC en Santiago de Cuba tuvo como jurados a José Orpí, Liliana Gómez Luna y Reinaldo Cedeño (poesía) y a Marcial Lorenzo Escudero, Alexander Legró y Ana María de Agüero en el apartado de texto dramatúrgico.

Los organizadores explicaron que las obras presentadas en la categoría de ensayo no cumplieron con las bases de la convocatoria.

El premio Heredia tuvo entre sus acciones, en la jornada anterior, la conferencia del poeta y ensayista Marino Wilson Jay dedicada a José Lezama Lima, en el centenario de su natalicio.

Asimismo, la sede de la UNEAC santiaguera, a sólo unos metros de la casa natal del cantor del Niágara, contó con un recital de Raúl Ibarra y Oscar Cruz, un recorrido por la creación lírica desde la óptica de dos generaciones.


(Dos ilustres miembros de la Asociación de Escritores de la UNEAC en Santiago de Cuba, la doctora Olga Portuondo Zúñiga, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2010, junto al ensayista y poeta Marino Wilson Jay, toda una enciclopedia literaria.)

La Sección de Escritores de la UNEAC en Santiago de Cuba despide así un año de gran actividad que incluyó, entre otras acciones, el Encuentro de Narradores y el homenaje a los centenarios del poeta José Ángel Buesa y de la célebre escritora para niños, Dora Alonso.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Ser jurado...



Reinaldo Cedeño Pineda

Decidir es siempre un reto.

(Liliana Gómez Luna, Reinaldo Cedeño y José Orpí, el jurado del Premio de poesía José María Heredia, 2010)

Cuando se está ante frente a más de una obra original o valiosa; ante una vida dedicada a engrandecer la identidad de un territorio, el fallo es siempre difícil.

A veces, quisiera uno optar por el premio compartido, ex aequo, mas si las bases aclaran que se trata de un galardón único… sobreviene el quebradero de cabeza.

Cuando se ha leído y releído, cuando ya están preseleccionados los finalistas, entonces las comparaciones (tantas veces odiosas), resultan inevitables.

No pocas veces una decisión recuerda la carrera de cien metros planos, donde se gana por un pelo, o por una sutileza. Triunfo al fin, claro está.

Hay muchos mitos sobre los jurados. Mitos o realidades. Yo hablo de los que conozco de cerca…

En esos menesteres me he visto envuelto en estos últimos días. Cada concurso en una cuerda diferente.

Primero, con las metáforas y las intertextualidades del verso en el Premio José María Heredia, convocado por la Filial de Escritores de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) en Santiago de Cuba.

Luego, nada menos que elegir entre mis colegas periodistas, aspirantes al Premio Mariano Corona Ferrer por la obra de la vida, convocado por la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba) en el territorio santiaguero.

Ardua tarea, pero un verdadero lujo haberla compartida con el laureado poeta José Orpí y con una excelente escritora para niños que encontró la fusión entre ciencia y arte, Liliana Gómez Luna.

En la mesa de su casa, los cuadernos inéditos con seudónimos. Uno quisiera saber a quien tiene delante. Le parece que es…. o acaso que…

Una consulta de última hora. Duda aclarada. Una vuelta. La decisión.

Es lo mejor que tienen los concursos literarios. La obra ha defenderse por si sola, sea de un autor consagrado o de un novel.

El concurso periodístico, es de otro cariz.


Me uno a Marta Cabrales, la directora del primer medio de prensa en que laboré, el periódico Venceremos de Guantánamo; a mis ex compañeras de trabajo en el periódico Sierra Maestra, Odalys Riquenes Cutiño y Olga Thaureux Puertas y a Coral Vázquez, la periodista de Tele Turquino, por donde los años no pasan. El del sombrero es quien escribe esta crónica y el "encapuchado", el hijo de Odalys, bien envuelto en una tarde de frío.

Los expedientes de cada candidato, son leídos con detenimiento. Uno se entera de muchos detalles de tus propios colegas que escapan al diario. Y se congratula.

Me han elegido presidente de este quinteto. Agradezco la confianza. El honor es largo. El debate, aún mayor.

Aunque decidir es siempre un reto; aunque suele ser un trabajo ingrato... si hay transparencia, si el libre ejercicio del criterio ha sido el camino, uno vuelve a casa satisfecho.

¡Ah!, los resultados?…

Muchos me han preguntado ya. Los tengo en la punta de la lengua. Temo que lo sepan por un ademán, por algún énfasis… pero siempre doy la misma respuesta: serán dados a conocer el día que les toca.

No habrá espacios para la ansiedad, será pronto... antes que concluya el 2010.

jueves, 9 de diciembre de 2010

MUERTO A LA CAÑONA


José Alejandro Rodríguez

acuse@juventudrebelde.cu

23 de Noviembre del 2010

En cinco días puede suceder lo más increíble en esta vida, quizá lo más tenebroso: que te maten de un tirón y no lo sepas. Que te extingan de entre los vivos, luego te exijan declaraciones de vida y te pongan a correr para demostrar que estás vivo.

Cuenta Nancy Pérez Gómez (Figueredo 756, entre Calle Nueva y Servicentro, reparto Izar, Bayamo, provincia de Granma) que el 11 de noviembre pasado, se presentó una persona en la vivienda de su hija, Liudis Núñez Pérez, en esa ciudad, preguntando por Elesban Núñez Frías, el padre de esta última.

Liudis le explicó dónde vivía su papá, e indagó el porqué de la averiguación, aduciendo que ella es su hija. El hombre, sin identificarse, le dijo que era un asunto personal. Semejaba una escena de un thriller policiaco.

El misterioso individuo se dirigió a la dirección recomendada.

Al llegar a la vivienda de Elesban, «sin identificarse y sin ningún tipo de ética», según Nancy, el enigmático personaje le dijo a la persona que estaba en el portal que iba a recoger la chequera de Elesban Núñez Frías, pues este «estaba muerto», y aún la familia no había devuelto aquel documento.

Cuenta Nancy que Elesban es cardiópata y diabético, pero no era para tanto: no había que «desaparecerlo» tan ligeramente. El hombre, como le hubiera sucedido a cualquier otra persona, se impresionó y tuvo que recibir asistencia médica.

El agorero del falso fallecimiento al fin reveló quién era: había sido enviado por la Dirección Municipal de Trabajo. Recogió la chequera de Elesban, aun cuando se le mostró el carné de identidad del pretendido «muerto», y le informó que fuera al día siguiente por la mañana a recogerla en la Dirección Municipal de Trabajo y allí viera al compañero Meriño.

Nancy fue y se presentó ante Meriño, y este le informó que tenía que ir a las oficinas del Carné de Identidad y ver a la directora. Nancy habló con la directora y esta le dijo que debía entregar el carné de identidad del supuesto occiso. Y un rato más tarde, le comunicó que enviaría a un compañero a ver si Elesban estaba vivo.

Ya era demasiado.

Fueron y comprobaron que Elesban estaba vivo, que respiraba, conversaba y caminaba. Nancy llamó al día siguiente a la oficina del Carné de Identidad para saber qué debía hacer en cuanto a recoger la chequera de su padre y el carné. Y para su asombro, la Directora le respondió que fuera a la Dirección de Trabajo, porque ellos eran los que tenían que ver con eso.

El 15 de noviembre, Nancy volvió a llamar a Meriño, quien no se encontraba. La atendió Eliser, y le orientó volver a las oficinas del Carné de Identidad para que le dieran un papel que atestiguara que habían comprobado que Elesban estaba vivo. Y con ese papel era que le entregarían la chequera.

Nancy no entendió por qué esos trámites no los hacían entre ellos y se los endilgaban a los sufrientes del asunto, en vez de a los artífices de la «muerte» infundada. Y al fin, el 16 de noviembre, se pusieron de acuerdo: el propio Meriño devolvió la chequera de la discordia.

La remitente considera que el tratamiento de ambas instituciones no fue respetuoso y desea que a nadie más le suceda.

No es para menos. Aparte de las molestias, el irrespeto y el «necropapeleo» que recuerda al filme La muerte de un burócrata, a nadie le gustaría que le estén matando antes de tiempo su paso por este mundo, y luego le exijan que vaya a demostrar que está vivito y coleando. ¡Solavaya…!

jueves, 2 de diciembre de 2010

EL TORNERO


Ana Bárbara Sagué Camps

Había una vez, un sucio tornero de rostro muy serio y mirada alerta.

Tenía evidentemente manos simples de tornero, rostro de tornero y mirada de tornero.

Una noche tropezó, en sus andadas, con un trozo de metal que alguien abandonó en el suelo. Con algún que otro esfuerzo logró amarrarlo a él y cargarlo, para hacerlo suyo.

Durante el camino escuchó una voz que le decía.

-Tengo vida propia. Si sabes usarme te seré útil por mucho tiempo-.

El tornero, hombre a todas, (aunque de pequeño tamaño) se sorprendió mucho y soltó rápidamente la pesada carga. Se sentó en una piedra a escasos metros del objeto. Lo observó con detenimiento por un buen rato. Dio varias vueltas a su alrededor y decidió marcharse. Mas, no había caminado dos pasos cuando giró sus talones 180 gardos, recogió la soga que había dejado en el piso y cargó nuevamente con el fardo a sus espaldas.

No hubo otro diálogo durante el trayecto aunque el hombrecito sentía que no era algo común lo que cargaba.

Sus pensamientos giraban de un modo raro, entre la incertidumbre de lo desconocido de ese material y la certeza de que por sus manos pasaban cada día, objetos, piezas, tubos y barras de un material similar. Pensó entonces que quizás fuese el cansancio que le hizo escuchar esas palabras y se tranquilizó.

Durmió con sobresaltos, ansiando que llegara la mañana para colocar el objeto en su torno y someter, vencer, poseer esa pieza y hacer de ella lo que quisiese.

Así fue como aquel simplísimo tornero de manos sucias y mirada astuta, ajustó pacientemente una parte de la pieza al torno y usando un martillo pequeño la centró con algunos golpecitos sabios. Comenzó a trabajar aquel metal en bruto hasta convertirlo en su obra maestra. Un ¨Gepeto¨ moderno torneando un sueño.

Empezó por los pies, dos pequeños y perfectos pies que soportarían el cuerpo que estaba torneando. La pieza no daba muchas posibilidades de curvas, nada es perfecto; pero logró moldear unas nalgas discretas, una ligera ondulación sugería la cintura y con un pequeño taladro ahuecó el ombligo. Más arriba logró, con pericia y dulzura redondearle el pecho y alargó cuanto pudo el cuello para que pareciera más esbelta. La cabeza fue fácil, pues la pieza, que era un objeto deformado, terminaba bastante redondeada y uniforme en ese extremo. Con el filo de la cuchilla y poniendo en ello toda su experiencia logró rebanar del cuello al centro de la cabeza largas hileras, casi superficiales. No las cortaba del todo y quedaban, las virutas, colgando al descuido; como una encrespada cabellera

El tornero desmontó la pieza, ahora hecha mujer. Era casi de su tamaño y pesaba solo un poco menos que él. Le gustó en un principio y se sintió satisfecho. Volvió a mirarle y dio nuevamente varias vuelta a su alrededor.

Había un ¨algo¨ que le atraía y lo curioso es que no sabía qué era.

¨La mujer¨ nunca más habló. Solo miraba desde el par de ojos que él le había moldeado.

Sus ojos que de cierto modo le decían lo que necesitaba saber. Infirió entonces que una linda sonrisa se vería bien en ese rostro redondo y joven y le estampó una risa eterna en los labios.

El tornero comenzó a ver a ¨la mujer¨ de otra manera, pues su risa contagiosa le alegraba de algún modo su vida enmarañada. Esa risa que él provocaba y que se convertía en un bumerán que le reponía un poquito de paz y de alegría, devolviéndole la vida que le había regalado a ¨ella¨.

Esa ¨mujer¨ era quizás lo más parecido a él. Era verse en un espejo y no temer a las críticas, afrontarlas con valor pues con uno mismo no hay más compromisos que el hecho de no mentirse jamás.

Fue entonces que sintió que algo faltaba.

La colocó nuevamente en el torno, esta vez no tomó el martillo para centrarla, prefirió una rosa que robó ligero de un jardín cercano. Acercó la cuchilla a la mujer y calculó el punto exacto entre sus muslos.

La fue penetrando tiernamente, con lujuria y meticulosidad, con la sabiduría que da la experiencia, con deseo. Disfrutando del momento hasta saciarse. Sus ojos dejaron de estar alertas y se entregaron al placer sin recelo. Su rostro, antes serio y hermético gozaba a carcajadas de sus besos.

¨La mujer¨ fue entonces ¨su mujer¨.

Había una vez un sucio tornero, con manos y mirada de tornero. Aquel de dedos muy sucios y olor a hierro.

-Me pensó, me moldeó, y me hizo su mujer.

11 de octubre 2008, 1:22 a.m.



DE LA AUTORA

Ana Bárbara Sagué Camps (Santiago de Cuba, 1972) Graduada de Arquitectura en 1994 y recientemente discutió su tesis de Maestría en Habitat y medio ambiente en zona sísmica. Desde muy pequeña demostró sus inquietudes artísticas y literarias. Formó parte del Círculo de Interés de Tele Rebelde. Este cuento fue ganador en 2008 del Encuentro de Talleres Literarios desarrollado en la casa museo Jose Maria Heredia. Tiene material inedito para varios libros.