sábado, 3 de mayo de 2014

JUAN FORMELL: Hoy y siempre te quiero más



Por Fidel Díaz

Hay muchas cosas tan difíciles de afrontar
Que uno no sabe por dónde va a empezar
Y este amor tuvo algo que no sé como explicar.
Ciertamente, como dijo en una de sus canciones, es difícil afrontar la
partida de un cubano de la talla de Juan Formell. No se trata solo del
más grande exponente de la  música popular bailable cubana, también
trovador —como le gustaba autocalificarse—, y un ser humano que amó a
esta tierra (la cubana y la humana) con una intensidad de gran poeta.
Que de mis recuerdos no quiero yo ni hablar
Que ni una palabra voy a pronunciar
Que si vuelves yo te repito “No mi amor”,
Los recuerdos no me dejan aceptar…
Te fuiste solo, y no era la hora, mi amor
Yo no quiero pensar más, todo lo que yo sufrí…
Yo no quiero pensar más cómo te fuiste de allí, mi amor.
Me llega en la lejanía la voz de Elena Bourke con esa canción de
Formell “te fuiste solo y no era la hora mi amor” y el bam baram baram
bab bam, mi amor. En aquellos inicios de los 70, yo era un adolescente
entrando en el mundo rock en la barriada de la Víbora, me debatía
entre ser pepillo o cheo, así decían a los que seguían el mundo rock o
la música cubana, como un debate que pedía definición. Los pepillos
intentaban dejarse el pelo largo, aspiraban a ponerse algo parecido a
los pitusas, o jeans, (sustituidos por pantalón de trabajo) y los
cheos se tiraban pantalones campanas y en el pelao se dejaban unas
motas... en fin me debatía entre ambos mundos que salían de la
adolescencia hacia la juventud; me reodeaban más pepillos, pero nacían
los Van Van, y “La compota de palo”, “La candela”, “Marilú”, “Yuya
Martínez”, y otras tantas que me invadían con un sabor y un
sentimiento que no podía abandonar, y aprendí a bailar casino. O
aquella que nos despertaba desde los altoparlantes en los campamentos:
Una escuela en el cmapo y un fin de semana en mi Habana...  También en
voces como Omara o Elena canciones como Tal vez... que es una de esas
canciones que fluye en su sencillez y sabrosura, como pocas para
abrazar a esa muchacha que uno le ha tirado el ojo en una fiesta, y
acercar su cuerpo, sin que se percate mientras se le susurrra al
oído...
Tal vez,
si te hubiera besado otra vez,
ahora fueran las cosas distintas,
tendría un recuerdo de tí.
Pero tal vez,
si tú hubieras hablado, mi amor,
te tendría aquí a mi lado
y sería feliz.
Tal vez,
si al despedirte de mí,
tus manos tibias hubieran tocado
mis labios diciéndome adiós.
Pero tal vez,
si tú hubieras hablado, mi amor,
te tendría aquí a mi lado
y sería feliz.
Desde entonces, desde 1969 hasta hoy, los Van Van, lejos de decaer han
seguido un camino creciente indetenible hasta ser llamado el tren de
la música cubana. Y esto se debe, esencialmente, a que Juan Formell es
un creador incesante, al que no lo ha achantado ni la fama, ni el
dinero, ni esa tentación de dedicarse a vivir de su nombre; como poeta
esencial de la música popular, cada día se incrementaba su sed de
adentrarse en las entrañas del pueblo, escudriñando en las calles, en
la casa, en la esquina, cómo vive la gente, cómo piensa, capturando
como un buen fildeador cada frase o idea que brotaba de la imaginación
y el sentimiento popular; Juan Formell es Cuba, traducida en gracia,
ritmo, música, pasión.
En alguna que otra entrevista le gustaba decir que era trovador, y a
algunos le sonaba extraño, pero Juan Formell, lo era, no únicamente
porque compuso con su guitarra y le gustaba acompañarse con ella,
también por la filosofía de componer, de hurgar en el mundo
circundante y buscar esa poesía popular para expresar lo que siente,
lo que ve, lo que encuentra en los demás y en sí.  Su canción “Lo
material” llega como credo que marcó su vida,
Si yo no quiero hablar del sol
Solo quiero el calor,
Si yo no quiero hablar del mar
Solo quiero su sal,
Porque en la vida lo material solo voy a tocar…
Es que existir me interesa más que soñar
Solo voy a luchar por vivir más, y más, y más…
Si existir me interesa más que soñar
Solo voy a luchar por vivir más, y más, y más…
No, de las estrellas no voy a hablar
No les voy a cantar.
Y de la luna, cuando estés tú
Solo quiero su luz
Porque de la vida voy a cantar
La realidad nada más.
Existir me interesa más que soñar
Solo voy a luchar por vivir más, y más, y más…
Es que existir me interesa más que soñar
Solo voy a lucha por vivir más, y más, y más…
La Habana no aguanta más”, pieza emblemática que aborda el tema de la
emigración hacia la ciudad, y dime donde quieres que te ponga la
barbacoa, La Titimanía, que desarma a ese “temba”, con buena posición
social que busca el amor de muchachitas, la situación de enredos del
que sale Los pájaros tirándole a la escopeta, que ilumina la comedia
cinematográfica, o aquel “Se acabo el querer” que trajo la reflexión
sobre tiempos turbulentos, en que el egoísmo empezaba a ser mella en
la espiritualidad; en fin, son tantas canciones en lasque esos Van Van
nos han hecho bailar con la cabeza y el alma puestas, que colocan a la
agrupación en el centro de nuestra identidad nacional.
Ya te comprendí
Ya te conocí
Ahora sé, mi amor, cómo hacerte feliz
Ahora sé cómo vivir feliz, mi amor, con tu calor
Ya conozco tus secretos
Ya yo sé cómo eres tú.
He aprendido la lección
Y no te voy a abandonar.
Estaré siempre a tu lado
Porque ahora ya yo lo sé
Ya lo sé
Ya lo sé
Ya lo sé ya, ya, ya, ya,


Este primero de mayo nos ha sorprendido el noticiero de TV con la dura
noticia de la pérdida de uno de los más grandes creadores de la música
cubana, Juan Formell. Los teléfonos empezaron a sonar, llamada tras
llamada, desde poco más de las 8 y media de la noche, compartiendo el
dolor, por un cubano mayor. Ya no pertenece solo a Cuba, de muchas
partes del mundo donde su música es bailada, estudiada, amada, llegan
mensajes de dolor.
Juanito Formell se ha escapado a otra dimensión, vale decir entonces
como su canción: “Y hoy te quiero más”

Hay muchas cosas tan difíciles de afrontar
que uno no sabe por dónde va a empezar.
Y este amor tuvo algo que no sé cómo explicar.
Tan distinto que nunca lo podré olvidar.
Empezamos siendo amigos y ya vez, el final,
tú a tu casa, yo a la mía
a tratar de recordar
los momentos buenos
esos de felicidad
cuando no había nada
que nos pudiera preocupar.
Te quiero más,
te quiero más.

Muchas veces hablamos de seguir siendo felices,
nos mentimos para no ponernos tristes.
Ya sabíamos que esto era imposible
que este amor no tendría ramas ni raíces;
es que esta vida está llena de matices
si hoy aciertas mañana, no sabes lo que dices.
Al igual que tú y yo ayer fuimos felices
hoy y siempre viviremos tristes.

Una vez te planteé algo así como el final
no aceptaste y también tuviste que llorar,
este fue nuestro primer intento de olvidar.
Fracasamos,  todavía no había voluntad
y hoy sin quererlo te tengo que dejar.
Ni tú ni yo esta vez nos planteamos ese final
si me quieres yo, a ti te quiero más
Hoy y siempre
Te quiero más
Te quiero más…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo: Propuse tu blog para el Versatile Blogger Award en http://verbiclara.wordpress.com/2014/05/06/complacencia-y-gratitud/
Si te llegas allí verás las bases. ¡Felicidades!
Amparo