viernes, 15 de enero de 2010

Haití y los temblores en Santiago de Cuba: Una crónica extraña



Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com

Una sacudida violenta, pero ciertamente extraña, brevísima, seca; como si de repente, una ola hubiera pasado por debajo de mi asiento. Tal fue la sensación que sentí este martes 12 de enero de 2010, mientras trabajaba en mi computadora.

Salí disparado hacia el patio, pero todo había terminado. Por suerte. El movimiento había sido como un latigazo, fuerte y rápido.

Luego, he visto espantado las imágenes de Haití, del terremoto ocurrido ese mismo día. Sólo nos había tocado el susto.

Vivo en Santiago de Cuba, la ciudad más sísmica de Cuba, honor lamentable en verdad. Más exactamente vivo en Boniato, en la base de una montaña y muy cerca de un conjunto de edificios. Cuando hay un temblor, los gritos se magnifican, y los pedidos de misericordia, ni hablar.

Es como estar dentro de una película de terror. Sólo que tú eres la víctima.

Incluso, tengo mi “lugarcito de escape” reservado a un costado del patio. Lo alcanzo en dos o tres zancadas, aunque en realidad, nunca quisiera usarlo. Sé que es más una ilusión que otra cosa; pero no permito que nadie me la quite.

Recuerdo el primer día de clases en la Universidad de Oriente a fines de 1987. O uno de los primeros. Mi aula de Periodismo era nutrida y al menos la mitad de mis compañeros eran extranjeros. Nunca en su vida habían sentido un temblor… pero estaban en Santiago de Cuba.

Cuando el profesor estaba de los más embullado explicando en que consistía aquella asignatura llamada Problemas del Mundo Contemporáneo, ahí mismo ―dentro de aquella aula bautizada como “la pollera”, por sus huecos cuadrados en lugar de ventanas y su techo abovedado— comenzó el caos.

Al sentir el temblor, mis compañeros, empujaron violentamente sillas y mesas, con el ruido correspondiente, y corrieron al patio interior. Sintiendo cuestionada su autoridad en grado sumo, el profesor se asomó al patio con cara de pocos amigos; pero aquel lugar estaba lleno. Como el profesor daba paseítos en su estrado, no había sentido el movimiento.

No hay que decir que se dio por terminada la clase ese día, pero el profesor, irreductible en su empeño, comenzó a hablar…. de la historia de los temblores en Santiago de Cuba: de 1766 y 1852…

Todavía puedo ver el rostro de Belay, un negrazo etíope, descolorido, con los labios blancos como el papel…. mientras el profesor ilustraba con todo detalle el terremoto de 1932, cercano a los siete grados y en el que colapsaron varias edificaciones.

Otro temblor inolvidable tuvo lugar en quinto año de la carrera, en 1991, durante el concentrado militar de dos meses, pasado en la unidad ubicada en el camino viejo del Cobre.

Fue justo el primer día. En un espacioso albergue, decenas de literas de hierro se alineaban una al lado de la otra. Noche avanzada. La sacudida duró unos segundos. Demasiado. Es lo peor del temblor, su duración. Esos segundos equivalen a siglos y se te afloja todo.

Un tropel de “soldados”, de futuros letrados, juristas, periodistas o historiadores del arte… se lanzaron buscando la puerta, todos a la vez, en calzoncillos.

A esa hora hay que salir como se esté.

Si hubo una voz de mando, como dicen algunos, yo no escuché nada. Ya estaba fuera.

Aún recuerdo una sacudida, la más fuerte. Estaba en la sala de mi casa. A la lámpara se le cayó una lágrima de cristal. Yo me quedé impávido como si me hubiera clavado. No recuerdo el año exactamente, pero esa vez se agrietaron algunas paredes.

Es increíble que esté contando esto, así sin más. Por eso digo que es una crónica extraña. Por suerte no ha pasado de ahí.

Haití es para mi, la cantante Marta Jean Claude en la Casa del Caribe. Una tarde. A Capella. Que manera tan dulce de pronunciar el nombre de su país.
Y Edgar Gousse, el escritor. Lo conocí por el poeta Jesús Cos Causse. Un haitiano que vivía (o vive) en Montreal. Tenía una revista cuatrilingüe (Ruptures) y escribía una novela. Cual no sería mi sorpresa, cuando me vi como un personaje de aquella narración.

La espada de Toussaint Louverture, expuesta como un grito en una vitrina del Festival del Caribe

Jacques Roumain y su novela Gobernadores del Rocío

Los estudiantes de medicina haitianos sonrientes por las calles de mi ciudad que ahora están allí, en su suelo, sin sonrisas; pero con las manos abiertas.

Recuerdo emocionado, cuando divisé desde Maisí (extremo oriental de Cuba), la costa neblinosa y extensa de Haití. Casi me estiro y la toco.

Pero, hoy Haití no es un canto ni una novela ni una neblina. Haití es dolor. Y yo, que he compartido el temblor el mismo día, estoy llorando con ellos.

ARTÍCULO RELACIONADO:

El terremoto cantado:
http://laislaylaespina.blogspot.com/2009/03/el-terremoto-cantado-santiago-de-cuba.html

9 comentarios:

Iris dijo...

Hola, Rei. Saludos. Aquí te envío un vínculo a un material relacionado con el tuyo y amplía la historia del terremoto de 1932. Un abrazo.

http://joanantoniguerrero.blogspot.com/2010/01/de-miami-ha-salido-un-avion-gigante.html

Rogelio Córdova dijo...

Hola Reinaldo. Recuerdo una sacudida de tierra siendo la 1 o 2 de la madrugada. Fue en el 90 si no me equivoco. Era luna llena. Estaba en el cuarto piso del edificio H en las Becas Quintero. Yo dormía en short tipo playero. Todos salieron hasta en calzoncillos. A la hora, todos volvieron a acostarse. Fue muy fuerte y por suerte no hubo daños materiales.

Nesty dijo...

Hola amigo(a) bloguero(a)
Blogotepeque se complace en anunciarte que en Enero se desarrollará la 4ta edición del concurso Iron Blogger ( http://www.blogotepeque.com/2009/05/iron-blogger-presentacion-y-reglas.html) .
Otra buena nueva es que tu blog está siendo revisado por el Comité Ejecutivo de Blogotepeque y se convierte en candidato de alcanzar uno de los Premios BlogÓscar.
Para mayor información visita el sitio Blogotepeque http://www.blogotepeque.com


Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Rei:
>
> Acabo de leer tu crónica del sismo. Qué linda. Casi me saltan las lágrimas
> al final. Te escribo primero para felicitarte. Karelys y Clarita también la
> vieron y quedaron igualmente emocionadas.
>
PEDRO LAGO GUERRA

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

Gracias amigos, a Iris, a mi colega panameño Rogfelio Córdoba contándome su experiencia en Becas Quintero (ardo en desos de darle un abrazo que salve todos estos años) a Pedrito, Karleys, Clarita: el emocionado soy yo de que ustedes me lean
y a Blogotepeque y la candidatura, una enorme sorpresa. También las gracias
CEDEÑO

A Cuban In London dijo...

Es un articulo muy sentido sobre una nacion que no ha podido determinar su propio destino. Entre los (ex)colonizadores franceses, a los cuales le terminaron de pagar la "deuda" en 1947 y la injerencia de USA, Haiti es una de esas naciones en las que la vial de su gente no ha podido brillar, desgraciadamente. Muchas gracias.

Saludos desde Londres.

PS: Todavia estoy interesado en comprar la bibliografia de Virgilio. Te mando un mensaje mas tarde.

Adrián Quintero Marrero dijo...

Se me ocurre que Santiago no tiembla, se estremece. Una ciudad "tan fuerte" no temblaría jamás. De buena gana, me daría una vuelta por allá, aunque creo que está más cerca Haití de Guantánamo, que Santiago de Sagua....DE todos modos debo volver a Radio Siboney, a "robar" un poco de música y debo subir a Puerto Boniato. O para compartir el dolor por la tragedia haitiana y evocar a Marta Jean Claude, ¡que envidia! ¡la conociste personalmente! Me alegro que vuelvas a escribir, con ese estilo tan fraco como tú mismo.
Nos comunicaremos por otras vías, por lo pronto guarda este comentario.

javier dijo...

y cual es el motivo para que tiemble en santiago de cuba?...fallas geologicas?..y que medidas toma el gobierno cubano para prevenir una catastrofe como la de haiti?( me refiero a la prevencion, por que como todos sabemos prevenir un temblor es dificil, aunque estudios pueden determinar la posibilidad de movimientos, en haiti hace dos años cientificos alertaron por que la falla que ataviesa ese pais y que habia producido terremotos hace cerca de 100 años, podria generar una catastrofe como tristemente ocurrio), aqui en santiago de cali- colombia, cuatro fallas geologicas atraviesan la ciudad, que fue sacudida por un teremoto en 1906, hoy precisamente un movimiento de baja intensidad se presento a medio dia, sin consecuencias graves.
de todas maneras les deseo suerte a todos los hermanos cubanos

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

Amigo Javier:

Santiago de Cuba es la zona sísmica más activa del país al estar vinculada a la Zona Bartlett-Caimán (Falla Oriente) Por suerte, al menos en lo que llevo de vida, no han ocurrido sismos de alta intensidad. El último con esa condición ocurrió en 1852. En la región existen los centros de estudios sismológicos más importantes del país.

En Santiago de Cuba se han hecho ejercicios ante el caso de un terremoto. Ojalá esos conocimientos no tengan que aplicarse, porque como sabes, un terremoto deja severas consecuencias. Durante muchos años aquí no se construyeron edificaciones de más de 5 plantas. En los últimos años hay algunas edificaciones de hasta 18 plantas, pero construidas con condición antisísmica.

Ahora mismso con el terremoto de Haití se generó alerta de tsunami, y hubo movilización urgente de personas que vivene en zona sbajas costeras como en Baracoa, ciudad del oriente cubano.

Suelen existir muchos movimientos telúrucos imperceptibles y la actividad sísmica se vigila; pero ya sabes que conteneer la sconsecuencia sy un pronóstico certero de día, es muy difícil, no sucede como en los huracanes.

Tambien un saludao apara ti y los habitantes de SAntiago de Cali.