EL BATAZO DEL AÑO, un espacio de participación deportiva que linda con la frivolidad y el efectismo más fatuo
Eric Caraballoso Díaz
(Tomado de Radio Siboney Digital)
Dos semanas pueden ser poco tiempo para hacerse de un criterio cabal, analíticamente integrador sobre algo o alguien, pero como primera impresión muchas veces resultan suficientes. Y mi primera impresión de la programación veraniega de la televisión cubana no es precisamente buena.
Confieso que cuando leía las informaciones preliminares sobre lo que se televisaría este verano sentí un temprano entusiasmo. Más de 50 espacios de estreno, una disminución significativa de las retransmisiones, una atención especial a los programas infantiles y un privilegio del horario nocturno, fueron algunos de los argumentos presentados por los diseñadores de la programación. Pero tras 15 días de esperanza, he terminado por decepcionarme nuevamente.
Quizás alguien pueda acusarme de absoluto o tremendista, de falto de fe, pero las decepciones que acostumbra a provocar en muchos la televisión nacional no es cosa de dos semanas ni de una temporada veraniega. Tampoco sería justo no reconocer la buena intención de ofrecer propuestas de varios géneros y para todos los públicos, de ocupar un extenso horario de transmisiones y multiplicar perfiles y objetivos. Pero, como siempre decía mi abuelita, de buenas intenciones…
La televisión, no puede perderse de vista, es instrucción, información, pero también –y en gran medida- entretenimiento. Y si en esta programación de verano tal función continúa descansando en la mar de series y novelas extranjeras, -algunas de indiscutible calidad como la multipremiada Esposas desesperadas y el policíaco El escudo- con todo lo que ello implica, entonces, ¿qué diferencia, fuera de la ampliación de los horarios, tiene la misma con respecto a la que se transmite el resto de año?
Recuerdo como una época dorada aquellos años en los que el verano servía para estrenar buenas series cubanas, humorísticos de lujo, aventuras, dramatizados unitarios como los recordados teleplay o los cuentos. Ahora enciendo el televisor y me encuentro programas como El batazo del año, un espacio de participación deportiva que linda con la frivolidad y el efectismo más fatuo, y donde el conocimiento, su supuesto principal valor, parece sometido a los movimientos de cadera de las animadoras. O como Los Zuperhéroes, un programa humorístico que apenas consigue esbozar –por no decir forzar- sonrisas, por muy conocidos y reputados que sean sus protagonistas.
Ni siquiera el arranque de la muy esperada segunda temporada del también humorístico Deja que yo te cuente parece llegar al tope de momentos anteriores. Algo le falta para explotar, para desatar la carcajada, aunque su constante apuesta por la reflexión y la crítica inteligente sigan haciendo de este espacio un necesario rara avis.
Otra vez Cuadro a cuadro saca la cara por los cinematográficos exclusivos del verano, el resto ni a sus talones. Pero, como fórmula ya repetida, el espacio que muestra los vasos comunicantes entre los comics y el séptimo arte, tiene ya el sabor de los caminos transitados. Sus realizadores, entonces, apuestan por un cambio de imagen, por un contemporáneo tratamiento de la imagen, que les ayude a mantener la frescura.
Entre los infantiles, Qué come, qué dice prometía más de lo que ha resultado ser. La cotidianidad de la boca de un niño, protagonizada por sus dientes, no por su declarada intención de enseñar entreteniendo alcanzan el agradable aliento que todo programa de este corte necesita. Y aún más, si se compara –las comparaciones son inevitables- con antecesores del abolengo de La sombrilla amarilla y Claro, Clarita.
Otras novedades, como el programa de entrevistas Eco de mujer, conducido por la muy de moda actriz Blanca Rosa Blanco-; Famosos del musical, centrado en la historia de ese afamado género de Broadway; y ¿Y usted qué cree?, dedicado a conversar sobre música con la conducción del pianista Ulises Hernández; merecen una mirada más atenta, más sistemática: un voto de confianza.
Así que, mientras sigo haciendo zapping entre los cinco canales de la TV cubana, no me queda otra que esperar un cambio en las próximas semanas y prometer un próximo –y quisiera menos cáustico- comentario. Pero en cualquier caso, no puedo olvidar la frase que tanto repetían los estudiantes de Psicología en mis años de Universidad: “nunca habrá una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”.
(Nombre original : Televisión cubana: de “buenas” impresiones y programaciones de verano)
1 comentario:
Hace algún tiempo no emito criterios dentro de tus publicaciones, pero hace días me ronda la idea de escribir algo sobre esta maltrecha televisión cubana que no acaba de "dar en el clavo". Me disculpas si tomo este sitio para decir algo que no es mal solo de la programación veraniega. Sabes que soy defensor de los medios locales y a esos la televisión nacional los irrespeta una y otra vez sin la más mínima preocupacióm. Día tras día veo que segundos antes de comenzar el noticiero de televisión intentan poner algunas viñetas sobre los poblados y territorios de Cuba, no acabo de comprender si somos solamente un relleno mal logrado o somos el producto de un "no queda otro remedio". Viñetas que en muy pocas oportunidades tienen la dicha de llegar a su fin, trabajo de telecentros municipales, creados a lo largo de toda la isla que nada le importan a la televisión "de todos los cubanos". Tan malas son las programaciones de los telecentros comunitarios creados en la isla, ganadores de muchos premios en festivales nacionales por cierto, que no pudieron encontrar otro espacio que no sea el de relleno entre la mesa rodonda y el noticiero de televisión, determinado claro está por el tiempo que se le ocurra tomar a Randy y sus polemistas. Tremendo batazo el de los telecentros municipales, el batazo que se le da al intruzo para que no llegue a usurpar el tiempo que no le corresponde. Concuerdo con tus criterios amigo y te repito, disculpa por distraer el tema y no escribir este criterio en Sagua Viva, en su momento lo haré con algunos elementos más y espero tu apreciado criterio.
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