sábado, 14 de julio de 2012

POETA INVITADA: Yoricel Andino Castillo (Cuba)




MISA PARA DIFUNTOS O CONTRACANTO A MARÍA LA O
                                                              
Hace dos días Mateo yace bajo tierra
Yo no fui a sus funerales
Tampoco a los de Enrique
El barrio exilia a sus viejos
Y no estaré para verlo
El día que Blima y Oro se marcharon
En una triple permuta
Unos extraños inquilinos
Se promulgaron en contra del trabajo voluntario
Y los domingos rojos
La señora de enfrente
entonces no era demasiado vieja
Ahora mira por la ventana y a ninguno reconoce
Sólo nos acompañan a ciencia incierta
Mery, Yolanda y Yoel
Ayer en horas del mediodía
María la Ó decidió privarnos de su sonrisa difusa
mientras esperaba el silbato
con el carrito del pan
Te uniste al canto de la grulla tú también
Sin preguntarle al consejo de vecinos
Cuántos votos en contra y cuántos a favor
Si  de tanto verla con el jolongo al hombro
Ya ni esperábamos en verdad se fuera
Calvario abajo fuimos contigo
Con la mirada enfurruñada
Incluso la gente que no te quería
Se sintió ofendida
Por culpa de ustedes el barrio se queda sin manías
Sin organizaciones de masa
Fofa en su propia masa
Aprieto mis ojos
Para no contemplar cómo cae el imperio
Los espíritus de Ana, Nina, Enrique,
 Mercedes y Pedro
Taconean la felicidad de jodernos
Demográficamente somos una comunidad extraña
Y hoy no pudimos llorarte Milagros
No porque no nos duela
Sino porque llevamos días
Qué digo días, llevamos meses
¡Años María!
A expensas del chantaje de quienes llevan más canas
                                                      En los bolsillos
Y aunque han cumplido con el sagrado deber que es morir
Los declaro ciudadanos egoístas
El barrio tambalea sus cimientos
Nosotros herederos de sus casuchas y malicias
Perplejos miramos el fin.


 

DE UNA TAQUÍGRAFA  SOA

    A Mercedes de los Ángeles Romero,
                Madre y espíritu.

Se quedó dormida un día
en que jugábamos no sé a qué cosas
retiré la taza de café de entre sus manos
y comencé a fumar los cabos de su herencia.
Una muchacha desdibujada en el cristal
mi abuela era taquígrafa
y guardó con celo sus desafíos
sin otro apellido que el de su madre.
Como todos los viejos
se llevó algunos secretos a la tumba
ustedes sus hijas me rodean
prenden velas y mascullan oraciones
retóricamente inútiles en su afán.
Yo guardo las tataguas de su madre
en mis uñas amarillas
yo no diré
sino que un hombre tatúo su ombligo
                                     cuatro veces
mientras ella bordaba las insolencias de la radio,
ustedes en la danza de pan y canela
con los rostros invisibles
aun sin nombre porque eran niñas
ahora son viejas claustrofóbicas del tiempo
                                                     y la luz
viejas sin mecedor que enternezcan sus dudas
para cuando ya no tengan sueño
                         y se queden ahí
reinventando la trama
yo no voy a decirles nada
nada que ya no sepan.
Las edades de mi abuela
cuelgan por toda la casa
las hermanas pretenden la huida
ella les sorprende por entre las cortinas
y la del medio ríe su locura.
Mi abuelo no fue un hombre fotogénico
empolvó su patriarcado
en unos pocos álbumes de quinceañeras
                      y desposadas de los 70´.
Tú eres madre y espíritu por los rincones
Sin santísimas próstatas que valgan
Ángeles traviesos defecan la trinidad
Yo no he dicho que su madre fuera feminista
―aunque bien pudo serlo―
Sólo que nació en 1925
y fue taquígrafa, sólo eso.


CLUB

Bebían té
Eran mujeres de armas tomar
Sexo sólo casi por placer
El estante librado de novelas rosa
Teorizaban largas horas
Sobre catástrofes internacionales
Pero una invitó al resto a la gran boda.
Bebieron cerveza 
Cumplieron su deber demográfico
Pusieron la mesa
Eran mujeres.

TRANQUILIDAD III

Ya nadie te desea el Vuelva Pronto
Los viejos escupen su penúltima mirada
Y alargan el brazo
La propuesta no es indecorosa
Jabita de nylon a peso
Y todas las miradas le caben
Todas mis ilusiones chillan
Mientras las amanso con la pregunta de un niño
La madre levanta su amenaza
Todos pregonan algo
Las jabitas toman la ciudad
San Lázaro vende jabitas
La semana se vierte en ellas
Tú lo sabes
Y disfruto mientras hurgo en mi cartera
Llevo el peso de mis dudas
En un  nylon vacío
Mi vida y la jabita son la misma cosa
Tú lo sabes viejo
Y ya nadie nos pide que vuelva.
Las tendederas murmuran sus peripecias
Mientras mi alma se desfonda
A manos del glotón
Soy medio paisaje urbano
Desechado en las esquinas
La conga de la podredumbre vendrá a buscarme
Cuesta arriba se empinan virtudes y desasosiegos
Inesperado cambio en el uso horario
Impiden precisar la hora exacta en Madrid
Otro minuto gotea en la cabeza de los vendedores
Todas las grandes noticias caben en una jabita
Tú lo sabes
Y ya no tiene remedio.


YORICEL ANDINO CASTILLO

(Santiago de Cuba, 1983)

Desde 1998 a 2001 inició sus inclinaciones poéticas en el Taller Literario José Soler Puig. Durante ese período participó en los Encuentro de Talleres Literarios y Juegos Florales. En el 2006 egresa de la Licenciatura en Estudios Socioculturales por la Universidad de Holguín.

 En 2010 obtiene tercer premio en el concurso Luisa Pérez de Zambrana y Premio colateral en los Juegos Florales del mismo año con el título “De ciruelas, metáforas y flores”. Un año después recibe el premio que otorga le Centro del Libro y la Literatura en Santiago de Cuba, con el poema “De una taquígrafa S.O.A.”.

Recientemente ha compartido lecturas con poetas de diferentes generaciones. Invitada a la Peña literaria Letras Compartidas. En mayo de ese año fue la primera invitada al espacio Tertulia de domingo. Ha sido incluida en las lecturas de poetas del mundo en el Festival del Caribe. 

Se trata de una de las voces más originales de la joven generación de poetas santiagueros. Es un honor para LA ISLA Y LA ESPINA: recibirla como poeta invitada. 

1 comentario:

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Vaya mi fraterno saludo a esa gran poeta cubana Yoricel...tienes una versatilidad poética impresionante.
Tienes mi admiración y respeto por ti y por esa Cuba maravillosa.

Saludos desde Suecia.