viernes, 25 de julio de 2014

CARTA a Reinaldo CEDEÑO sobre el origen de un PLAGIO y una INFAMIA


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(Esta fue una de las cubiertas del engaño, que jamás salió. Puede verse el lomo del libro y hasta algunos arreglos)

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  A propósito del artículo EDGARD GOUSSE: El infame oportunismo, y su repercusión.  MARCAR en:

 Por Elvira Orozco Vital

Santiago de Cuba, 25 de julio de 2014.-  Querido amigo. Tardé en escribirte por problemas con mi conectividad.  ETECSA hizo cambios de plataforma en el Servidor, olvidé la fecha y me quedé en el aire hasta hace unos pocos días. Pero aquí  estoy, apoyándote, esta causa justa.   Siempre he dicho que lo que nunca nadie puede robar es el talento de una persona.

Él no me  sorprende, porque calé bien hondo hace mucho tiempo, la característica de ese individuo de marras, a quien se le rendía honores, en el “Apart Hotel”  de Villa Trópico,  donde solía vivir, semanas, meses, aquí en Santiago de Cuba.

Lamento que sea haitiano, porque en Haití  nació mi abuelo materno a quien conocí apenas una pequeña. Ese es, un país sufrido y apaleado por siglos de sumisión y esclavitud, de hombres como Toussaint  Louverture, que supo revelarse y levantar una revolución, pero que contó con gobernantes entreguistas que vendieron su alma al diablo como Edgard Gousse, pero tiene buenas personas, y  entre ellas, hay gente que emigra, o gente que abochorna,  como el que se radicó en Canadá hace años, pienso que fachada tendrá en ese país este tipo que hoy es tema de análisis y confrontación.

 Supe de Edgard Gousse, a través de los comentarios que hacían algunos participantes en las fiestas que orquestaba , todo al calor de la Fiesta del Fuego y de algunos genuflexos (no voy a mencionar sus nombres) que ensalzaron su mediocridad. Supe de las promesas postergadas  por que nunca llegaron a cumplirse. Pero, siempre me mantuve lejos de su círculo.

Lo doloroso de este asunto radica en haber dedicado tanto sacrificio y entrega, para que un ladronzuelo de poca monta te haya engañado, más bien, viva engañando de la manera que lo hace.

La mentira tiene patas cortas  y esta denuncia pública llegará a muchos lares, por suerte, gracias a la tecnología moderna, que también le sirve a Edgard Gousse para engrosar suciamente su bolsillo, pero que de hecho se convertirá en su boomerang. Por lo tanto, querido amigo, en mi apreciación, no todo está perdido. Uno gana de los golpes bajos que la vida te da, que vienen de personas inescrupulosas, oportunistas y viles como Edgard Gousse.

Quien te haya leído, -como yo-, y haya seguido tu obra en materia de poesía y narrativa, o conocido de tus éxitos literarios más allá del periodismo, saben bien de tu sello personal al  escribir, tienes un estilo propio e inconfundible, que nunca disfrazará la traducción que en creole o buen francés lleve este texto, u otro subterfugio, que  haya utilizado, Edgard Gousse. Lamento que a la luz del Siglo 21, sigan sucediendo estas cosas. Pero, Cedeño, permíteme recordar este  poema de José Martí que muy bien titulara “Yugo y estrella”, que evoco aquí, aplicable a este caso:

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo: / ¡Flor de mi seno, Homagno generoso /De mí y del mundo copia suma, /Pez que en ave y corcel y hombre se torna, / Mira estas dos, que con dolor te brindo, /Insignias de la vida: ve y escoge. /Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza:
Hace de manso buey, y como presta / Servicio a los señores, duerme en paja
Caliente, y tiene rica y ancha avena./ Ésta, oh misterio que de mí naciste
Cual la cumbre nació de la montaña/ Ésta, que alumbra y mata, es una estrella:
Como que riega luz, los pecadores /Huyen de quien la lleva, y en la vida,
Cual un monstruo de crímenes cargado, /Todo el que lleva luz se queda solo.
Pero el hombre que al buey sin pena imita, Buey vuelve a ser, y en apagado bruto
La escala universal de nuevo empieza. El que la estrella sin temor se ciñe,
¡Como que crea, crece! Cuando al mundo/De su copa el licor vació ya el vivo:
Cuando, para manjar de la sangrienta/ Fiesta humana, sacó contento y grave
Su propio corazón: cuando a los vientos /De Norte y Sur vertió su voz sagrada
La estrella como un manto, en luz lo envuelve, / Se enciende, como a fiesta, el aire claro, /Y el vivo que a vivir no tuvo miedo, /¡Se oye que un paso más sube en la sombra! / Dame el yugo, oh mi madre, de manera/ Que puesto en él de pie, luzca en mi frente/ Mejor la estrella que ilumina y mata.

Te convoco -como hizo en su época José Martí-, a que te pares, firme sobre el Yugo,  sin miedo a que te alumbre la estrella que ilumina y mata.

 Edgard,  lleva en sí la ignominia y el descrédito. Ahora, gozará por breve tiempo de un triunfo inmerecido, pero más temprano que tarde, la vida le pasará la cuenta.

Como bien dices y cito:
“A estas alturas he visto publicado mi nombre en libros, revistas o periódicos más veces de lo que imaginé. No se trata de eso. Mi madre me enseñó desde muy joven a jamás ambicionar lo que no me pertenece, pero también a defender lo que merezco.”

Sé que no es eso lo que  lastima tu alma y espíritu, es la felonía de un Don Nadie, que ha llegado a donde está como un polizón, de barco en barco, sin pagar la travesía y un mercachifle de pacotillas. Ese es para mí, Edgard Gousse, cuya vida no tendrá un final feliz,  quién sabe, quizás este sea un desesperado y último zarpazo.

 Y los poetas noveles que no recibirán el estipendio merecido, súmense al reclamo, recuerden que en la unión está la fuerza.

VER ARTÍCULO Edgard Gousee; El infame oportunismo,  y los comentarios que suscitó.
MARCAR


1 comentario:

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

ELVIRA:

No imaginas cuanto agradezco tus palabras de solidaridad. Mi obra no creo sea nada del otro mundo,en todo caso espero me quede tiempo para hacer más, pero coincidimos en una misma línea de pensamiento: cualquier esfuerzo, por pequeño que sea, merece respeto. Nunca hablé con Edgard de legalidades, no pienso en eso, siempre pensé en las lealtades.. Y no te preocupes la vida sigue, con la lección aprendida, eso sí.