jueves, 16 de febrero de 2012

Mi vecino, GUZMÁN CABRALES (In memoriam)


(Un instante detenido: Reinaldo Cedeño junto al maestro de la locución, José Armando Guzmán Cabrales)

Reinaldo Cedeño Pineda

En la noche del 14 de febrero, falleció en Santiago de Cuba a los 76 años, José Armando Guzmán Cabrales, locutor insigne de la radio cubana

Era una curiosidad, un habitante inesperado, un mito. Nos sobrecogía con sus labios demasiado gruesos, con su tono perfecto, con su carácter.

Llegó al barrio al final de mi niñez. Crecí pronunciando su nombre, Guzmán Cabrales, como quien dice algo grande.

El ómnibus se detenía en mitad de la loma para dejarlo frente a casa. La gente le extendía papeles a su paso, le saludaban. Se rendían al poder de su voz.

Había algo sobrenatural al escuchar un nombre, el de todos los días, dicho de la manera que él sabía.

Había algo sobrenatural cuando narraba cualquier época.

Mis estudios y su historia se cruzaron un día. Poco a poco, el saludo formal dio paso al diálogo. Y sin saberlo, Guzmán Cabrales, mi vecino de enfrente, se transformó en mi amigo.

Un día me pidió algo para Domingo a las once. Era un programa mítico de poemas y canciones de la emisora provincial, CMKC. Me resistí al honor, mis pobres versos; pero los vi flamear en su garganta.

Un día le pedí su testimonio sobre La Lupe. La presentó, cuando no era más que una joven en ciernes en las nocturnidades de Santiago de Cuba.

Cuando le otorgaron el Premio Nacional de la Radio, corrí a su casa. Atravesé la calle. Temo que fue algo común, que balbuceé, que no le dije lo que su altura merecía.

Cuando se fue del barrio, nuestros encuentros fueron más espaciados, pero más intensos. La nostalgia se le iba en la mirada. Yo me le aparecía como una vuelta de lo que había dejado atrás.

Se fue al inicio de mi madurez. Guzmán Cabrales. Sigo pronunciando su nombre, como quien dice algo grande.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Cedeño, este locutor era el que hacía un programa de poemas hace muchos años, en las noches, en CMKC, creo?

Me gustaría saber. Tenemos un cassette de uno de esos programas de hace años.

Lamento su partida.
Una santiaguera desde lejos pero allí.

Pianista dijo...

Querido amigo, un buen ejercicio es hacer obituarios con las cosas buenas y malas, en franco equilibrio. Somos humanos. Era un gran profesional y una persona problemática y conflictiva. Nunca tuve problemas con él, pero centenares de personas, sí. Todo sea dicho. EPD.

Anónimo dijo...

RECIBIDO VIA E MAil

Cedeño.
Gracias por este gesto. Salía en la mañana para Sancti Spíritus cundo fuí informado de la lamentable noticia.
Ahora a mi regreso me encuentro este material .
Una vez más gracias.
un abrazo
Guilermo Pavón

Anónimo dijo...

RECIBIDO VIA E MAIL

Reinaldo me parece muy sentida (...) el se lo tenía más que merecido, me ayudó mucho en
las investigaciones, al igual que Balbuena y Navarro, que desgraciadamente
también se fueron. Un beso

Josefa Bracero

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

Santiaguera de lejos. Guzmán era el selo del program DOMINGO A LAS ONCE que me imagino que es al que se refiere. Aún al aire. Atesore ese recuerdo que tiene y gracias por leernos.

Pianista: Esto que escrbí NO es un obituario sino una crónica, un texto desde desde la intimidad y la experiencia personal. Cada uno tiene la suya propia. Por eso le titulé: Mi vecino, Gozmán Cabrales. En las primeras líneas he dicho que nos sobrecogía por sus labios demasiado gruesos, por su tono perfecto , POR SU CARÁCTER. No lo vestí de santo ni suelo poner etiquetas. Juzgar debe partir de mirarse detenidamente uno mismo. Le rendí el homenaje que desde mi opinión y vivencia merece. Gracias por su criterio

Anónimo dijo...

Gracias Cedeño, por su amable respuesta.
Claro que conservamos todos los recuerdos de nuestra amada ciudad.


Reciba mi aprecio. Su blog es muy importante para mí.

Santiaguera de lejos, pero allí.

Anónimo dijo...

Reinaldo:

Primeramente quiero felicitarlo por el escrito que ha redactado sobre el profesor Guzmán Cabrales, yo no tuve el honor de conocerlo, ya que en mis inicios en CMKC no me lo encontré por los pasillos de la emisora, pero si fui fiel oyente junto a mi mamá y mi abuela de su "Domingo a las once". Él hoy no está entre nosotros, pero queda su legado para todos los que aspiramos a ser como Guzmán Cabrales y muchos otros grandes de la Radio en Cuba.
Además él fue su amigo, imagino cuanto lo siente. Un fuerte abrazo.

Alfredo Ballesteros

(Toado del POrtal de la radio cubana que retomó el trabajo)

Anónimo dijo...

Maestro. Una palabra necesaria.
Gerardo Houdayer Lafaurie 2012-02-27 03:02:29
TOmado del portal de la radio cubana

Hace 27 años llegué a la radio santiaguera atraído por un medio que conocí desde el vientre de mi madre, porque mi papá se desempeñó como locutor a lo largo de más de 30 años hasta su muerte. Es decir, que el olor a radio, a alfombra, a cintas y discos lo conocí desde que abrí los ojos al mundo.
Pero también aprendí y aprehendí que los colegas de mi papá eran para mí como mis tíos y les debía tanto respeto como al mío. Entre ellos estaban Noel Pérez Batista, Julián Ercilio Navarro Coello, Ángel Miguel Alea Casadeval y otros que marcaron la locución en esta provincia.
Respetarlos, ESCUCHARLOS, reverenciarlos y sobre todo cuidarlos fueron lecciones que recibí en mi casa como si fuera la más importante asignatura de la escuela.
Por eso hoy, ante la incomparable irreverencia de la muerte, me viene a la mente aquella época en la que los veía a todos reunidos en mi casa hablando de radio y compartiendo amistad y humildad, para hacerme sentir con más fuerza que la partida de esos grandes es como un vacío dificil de llenar. Hoy es muy raro ver a un jóven tratando de detenerse en un estudio de radio a escuchar a esos grandes como nos enseñaron a nosotros los de los años 80; se apela mucho a la "dinámica" de estos tiempos para justificar la idea de no consultarlos por su sabiduría, porque los compromisos en otros lugares no dan lugar. Pero por suerte son los efímeros los que así actúan.
Por eso MAESTRO, usted donde quiera que esté seguirá siendo ejemplo para mí y para otros que siempre lo admiramos e imitamos lo bueno que usted cultivó y aportó. Lo seguiremos escuchando en el Capitán Alba o El Vengador, de Radio Rebelde en los años 70, o en su clásico Domingo a las 11. Continuaremos aplaudiendo su intransigencia contra la mediocridad que ha penetrado nuestros medios y tendremos siempre un motivo para mantenerlo vivo.