lunes, 23 de mayo de 2011

XVI Juegos Florales / Ateneo Cultural Antonio Bravo Correoso, Santiago de Cuba: Los PREMIOS y los POEMAS




(Wilfredo Casanova Ortiz (Matanzas) se alzó con el Gran Premio de los XIV Juegos Florales en Santiago de Cuba. Las distinciones de manos de José Orpí Galí, presidente del jurado y Ramón Álvarez Cortés, director del Ateneo Cultural Licenciado Antonio Bravo Correoso)


TEXTO: Reinaldo Cedeño Pineda

FOTOS: Reinaldo Cedeño y Tony Iglesias


Wilfredo Casanova Ortiz, especialista de literatura de la Casa de la Cultura de Los Arabos (Matanzas) se alzó con el Gran Premio de los XVI Juegos Florales convocados por el Ateneo Licenciado Antonio Bravo Correoso de Santiago de Cuba.

El poema Mataron a Lola, original recreación de un mito popular, le acreditó el Gran Premio en una selección que decantó 76 obras enviadas a concurso, según el fallo de un jurado presidido por José Orpí e integrado además por Reinaldo Cedeño, Nadia Ocaña, Reynier Rodríguez y Anabel Lorenzo.

El santiaguero Jesús García Clavijo con el conmovedor Poema para despertar a María Eugenia, inspirado en el trágico destino de la familia de Juan Gelman bajo la dictadura argentina, ganó el accésit, mientras un ejercicio técnico de altura como Glosa por una libertad defendida de Yuricel Moreno Zaldívar, ganó la mención especial del jurado.



(De izquierda a derecha, los tres ganadores principales: el santiaguero Jesús García Clavijo (accésit), el matancero Wilfredo Casanova (gran premio) y la holguinera Yurisel Moreno Zaldívar (mención especial)


El fallo otorgó además cinco menciones para Winlay Morales Orozco (Manos), Yorisel Andino Castillo (De una taquígrafa SOA), Yans González García (Adonde guardo la palabra isla), Miguel Cándido Francisco Reynaldo (Espantajo) y Carlos Javier Álvarez Bravo (Rincones).

El premio especial a la concursante más joven con una obra de nivel cualitativo fue para Sonia Bárbara Grillo Pérez por Síntomas de una muerte anunciada.

Otras distinciones fueron concedidas por instituciones de la cultura santiaguera.

Desarrollado con todo éxito en dos sesiones (20 y 21) de mayo último, en el Centro Cultural Francisco Prat Puig —el inmueble del Ateneo necesita urgente reparación—, un requisito indispensable que singulariza al certamen es la lectura de la obra por el propio autor. Cada concursante recibe como obsequio una flor.

En este encuentro poético participan los ganadores de los Juegos Florales de centros penitenciarios que se realizan previamente, como parte de la labor educativa e inserción social de los internos.

Tomar parte como jurado esta vez fue una distinción que me honra y que agradezco. Poseía es lo que nos salva.



(EL JURADO: Reynier Rodríguez; Ramón Álvarez Cortés, director del Ateneo e invitado para esta imagen, José Orpí; Anabel Lorenzo, estudiante de onceno grado y ganadora del pasado año; Reinaldo Cedeño y Nadia Ocaña)


TODOS LOS FINALISTAS


1. “Yo voy descalzo a mojarme”, de Fernando Álvarez León

2. “Generation in love”, de Richard Valle Mendoza

3. “La casa de madera”, de Kiuder Yero Torres

4. “El enigma de la jirafa”, de Alexis Pagán Carcassés

5. “Mataron a Lola”, de Wilfredo Casanova Ortiz

6. “Poema para despertar a María Eugenia”, de Jesús García Clavijo

7. “Glosas por una libertad defendida”, de Yuricel Moreno Zaldívar

8. “Rincones”, de Carlos Javier Álvarez Bravo

9. “De una taquígrafa SOA”, de Yorisel Andino Castillo

10. “Espantajo”, de Miguel Cándido Francisco Reynaldo

11. “Adónde guardo la palabra isla”, de Yans González García

12. “Manos”, de Winlay Morales Orozco

13. “Síntomas de una muerte anunciada”, de Sonia Bárbara Grillo Pérez

14. “Soliloquio de un hombre que termina”, de Juan Miguel Cruz Suárez.


15. “Sones en Santiago” (décimas) , Ideltrudys Rodríguez Estrada


Gran Premio

MATARON A LOLA

Wilfredo Casanova Ortiz



Mataron a Lola

y no debí contarlo.

La tarde llegó con la comparsa,

el ruido de las pantomimas,

se colmó de público la muerte.

Aparecieron,

dictaron,

leyeron parlamentos.

Mataron a Lola

sin el odio de los inmigrantes,

sin la flor anacoreta,

ni el bulbo de morfina.

La mataron cuando eran tristes los difuntos,

culpables como el ocio

de un ladrón enfermo.

Aparecieron,

hablaron,

inventaron cenizas.

El sol entró por los portales

De Güira de Macurijes,

desde allá iluminó al cadáver.

Su vuelo la sembró por dentro.

Mataron a Lola

para alimentar un gusano redondo,

un humo de provincia.

Tras la columna y la escena

creció la confesión,

aparecieron,

negaron,

pudrieron el ojo vernáculo

que sí debí contar.

Mataron a Lola

por la izquierda,

por la sonrisa,

como un delirio más.

Murió mientras soñaba

con largos caracoles.

Ignoraron,

mezclaron su sangre con arroz,

comieron

desaparecieron.

La mataron

con un humilde hombre,

a las tres.


ACCÉSIT

Un poema para despertar a María Eugenia

Jesús García Clavijo


Acabo de escuchar a Gelman

y me acordé de ti.

También él vivió su exilio

quizás todos los exilios de la vuelta

pero al menos Gelman,

lo encontró detrás de otros silencios.

Qué buen misterio para pensar un poco

para mirar a Marta en sus decretos

a Jorge pensativo frente a un cuadro.

Gelman, tiernamente emocionado

acariciaba el pelo mojado de su hijita

y los chicos lo dejaban para siempre

en los grafittis escolares de María Eugenia

agarrando en silencio, la poesía de dejarnos.

Esta noche escuchaba a Gelman

parapetado en el filo de sus letras

en el abrazo de Alexis frente al muro

o Agustín mirando el horizonte.

Mientras Gelman sigue hablando con el fuego

Imagino a María Eugenia sin torturas

Tiernamente escolar frente a la vida.

¿Cómo sería ahora?

¿Cómo tendría su rostro, sin las garras que le dieron?


PREMIO ESPECIAL

GLOSA POR UNA LIBERTAD DEFENDIDA

Yuricel Moreno Zaldívar


La libertad defendida

más allá de lo posible

No es más que el imprescindible

oxígeno de la vida

J.O. Ruiz


Llega una brizna de aliento

Al rostro que nos consume.

Llega tan simple y resume

otras páginas al viento.

Las cadenas del intento

tienen la noche dormida,

cuando un barrote, suicida

al caminante ficticio;

sin olvidar el oficio,

la libertad, defendida

Me acosa la transparencia

de una vieja cicatriz

Disfraz teñido de gris

para cumplir mi sentencia.

Ya nadie pide clemencia

de una vida ineludible.

El orgullo perceptible

termina en caricatura

de una vida siempre oscura

más allá de lo posible.

Busco una nueva señal

el mito en la misma piel.

Descubrimos siendo infiel

el veneno del final.

Llegamos por el canal

de un destino inaccesible.

Puede o no ser lo tangible

en el tiempo como alfombra.

Lo que llega y nos asombra

No es más que el imprescindible

Instante de las campanas

en un pasaje silente,

con la palabra inocente

resucitando las ganas.

Al abrir nuevas ventanas

en la borrasca encendida,

la fruta será mordida

como tinta en el anuario,

que devora el necesario

oxígeno de la vida.



MENCIÓN

De una taquígrafa SOA

Yorisel Andino Castillo

A Mercedes de los Ángeles Romero

Madre y espíritu


Se quedó dormida un día

En que jugábamos no sé a que cosas

Retiré la taza de café de entre sus manos

Y comencé a fumar los cabos de su herencia.

Una muchacha desdibujada en el cristal

Mi abuela era taquígrafa

Y guardó con celos sus desafíos

Sin otro apellido que el de su madre

Como todos los viejos

Se llevó algunos secretos a la tumba

Ustedes sus hijas me rodean

Prenden velas y mascullan oraciones

retóricamente inútiles en su afán

yo guardo las tataguas de su madre

en mis uñas amarillas

yo no diré

sino que un hombre tatuó su ombligo

cuatro veces

mientras ella bordaba las insolencias de la radio,

ustedes en la danza de pan y canela

con los rostros invisibles

aun sin nombre porque eran niñas

ahora son viejas claustrofóbicas del tiempo

y la luz

viejas sin mecedor que enternezcan sus dudas

para cuando ya no tengan sueño

y se queden ahí

reinventando la trama

yo no voy a decirles nada

nada que ya no sepan.

Las edades de mi abuela

Cuelgan por toda la casa

Las hermanas pretenden la huida

Ella les sorprende por entre las cortinas

Y la del medio ríe su locura

Mi abuelo no fue un hombre fotogénico

Y empolvó su patriarcado

En unos pocos álbumes de quinceañeras

Y desposados de los 70

Tú eres madre y espíritu por los rincones

Sin santísimas próstatas que valgan

Ángeles traviesos defecan la trinidad

Yo no he dicho que su madre fuera feminista

—aunque bien pudo serlo—

Sólo que nació en 1925

Y fue taquígrafa, sólo eso.



Mención

ESPANTAJO

Miguel Cándido Francisco Reynaldo


No traspases

el lindero antiguo (…)

Proverbios 23:10


Yo soy el guardián de este camino por el que

no pasa nada

y esas huellas en el barro las imprimieron los gitanos

con sus carromatos en los tiempos de tropelías

Con ellos pude canjear algunas de mis monedas de cobre

(con las que solía jugar interesantes monedas de cara o cruz)

por una legítima espada de las fraguas de Toledo

para ahuyentar a la rapiña que amenazaba estrecharme

contra el bosque.

Ellos también me legaron un recetario de pócimas contra la rabia

porque al final de este camino había un pueblo

donde todos los hombres fueron exterminados por ella

(es la rabia enfermedad de los hombres)

Un bardo que siempre regresaba por estos lares

(Amigo de los gitanos y exegeta de libros raros)

me enseñó unos versos en lengua antigua sobre los días de gloria

que repetían las plañideras hermosas con sahumerios colgantes.

Esos versos los repito una y otra vez

porque el lenguaje de los hombres (aunque antiguo)

por los caminos olvidados se convierte en un elixir para los oídos.

Cuando el estado de no hacer nada se apoderó de mis actos

llegué hasta aquí para no comprender mejor el mundo

y sospecho de algún salto en el tiempo

porque me cubre un polvo indeleble por todo mi cuerpo.

Ignoro que pudo haber sido de los gitanos y sus misterios

y si aún se cantan los versos del bardo

en otras tierras lejanas.

No habrá forma de saberlo

Estoy inmóvil

y por aquí sigue sin pasar nada.




(Poetas llegados desde Matanzas, La Atenas de Cuba y distinguidos en los Juegos Florales. De izquierda a derecha, Richard Valle y Yans González)


Mención

“GENERATION IN LOVE”

Para los amigos de la escuela

porque fueron


Richard Valle Mendoza


Nunca más juzgaron al extremo

masturbar alientos desechos

fue la única bandera al aire

en la guerra agónica de mi generación

Todos corrían cobardemente

sobre un suelo mil veces pisado.

Escribir poemas malformados como prematuros fetos del alma,

en mi consecuente forma de fecundar,

ya no pude escapar jamás.

Escarbando utopías pegadas como insípidos chicles al contén,

sobreviven los grandes hombres y mujeres de mis años,

ahora es tiempo de volver a nacer,

masturbando los miles de sueños desechos,

de los grandes pensadores de esta hipotérmica

generación.


Mención

ADONDE GUARDO LA PALABRA ISLA

Yans González García


Adonde guardo la palabra isla

si contemplo la lejanía de los hombres

que trazaron puntos en el mar

las ausencias

que vestimos con el afán de los reproches

sombreando la imagen

los simulacros

en un punto de la geografía que nada oculta.

a nadie le duele tanto el reproche

las excomulgaciones

que pesan sobre la palabra isla rota

isla fundida

en el único barco que hacemos

en el único barco que se trazan los juegos

las memorias

los giros anexados a la sangre

a las manos del hombre empeñado

en levantar la palabra isla de sus cimientos

que crecen con la duda

con los zapatos rotos de un niño

que ríe levemente llevando en su rostro

entre tantos muertos un poquito de infancia

un poquito de vida arrancada a cada miga de pan

que exalta las bondades

las cenizas atrás de un jardín

atrás de una puerta

atrás de los muros que hablan solos

lo he visto

a nadie le duele tanto el reproche

la palabra isla rota isla fundida que hacemos

en un punto de la geografía

distante de aquel reflejado en una bitácora

que arrastra el miedo en su cola

anunciando el hambre colectiva

con sus muertos en la espalda

cargando demasiadas muertes

demasiadas pesadumbres

distantes bien distantes de sus cuchillos

rompiendo el miedo ancestral

que pesa sobre los muertos.

ya nada me consuela

como decir la palabra adentrada en mis huesos

rota refundida

con las manos del hombre

que la salvan del presagio conteniendo

a un hombre en el seno de la palabra isla

rota

refundida

ya con el silencio impregnado en el seno de una palabra

ya con el silencio confinado a seguir la ruta

aquel juego que desborda la inocencia

el andar seguro sobre las calles de una isla

que da fe de otras cartas

que pesan siempre con sus bromas

leves como decir isla rota isla refundida

atrás de los puntos marginales

muertos otra vez

muertos

bien muertos

en cada sarcasmo

de esos viajeros crueles

que lloran las muertes

y la hojarasca en los muros

de un lugar que yo conozco

como decir la palabra isla refundida

isla rota

en el sarcasmo de no ser

el epitafio

la desdicha

que consuela

cargando a sus muertos en la espalda.



Juegos florales, arte y poesía fusionados. Desarrollados en el patio del Centro Cultural Francisco Prat Puig en Santiago de Cuba.


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