lunes, 29 de junio de 2009
FESTIVAL DEL CARIBE será un forum de solidaridad con HONDURAS
♠ La dedicatoria a la cultura hondureña de la también llamada Fiesta del Fuego, se mantiene inalterable.
Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com
La vigésimo novena edición del Festival del Caribe, del 3 al 9 de julio en Santiago de Cuba, se convierte desde ya en “en un forum de condena al golpe de estado en Honduras y de total respaldo al presidente Manuel Zelaya”, precisó hoy Orlando Vergés Martínez, director de la Casa del Caribe.
“Será un forum de solidaridad con el pueblo de Honduras y de apoyo a su cultura”, agregó.
La Casa del Caribe es la institución organizadora de este convite de la cultura popular y tradicional en la región.
Vergés comentó que “la Casa del Caribe se transformó desde este domingo en la Casa de Honduras”, hasta que se inaugure de manera oficial el Festival el próximo día tres.
La tradición del evento escoge un lugar de Santiago de Cuba, como casa del país invitado, donde se concentran sus manifestaciones artísticas, incluida tradiciones musicales, culinarias y populares. Esta vez será el Círculo Recreativo Orestes Acosta (CIROA).
El pasacalle gigante por el centro de esta ciudad del oriente cubano (Desfile de la Serpiente), tendrá lugar este viernes e incluirá una declaración oficial del evento de apoyo a Honduras.
A esta edición del Festival del Caribe han confirmado artistas populares, intelectuales, y poetas de unos dieciocho países.
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domingo, 28 de junio de 2009
Condenan Golpe de Estado en Honduras periodistas santiagueros
Elvira Orozco Vital y Reinaldo Cedeño Pineda
Periodistas de destacada trayectoria de Santiago de Cuba, condenaron hoy el Golpe de Estado en Honduras y el secuestro de su Presidente Manuel Zelaya, tras un recorrido por obras sociales de esta ciudad del oriente cubano.
Francisco Revé Hechavarría, redactor reportero de la emisora CMKC, en nombre de sus colegas de la Radio, la Televisión, la prensa escrita y agencias de noticias, expresó su repudio a ese "gorilazo" centroamericano.
En gesto espontáneo, los profesionales de la palabra manifestaron su apoyo a la actitud solidaria del gobierno cubano con el Presidente Zelaya y su Gobierno constitucional, al tiempo que mostraron su disposición de seguir al lado de la soberanía e integración de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.
La Televisión Cubana, a través de su espacio Mesa Redonda, en transmisión especial en vivo, ofrece una amplia cobertura a los acontecimientos.
El Presidente de Honduras Manuel Zelaya, en conferencia de prensa desde San José de Costa Rica (señal de Teletica y TeleSur tomada por la Televisión Cubana) confirmó que: "me amenazaron a muerte, me pegaron los rifles en la cara, me sacaron en una forma violenta y me secuestraron. "
Zelaya, mandatario democráticamente elegido por el pueblo de Honduras, manifestó que en ningún momento ha renunciado a la presidencia.
El 29. Festival del Caribe o Fiesta del Fuego, a desarrollarse del 3 al 9 de julio próximos en Santiago de Cuba, está dedicado a la cultura de Honduras, especialmente a la huella garífuna y a otras manifestaciones tradicionales y populares de ese país. (Tomado www.radiosiboney.icrt.cu)
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sábado, 27 de junio de 2009
MICHAEL JACKSON tres veces en mi casa
Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com
Cuando escuché LA NOTICIA, pensé enseguida en Einstein Illas Alayo, mi compañero de aula en mis años de Pre Universitario y en las escuelas al campo, mi amigo…
¿Dónde estará ahora… en qué lugar de este mundo? ¿Poniendo flores o velas en las calles de Los Ángeles? ¿Escuchando su música, calladamente? ¿O, acaso, explicando a sus hijos que significó para él Michael Jackson cuando tenía su edad?
Illas era un negro delgado, desinhibido. Me alegraba encontrarlo cada día. Parecía un bailarín en toda su estatura. Su largueza de extremidades facilitaba las cosas cuando nos hacía la demostración del último pasillo de Michael Jackson, a la hora del receso.…
Un día dobló las rodillas, y se detuvo aquel instante mágico en la punta de sus pies.
¡Michael Jackson estaba en nuestra aula!
escribanode@gmail.com
Cuando escuché LA NOTICIA, pensé enseguida en Einstein Illas Alayo, mi compañero de aula en mis años de Pre Universitario y en las escuelas al campo, mi amigo…
¿Dónde estará ahora… en qué lugar de este mundo? ¿Poniendo flores o velas en las calles de Los Ángeles? ¿Escuchando su música, calladamente? ¿O, acaso, explicando a sus hijos que significó para él Michael Jackson cuando tenía su edad?
Illas era un negro delgado, desinhibido. Me alegraba encontrarlo cada día. Parecía un bailarín en toda su estatura. Su largueza de extremidades facilitaba las cosas cuando nos hacía la demostración del último pasillo de Michael Jackson, a la hora del receso.…
Un día dobló las rodillas, y se detuvo aquel instante mágico en la punta de sus pies.
¡Michael Jackson estaba en nuestra aula!
Sólo tenía un rival… los aviones. Illas soñaba con ser piloto, mas al pasar la prueba, le salió una inesperada afección ocular que le devolvió a la tierra. Y ya no hubo sombra para el rey.
Recuerdo cierta revista cuya portada era Michael Jackson y Lisa María Presley. “Observen como la mano de Michael es más blanca que la de la Presley”, decía... pero ni así pude sacar al fan de sus casillas.
Mi amigo nunca le miró su piel. (Dios sabe cuantos si lo hicieron) Su Michael estaba por encima de todo. Era un genio… ¿es que no lo podían ver? Y te miraba largamente…
Ninguna crítica podía tocar a su ídolo. Lo defendía a capa y espada. Recuerdo haberle comentado otro artículo que le asaetada. Michel estaba lejos de ser perfecto, pero Illas siempre tenía una respuesta para todo:
―Es la envidia de los que nunca podrán ser como él. No lo perdonan…
Un día, mi compañero se aventuró al transporte y llegó a mi casa. Mi cuñado Santiago me robó su atención. Ambos se enrolaron en una conversación sustanciosa sobre el menor de los Jackson…
Fue la primera vez que Michael estuvo en casa.
Michael era el hombre que se levantaba de la arena en plena sala faraónica, el que pisaba con rabia mientras los árboles regresaban de la tala y los elefantes se sacudían el polvo de la muerte.
Michael era un monstruo. Giraba y aparecían los mil rostros.
Michael había dicho: "Nosotros somos el mundo".
En silencio, sin que nadie me viera, intenté captar aquel pasillo en que caminaba hacia atrás… me empeñé…. pero yo no era Illas.
En venganza me aprendí la canción de Los 46. We are the World.
Michael Jackson siguió en la cresta de la ola. Mi amigo buscó el mundo, tal vez el que le había señalado su ídolo… pero mi sobrino Esteban, que ha hecho del baile su razón de ser, encontró en Michael fuente de inspiración.
Las sesiones de baile de Esteban Jackson ocupaban parte de las reuniones familiares, y de los nuevos amigos. El sombrero se inclinaba, el giro violento, la mano hacia abajo, halaba…
Siempre había un nuevo elemento que observar. Y el público no escatimaba aplausos.
A su sombra, creció Marcos, hijo de mi sobrina. No tenía la misma habilidad de Esteban, pero la gracia era idéntica. Ahí lo tengo grabado, en el portal, con una chancleta volando en una de sus contorsiones… para cuando crezca.
Es la tercera generación de los adoradores de Michael.
No fui exactamente un fan de Michael Jackson: no me gustan los brillos, los deslumbres; no me agradó su afán de afinar la nariz... pero nunca compartí como lo perseguían.
Crecí con su música y su fantasía. Lo llevo en mi memoria visual y auditiva más de lo que pensaba, como una marca indeleble, como algo natural que también me pertenece.
Esperaba cada estreno de sus videos, porque sabía que se trataba de algo espectacular.
¿Cuántas presiones debió soportar? ¿Cuántos oportunistas le salieron al camino? ¿Cuántos pudieron alcanzar al ser humano, una vez que se apagaban los reflectores? ¿Cuánto habrá que despejar entre mito y realidad, entre tristezas y desatinos?
¡Se han publicado tantas cosas sobre Michael Jackson!. Ahora seguramente vendrán otras.
Elizabeth Taylor declaró: "Aún no puedo creerlo. No quiero creerlo. No puede ser verdad"...
Liza Minelli ha dicho que Michael Jackson “revolucionó el mundo del espectáculo. Es uno de los más grandes artistas que hay existido”.
Y afirmó que le “faltará cada día de su vida”.
No sólo a ella.
viernes, 19 de junio de 2009
LA DAMA Y EL CONSPIRADOR
Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com
El siglo diecinueve cubano, en materia poética, parece un largometraje de ficción: mientras el verso desgaja como relámpago y deja entrever su luz, al final del horizonte; o sale burbujeante y espeso de la herida para consumar la elegía; el destino, fatigado de tanto prodigarse, cobró el don de la poesía a sus cultores, a dentellada.
El nelumbio casto de la olvidada finca Melgarejo, dolorosa y augusta frente a la gigantesca sombra de una tumba; el cantor del Hórmigo, en un viaje sin retorno, tragado por el monte; el poeta de los alciones y las rimas, encerrado en una estampa japonesa, de la risa a la muerte; La Virgen Triste, la de besos ardientes en el mármol y flores en sus cartas, extinguida casi núbil en el exilio de Key West; un ángel desterrado frente al Niágara, que se inventa la patria en aterradora soledad, y aún aquel otro, el amor de Fidelia, atrapado entre fuegos, suspirando por las golondrinas, en los fosos tenebrosos de La Cabaña.
Esa relación decimonónica todavía resiste un nombre, el de Diego Gabriel de la Concepción Valdés. Conmueve su imagen postrera, en verdad: una plegaria en los labios frente a la rabia colonial que le taladra; pero, más allá de algunos versos, Plácido es un desconocido, parece algo del pasado.
Acercarme a este libro de la Doctora en Ciencias Filológicas Daysi América Cué Fernández (Chaparra, Las Tunas, 1942), me ha convencido de algo muy diferente: Plácido tiene mucho que decirnos todavía…
Al asomarnos a una nación en plena forja de su identidad, nos entrega su drama de cubano. Al definir los rígidos preceptos artísticos de su tiempo y sus cenáculos, nos entrega su drama artístico. Al retratar una época atrapada entre sus clases y sus prejuicios, nos entrega un drama profundamente humano: el de “un poeta mulato en una sociedad para blancos” (1) que, en tantas ocasiones, impelido por su pobre economía, debió convertirse en “hacedor de versos dedicado a complacer a quienes odiaba”.(2)
¿Qué más podré decir de un volumen que mereciera el Premio Ramiro Guerra (biografía) de la Unión de Historiadores de Cuba?
Le puedo asegurar que será esta de Plácido, el poeta conspirador de la Editorial Oriente, una lectura inquietante, desprejuiciada, honda y aportadora; labrada en ocasiones a contracanto de lo que algunos han dicho; y sobre todo, asomada a las rejas, a los viejos papeles ―y, casi podría decirse, a la línea vital del poeta—, con una mirada apasionada, atenta y sostenida, valgan las tres.
Toda pasión lleva su génesis, su semilla. La autora me ha confesado que todo surgió por un encargo del profesor Ricardo Repilado durante sus estudios de Letras, por aquellos libros raros y valiosos que su padre, el historiador Juan Andrés Cué y Bada, puso en sus manos, y por esa curiosidad insaciable de todo investigador que encuentra el cauce y no para hasta encontrar el nacimiento del río.
escribanode@gmail.com
El siglo diecinueve cubano, en materia poética, parece un largometraje de ficción: mientras el verso desgaja como relámpago y deja entrever su luz, al final del horizonte; o sale burbujeante y espeso de la herida para consumar la elegía; el destino, fatigado de tanto prodigarse, cobró el don de la poesía a sus cultores, a dentellada.
El nelumbio casto de la olvidada finca Melgarejo, dolorosa y augusta frente a la gigantesca sombra de una tumba; el cantor del Hórmigo, en un viaje sin retorno, tragado por el monte; el poeta de los alciones y las rimas, encerrado en una estampa japonesa, de la risa a la muerte; La Virgen Triste, la de besos ardientes en el mármol y flores en sus cartas, extinguida casi núbil en el exilio de Key West; un ángel desterrado frente al Niágara, que se inventa la patria en aterradora soledad, y aún aquel otro, el amor de Fidelia, atrapado entre fuegos, suspirando por las golondrinas, en los fosos tenebrosos de La Cabaña.
Esa relación decimonónica todavía resiste un nombre, el de Diego Gabriel de la Concepción Valdés. Conmueve su imagen postrera, en verdad: una plegaria en los labios frente a la rabia colonial que le taladra; pero, más allá de algunos versos, Plácido es un desconocido, parece algo del pasado.
Acercarme a este libro de la Doctora en Ciencias Filológicas Daysi América Cué Fernández (Chaparra, Las Tunas, 1942), me ha convencido de algo muy diferente: Plácido tiene mucho que decirnos todavía…
Al asomarnos a una nación en plena forja de su identidad, nos entrega su drama de cubano. Al definir los rígidos preceptos artísticos de su tiempo y sus cenáculos, nos entrega su drama artístico. Al retratar una época atrapada entre sus clases y sus prejuicios, nos entrega un drama profundamente humano: el de “un poeta mulato en una sociedad para blancos” (1) que, en tantas ocasiones, impelido por su pobre economía, debió convertirse en “hacedor de versos dedicado a complacer a quienes odiaba”.(2)
¿Qué más podré decir de un volumen que mereciera el Premio Ramiro Guerra (biografía) de la Unión de Historiadores de Cuba?
Le puedo asegurar que será esta de Plácido, el poeta conspirador de la Editorial Oriente, una lectura inquietante, desprejuiciada, honda y aportadora; labrada en ocasiones a contracanto de lo que algunos han dicho; y sobre todo, asomada a las rejas, a los viejos papeles ―y, casi podría decirse, a la línea vital del poeta—, con una mirada apasionada, atenta y sostenida, valgan las tres.
Toda pasión lleva su génesis, su semilla. La autora me ha confesado que todo surgió por un encargo del profesor Ricardo Repilado durante sus estudios de Letras, por aquellos libros raros y valiosos que su padre, el historiador Juan Andrés Cué y Bada, puso en sus manos, y por esa curiosidad insaciable de todo investigador que encuentra el cauce y no para hasta encontrar el nacimiento del río.
(Esta imagen del poeta Gabriel de la Concepción Valdés, PLÁCIDO, y tomada por Pío Dubrocq, podría estar más cercana a su realidad que la fotografía tradicionalmente conocida, según la investigación de la doctora en Ciencias Filológicas Daysi Cué en su libro)
Plácido, el poeta conspirador no se anda con medias tintas y se adentra en zonas arduamente polémicas: ¿Es Plácido, el hombre de levita y pelo rizo, o es, acaso, un mestizo “al parecer blanco” (3) dejado en la Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana? ¿Cuál es su verdadera imagen, la que captó el francés Pío Dubrocq y que tanto difiere de la tradicional? ¿Qué dicen los testigos que le conocieron? ¿Artesano o poeta? ¿Personaje histórico o héroe literario?
Daysi Cué hace un examen detallado, casi policial sobre esos aspectos.
La poética de Plácido, su análisis y trascendencia, la influencia de su heredad lírica ―incluso en nombres como José Martí o Nicolás Guillén— ocupa una parte importante del libro, rescatados sus poemas del menoscabo crítico, del paso por editores que agregaron o cambiaron a discreción la poesía virginal de Plácido; la poesía que interpretó siempre como una gracia que Dios le había concedido y que, en consecuencia, no se atrevía a retocar.
Así, los presumibles defectos que sobrepasaban las convenciones europeas, acabaron formando una poesía oral, circunstancial, con las licencias de la eufonía y la improvisación; lo que —curiosamente―, nos lo devuelve más contemporáneo, más cercano.
Como apunta la Cué, es la de Plácido, “una poesía de anunciaciones (…) surgida de las circunstancias peculiares de un individuo en el que se entrecruzaron las diferentes líneas de la nacionalidad de manera dolorosa e instintiva”. (4)
Daysi Cué hace un examen detallado, casi policial sobre esos aspectos.
La poética de Plácido, su análisis y trascendencia, la influencia de su heredad lírica ―incluso en nombres como José Martí o Nicolás Guillén— ocupa una parte importante del libro, rescatados sus poemas del menoscabo crítico, del paso por editores que agregaron o cambiaron a discreción la poesía virginal de Plácido; la poesía que interpretó siempre como una gracia que Dios le había concedido y que, en consecuencia, no se atrevía a retocar.
Así, los presumibles defectos que sobrepasaban las convenciones europeas, acabaron formando una poesía oral, circunstancial, con las licencias de la eufonía y la improvisación; lo que —curiosamente―, nos lo devuelve más contemporáneo, más cercano.
Como apunta la Cué, es la de Plácido, “una poesía de anunciaciones (…) surgida de las circunstancias peculiares de un individuo en el que se entrecruzaron las diferentes líneas de la nacionalidad de manera dolorosa e instintiva”. (4)
Plácido, el poeta conspirador halla argumentos en legajos, periódicos, testimonios, biografías, investigaciones previas, reportes de viajes, cartas… para apostar, desde una recia evaluación, por una tesis que asoma desde su título: Plácido “no estaba exento de la culpa que arrojaron sobre él”, (5) y puso lo suyo en aquel complejo proceso de 1844, conocido por Conspiración de la Escalera.
La investigadora nos introduce, entonces, en un pasaje desolado: un ser quebrado por tantas acusaciones, sometido a la tortura física y sicológica, asaetado por acusaciones e interrogatorios; envuelto en una lucha desesperada por su vida. Será la única manera de aquilatar las actitudes y las letras del momento, de una existencia “arrastrada por las circunstancias a los bordes del abismo”.(6)
Deberían subrayarse estas frases: "Sin contradicciones raciales o clasistas, Plácido no sería Plácido; sin resentimientos y odios no podría ser un conspirador, pero tampoco el patriota excelso en el que lo han transformado algunos". (7)
Plácido, en fin, no podría ser inocente de ser cubano.
Con ser este, de los principales asertos del libro, la investigación no queda ahí, sino que explora otras vías: la aprehensión de una Cuba múltiple, no vista sólo desde la perspectiva de la sacarocracia, sino desde la óptica de las clases de abajo; y aborda luego el verdadero alcance de una conspiración ramificada más allá de la Isla.
Con todo, a la escritora le falta encontrar aún: el cofre que guarda su peineta, el verso placidiano que se adelanta al tiempo y la menciona, la palabra que le dice al oído, la vieja foto donde está sentada, escuchándole.
Plácido, el poeta conspirador ―volumen bajo la edición de Lina González Madlum y el diseño de Luis Antonio Casanella Cué― es una obra de vida, un ejercicio de rigor alrededor de “una de las figuras más populares y controvertidas de la literatura cubana”. (8)
El poeta de “El juramento” ha encontrado, doscientos años después, a la dama que le muestra en sus contradicciones y sus glorias, que le rescata de sus críticos tenaces, que le abre a su cubanía plena. Ha encontrado la mano al fin que le vindique. Por eso, entre las negruras de su existencia, desde lo alto de los barrotes, asoma el cielo.
♦ Escrito para la presentación del libro Plácido: el poeta conspirador de Daysi Cué Fernández, en el Sábado del libro, Santiago de Cuba, 20 de junio de 2009
NOTAS
(1) Daysi Cué: Plácido, el poeta conspirador, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, p.15.
(2) Ibid, p.90.
(3) Ibid, p.15. Referencia tomada del Acta Bautismal de la citada Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana
(4) Ibid, p.237.
(5) Ibid, p.90.
(6) Ibid, p.81 Reproduce palabras de Plácido.
(7) Ibid, p.107.
(8) Ibid, p. 15.
jueves, 18 de junio de 2009
LA LUPE: ¡Al fin en su natal Santiago de Cuba!
Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com
Irreverente, marginal, hiriente, trepidante, teatral, visceral, impúdica, salvaje, ciclónica, agresiva, demente, sensual, escandalosa, excitante, única, truquera, descarada, excéntrica, legendaria, irrepetible…
( El Festival Boleros de Oro del 17 al 21 de junio en Santiago de Cuba, se dedica a la singularidad, aporte y memoria de Lupe Victoria Yolí Raymond. Este viernes 19, en la mañana, en la sede santiaguera de la UNEAC, expondremos nuestra investigación: “LA LUPE, ¿Aún con el diablo en el cuerpo?”/ El teatro corporizado por Monse Duany y basado en su vida, en el teatro Martí, 19 y 20)
¿Pero, quién era esta mujer que no cabía en sí misma?
¿Quién era, que no alcanzaban las palabras?
Por si no bastase, valga el testimonio de algunos que sabían muy bien cuanto decían: “Eres un genio”... (Pablo Picasso)... “La creadora del arte del frenesí” (Hemingway)… “Un animal musical“ (Jean Paul Sartre) y...
Artículo completo
http://laislaylaespina.blogspot.com/2007/11/la-lupe-el-diablo-en-el-cuerpo.html
Artículo relacionado:
LA LUPE REDIVIVA ( teatro)
http://laislaylaespina.blogspot.com/2008/04/la-lupe-rediviva.html
Reinaldo Cedeño Pineda durante la conferencia sobre LA LUPE. Sala Titón de la UNEAC, Santiago de Cuba, 19 de junio 2009. Festival Boleros de Oro. Detrás, José Julián Padilla Sánchez, al frente del evento teórico. (Foto cortesía Francis Castillo)
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miércoles, 10 de junio de 2009
HONDURAS con todo al Festival del Caribe
Más de 200 artistas hondureños se presentaran en los mejores escenarios del evento artístico más importante del Caribe del 3 al 9 de julio.
El XXVIII Festival Internacional del Caribe, la Fiesta del Fuego, evento artístico, académico y de espacios comunitarios, se realizará a principios del próximo mes en Santiago de Cuba y en esta edición estará dedicado al pueblo hondureño y la cultura garífuna.
En este evento popular y masivo, Cuba mostrará lo mejor de su danza, música, folclore, teatro, literatura, artes plásticas, cine y video.
Además, Honduras participará con al menos 200 de sus mejores exponentes en todas las ramas, como invitados especiales de esta fiesta que este año espera agrupar a más de 200 mil visitantes de todas partes del mundo.
La Banda de los Supremos Poderes, Guillermo Anderson, Polache, Moisés Canelo, Pez Luna, Beatriz Valle, la Agrupación Juvenil Garífuna Lumalale, Karla Lara, la marimba Usula, Santos Arzú Quioto, Gustavo Armijo, el Ballet Nacional Folclórico Garífuna, Dario Euraque, Helen Umaña, Juana Pavón, Julio Escoto y Eduardo Bahr, se encuentran entre los participantes.
La ciudad colonial de Santiago, capital del Caribe, tendrá más de 50 locaciones, de las cuales 32 son escenarios naturales abiertos.
En la clausura de la edición caribeña del 2008 se hizo oficial la designación de Honduras como invitada de honor a la cita folclórica…
(Tomado de El Heraldo, HONDURAS)
El XXVIII Festival Internacional del Caribe, la Fiesta del Fuego, evento artístico, académico y de espacios comunitarios, se realizará a principios del próximo mes en Santiago de Cuba y en esta edición estará dedicado al pueblo hondureño y la cultura garífuna.
En este evento popular y masivo, Cuba mostrará lo mejor de su danza, música, folclore, teatro, literatura, artes plásticas, cine y video.
Además, Honduras participará con al menos 200 de sus mejores exponentes en todas las ramas, como invitados especiales de esta fiesta que este año espera agrupar a más de 200 mil visitantes de todas partes del mundo.
La Banda de los Supremos Poderes, Guillermo Anderson, Polache, Moisés Canelo, Pez Luna, Beatriz Valle, la Agrupación Juvenil Garífuna Lumalale, Karla Lara, la marimba Usula, Santos Arzú Quioto, Gustavo Armijo, el Ballet Nacional Folclórico Garífuna, Dario Euraque, Helen Umaña, Juana Pavón, Julio Escoto y Eduardo Bahr, se encuentran entre los participantes.
La ciudad colonial de Santiago, capital del Caribe, tendrá más de 50 locaciones, de las cuales 32 son escenarios naturales abiertos.
En la clausura de la edición caribeña del 2008 se hizo oficial la designación de Honduras como invitada de honor a la cita folclórica…
(Tomado de El Heraldo, HONDURAS)
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