Pudiera ser la mujer más feliz sobre la tierra
pero acabaron las rapsodias
los cantos bajo la lluvia...
Transformaron palabras al diccionario
y no sé bajo qué capricho
han mudado hojas de los viejos libros
Se perdieron el brillo de los filmes primeros
retenidos por una infancia que aún duerme
bajo los paraguas de Cherburgo.
Pudiera ser la mujer más feliz...
Me arde este pedazo de pan entre los dedos
Puedo comer hasta reventar
la insatisfecha malacrianza de la noche y el día...
La copa del sentimiento se desborda en este dolor sombra
mientras la tierra mira por doquiera
y bostezan otros su hambre
Pudiera ser la mujer más feliz...
No sé qué nuevos mares inventarle a la aventura
o qué cielo crear al llanto incontrolable...
Ah, si por un instante pudiera alcanzar un rayo para viajar
y poner de goce al mundo desamparado
hacer brotar sonrisas en niños
que no duermen acorralados por la fiebre...
No, no puedo ser la mujer más feliz sobre la tierra...
en este mismo instante, luego de sujetarme el pecho
escapo a mis pedazos
los gorriones sacuden sus alas.
Gracias
Por despertar las abejas del panal en este universo
de paja y nevada
en que aprendí de aciertos y desaciertos.
Te fuiste y pudiera decir:
La soledad se ha sentado en mis umbrales como débil criatura
vi volar las piedras ofendidas en su errar por las llanuras del mar
lloré hasta enloquecer la luna.
Ah, que no conociste dolores de sirenas
ni aguaceros atormentados en las madrugadas.
Perdí la cuenta de los herrajes que sostienen el cuerpo
Y de meses que han pasado ajenos evaporados en humo.
Te fuiste y pudiera decir:
En medio de los Océanos hubo fuego y Noé volvió
para habitar este espacio
han crecido finísimas azucenas en los dedos
para contentar las noches contrariadas
han cambiado los atuendos cortinas de nubes.
Ah, si supieras cuanto me urgía amarte, tanto, tanto,
sin el figurín de los trapos, así salvajemente con fondos de tambores.
Llovizné de ron y miel las pajas de mi templo
sin embargo te fuiste y pudiera decir:
mis manos, asideros universales están vacías,
no te alcanzan mis ojos de lechuza herida
tus olores se perdieron después que me sembraste
de esperanza y humo, pero hay cantos de mar que acaban la locura.
Te fuiste y quisiera decir:
soy una ola alzada que ha alcanzado los astros
y desde esta puerta ancha esculpe las ciudades.
Pertenece a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y a la Sociedad Cultural José Martí. Ha sido reconocida en Cuba, Argentina, España y otras naciones latinoamericanas.
5 comentarios:
Querido Cedeño. Un abrazo inmenso y el agradecimiento permanente por estar presencia entre ustedes, mis amigos poetas de Santiago y del mundo. Para ti y para todos (as)los mejores éxitos, porque bien merecido lo tienen. El día 14 homenajeamos a Guillén en Café con letras, todos estuvieron a mi lado en ese momento. Los llevo bien adentro y están.
Juanita Pochet Calala
Hermosos versos destilados por esa prolífica pluma que es Juanita Pochet Cala que no sólo escribe sino que pinta, cincela, esculpe su decir que hace vivenciar a los lectores de lo que transmite: amor, fuerza, rebeldía. Por todo esto es que se puede decir, que digo que "Pochet se escribe con P de Poesía".
Recibo via e mail
Vi lo de Juanita Pochet en tu blog....te felictio. Un abrazo santiaguero
José Millet
Un saludo desde Panamá para la distinguida poeta. Bellas sus letras que alimentan el alma y el corazón.
Eres una poetisa maravillosa. Saludos desde España. Te invito a que visites mi blog y si te gusta hacerte seguidora de éste. Saludos.
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