lunes, 9 de julio de 2012

POETA INVITADO / Miguel Cándido Francisco Reynaldo



BAJO LOS FICOS

Padre se ha enamorado de Muchacha de pelo negro
sabe que le gusta el champú de manzana
y el helado de café con leche
lo averiguó con discreción
Muchacha de pelo negro solo tiene trece años
y abuelo no la pierde de vista
este es un tipo de armas tomar
parece sospechar de Padre que baja la vista
como si tuviera vergüenza de algo.

Padre es nuevo por aquí 
Amiga le comenta a Muchacha de pelo negro nerviosa,
a Amiga le importa un pito lo de la edad
y después de la cuatro de la tarde
va besarse con Amigo de Padre detrás del parque de los ficos
mientras Muchacha temerosa vigila
                                 las dos calles principales del pueblo.

Padre y Muchacha de pelo negro están coincidiendo
                                                 en el parque de los ficos
Tía ya lo sabe
a ella no hay quien le pase gato por liebre
y pone sobre aviso a Abuelo
y este que con mi niña nadie coge mangos bajitos
que aquí sobra alguien y no soy yo
y Abuelo sigue a Muchacha esta tarde bajo la lluvia.

Padre ha dejado a Madre con Niño
Niño no sabe esta historia
seguro si la conociese tampoco la contará. 



LA ANUNCIACIÓN


Al último cuarto
-el de las paredes con reproducciones de santos y líderes-
llegan los arrullos del río
para acariciar la nuca regordeta de la anciana
que une retazos de tela con imaginación renacentista
al compás de sus piernas amorfas
envueltas en gasas de la china.

Ella encerrada en su cometido
se ha perdido los destellos primaverales
                                       de los naranjos en flor
mas ha mandado la pieza roja bendecida
contra los malos augurios,
esa mítica pieza guardada año tras año
                                    en los gaveteros de anciana.

No sabe que han cortado los naranjos de la ribera
sólo siente que le duele algo en el pecho
y alza los ojos ante su galería incongruente
temiendo por la tardanza del acostumbrado tazón de jugo.

Entre pedaleo y pedaleo
avanza lentamente como la locomotora arrugada del pueblo
que se hunde en sí misma ante las cuestas enormes
pero como ella nada se puede con la anciana
que se transforma en máquina blindada
cuando de  salir al sol se trata
a contemplar el único naranjo del patio
al que esta tarde le entregará una nota:

“no deseo otras habitaciones
respondo por la salamandra
y por el curso de agua que escucho.
Por aquí pasan todos mis ángeles cuando los invoco
me refugio del frío
y recuerdo el amor contra los pronósticos de la edad.
Aquí seguiré rehaciendo las flores que faltan a los naranjos”. 


  
(El poeta leyendo durante los Juegos Florales)

MAMBRÚ SE FUE A LA GUERRA

Mambrú se va a la guerra este abril de 1974,
que… do-re-mi,  que do-re-fa,
ha dicho que sí desde su fraterno y psicodélico
                                              taller de soldadura
en un caluroso ambiente.
También hace calor allá en California
donde los hippies pacíficos, a golpe de Rock and Roll,
alzan carteles por las calles:
                     NOT WAR
        LOVE, PEACE, LIBERTY
porque en Viet Nam han dado muerte a los campos de arroz.

Hay que ir allá adonde lo del Tío Ho
a la ruta que serpentea  hacia el sur por la cordillera.
Hay que ir a hacerla más grande
que… do-re-mi,  que do-re-fa.
“SOLO LOS CRISTALES SE RAJAN….”
Dice en caracteres inmensos en el mural
Mambrú el mejor trabajador del mes
pide la protección,  murmurando  un solo de guitarra eléctrica,
a los santos de Black Sabbaht
a San Jimmy Page
al Beato Mercury.
Se le antoja entornar las notas del Himno Nacional
acompañado por un Drums  poderoso.
Nadie canta el Himno Nacional como es,
tiene que salir como una vigorosa marcha de guerra,
desde los mismos cojones.

Él se puede permitir esos pensamientos
en 1957, después de una RockandRollada,
clavó un petardo a la estación de policías del pueblo
porque le arde la piel por tanto metal derretido.

No sabe cuando vendrá
mire usted, mire usted
a lo mejor no para este fin de año
quizás tampoco para el otro
cuando la niña haya cumplido sus quince
pero Mambrú es un muchacho excelente
un buen compañero
Do-re-mi, do-re-fa.
se va posiblemente mañana mismo
sale en su bicicleta antes de tiempo
la familia lo ve llegar con lentitud
que do-re-mi, que do-re-fa,
¿qué noticias traerá?


MIGUEL CÁNDIDO FRANCISCO REYNALDO (Mayarí, Holguín, 1980) Licenciado en Estudios Socioculturales en la Universidad Oscar Lucero Moya de Holguín. Reside en Santiago de Cuba. Ha obtenido, entre otras distinciones, mención en el Concurso Luisa Pérez de Zambrana (2007) y en los Juegos Florales convocados por el Ateneo Licenciado Antonio Bravo Correoso (2010). Especialista Comercial en el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Santiago de Cuba.

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