"Yo aparezco. Yo me desnudo. Yo entro en la luz. Yo despierto los colores. Yo corono las aguas. Yo empiezo a recorrer el tiempo como un licor. Yo devoro las arenas en todas las orillas. Yo predico si el mundo seguirá o se va a hacer. Yo conjuro la tierra para que acamparse su ritmo a la lentitud de la lava. Yo reino en el centro de esta conflagración como ave inmóvil.
Y del primero al séptimo día mi cuerpo es el reino silencioso donde viven las víctimas de mi error".
Así escribe el matancero Luis Lexandel Pita en su libro Falsas maniobras premiado en el apartado de poesía en el Concurso José María Heredia, en su versión de 2010.
El santiaguero Juan Carlos Veranes Ferrer, se acreditó el accésit de poesía por su excelente cuaderno Cosa Nostra.
“Todo el mundo tiene una causa y yo quise plasmar en él la mía. Ahí me muestro yo, mi familia y mi país, en tres capítulos y en verso libre”, declaró el autor.
Trabajador del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, Veranes afirma a sus 38 años, haber “llegado tarde a la creación poética” y no tiene a menos declarar cuanto debe al Aula de Poesía, taller literario que coordina el poeta Reynaldo García Blanco.
El poema inicial de su libro Cosa Nostra es “El Monte de la Nación”
"Ya conozco los sitios altos donde no llega la luz
sé del leopardo que se mueve por el monte seco de la nación/
luego llegan los héroes y extenuados buscan la lluvia
vienen de todas partes con el pecho hinchado
y con cierta discrepancia se agitan
ellos saben de los azares
de las maneras de estos tiempos/
por el monte de la nación
avanza desnuda una muchacha
con las manos sobre la carne del vientre
desconoce su gravedad
vio caer a un aragonés en la puerta ancha
vio caer al ciervo herido/
y en poco tiempo regresábamos del monte seco y pardo
nos pusimos a recordar a aquella mujer
y en los sitios altos de la nación
el país se nos escapaba
y teníamos ron nacional más hierba buena
la ebriedad nos ganaba
nos hacía fácil el tiempo
yo disentía
y la patria se nos volvía a escapar de las manos".
Mayerín Bello con La ardua ruta de Jano, el caminante, se acreditó el galardón de teatro.
El certamen, convocado por la Asociación de Escritores de la UNEAC en Santiago de Cuba tuvo como jurados a José Orpí, Liliana Gómez Luna y Reinaldo Cedeño (poesía) y a Marcial Lorenzo Escudero, Alexander Legró y Ana María de Agüero en el apartado de texto dramatúrgico.
Los organizadores explicaron que las obras presentadas en la categoría de ensayo no cumplieron con las bases de la convocatoria.
El premio Heredia tuvo entre sus acciones, en la jornada anterior, la conferencia del poeta y ensayista Marino Wilson Jay dedicada a José Lezama Lima, en el centenario de su natalicio.
Asimismo, la sede de la UNEAC santiaguera, a sólo unos metros de la casa natal del cantor del Niágara, contó con un recital de Raúl Ibarra y Oscar Cruz, un recorrido por la creación lírica desde la óptica de dos generaciones.
(Dos ilustres miembros de la Asociación de Escritores de la UNEAC en Santiago de Cuba, la doctora Olga Portuondo Zúñiga, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2010, junto al ensayista y poeta Marino Wilson Jay, toda una enciclopedia literaria.)
La Sección de Escritores de la UNEAC en Santiago de Cuba despide así un año de gran actividad que incluyó, entre otras acciones, el Encuentro de Narradores y el homenaje a los centenarios del poeta José Ángel Buesa y de la célebre escritora para niños, Dora Alonso.
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