(Wilfredo Casanova Ortiz (Matanzas) se alzó con el Gran Premio de los XIV Juegos Florales en Santiago de Cuba. Las distinciones de manos de José Orpí Galí, presidente del jurado y Ramón Álvarez Cortés, director del Ateneo Cultural Licenciado Antonio Bravo Correoso)
TEXTO: Reinaldo Cedeño Pineda FOTOS: Reinaldo Cedeño y Tony Iglesias
Wilfredo Casanova Ortiz, especialista de literatura de la Casa de la Cultura de Los Arabos (Matanzas) se alzó con el Gran Premio de los XVI Juegos Florales convocados por el Ateneo Licenciado Antonio Bravo Correoso de Santiago de Cuba.
El poema Mataron a Lola, original recreación de un mito popular, le acreditó el Gran Premio en una selección que decantó 76 obras enviadas a concurso, según el fallo de un jurado presidido por José Orpí e integrado además por Reinaldo Cedeño, Nadia Ocaña, Reynier Rodríguez y Anabel Lorenzo.
El santiaguero Jesús García Clavijo con el conmovedor Poema para despertar a María Eugenia, inspirado en el trágico destino de la familia de Juan Gelman bajo la dictadura argentina, ganó el accésit, mientras un ejercicio técnico de altura como Glosa por una libertad defendida de Yuricel Moreno Zaldívar, ganó la mención especial del jurado.
(De izquierda a derecha, los tres ganadores principales: el santiaguero Jesús García Clavijo (accésit), el matancero Wilfredo Casanova (gran premio) y la holguinera Yurisel Moreno Zaldívar (mención especial)
El fallo otorgó además cinco menciones para Winlay Morales Orozco (Manos), Yorisel Andino Castillo (De una taquígrafa SOA), Yans González García (Adonde guardo la palabra isla), Miguel Cándido Francisco Reynaldo (Espantajo) y Carlos Javier Álvarez Bravo (Rincones).
El premio especial a la concursante más joven con una obra de nivel cualitativo fue para Sonia Bárbara Grillo Pérez por Síntomas de una muerte anunciada.
Otras distinciones fueron concedidas por instituciones de la cultura santiaguera.
Desarrollado con todo éxito en dos sesiones (20 y 21) de mayo último, en el Centro Cultural Francisco Prat Puig —el inmueble del Ateneo necesita urgente reparación—, un requisito indispensable que singulariza al certamen es la lectura de la obra por el propio autor. Cada concursante recibe como obsequio una flor.
En este encuentro poético participan los ganadores de los Juegos Florales de centros penitenciarios que se realizan previamente, como parte de la labor educativa e inserción social de los internos.
Tomar parte como jurado esta vez fue una distinción que me honra y que agradezco. Poseía es lo que nos salva.
(EL JURADO: Reynier Rodríguez; Ramón Álvarez Cortés, director del Ateneo e invitado para esta imagen, José Orpí; Anabel Lorenzo, estudiante de onceno grado y ganadora del pasado año; Reinaldo Cedeño y Nadia Ocaña)
TODOS LOS FINALISTAS
1. “Yo voy descalzo a mojarme”, de Fernando Álvarez León
2. “Generation in love”, de Richard Valle Mendoza
3. “La casa de madera”, de Kiuder Yero Torres
4. “El enigma de la jirafa”, de Alexis Pagán Carcassés
5. “Mataron a Lola”, de Wilfredo Casanova Ortiz
6. “Poema para despertar a María Eugenia”, de Jesús García Clavijo
7. “Glosas por una libertad defendida”, de Yuricel Moreno Zaldívar
8. “Rincones”, de Carlos Javier Álvarez Bravo
9. “De una taquígrafa SOA”, de Yorisel Andino Castillo
10. “Espantajo”, de Miguel Cándido Francisco Reynaldo
11. “Adónde guardo la palabra isla”, de Yans González García
12. “Manos”, de Winlay Morales Orozco
13. “Síntomas de una muerte anunciada”, de Sonia Bárbara Grillo Pérez
14. “Soliloquio de un hombre que termina”, de Juan Miguel Cruz Suárez.
15. “Sones en Santiago” (décimas) , Ideltrudys Rodríguez Estrada
Gran Premio
MATARON A LOLA
Wilfredo Casanova Ortiz
Mataron a Lola
y no debí contarlo.
La tarde llegó con la comparsa,
el ruido de las pantomimas,
se colmó de público la muerte.
Aparecieron,
dictaron,
leyeron parlamentos.
Mataron a Lola
sin el odio de los inmigrantes,
sin la flor anacoreta,
ni el bulbo de morfina.
La mataron cuando eran tristes los difuntos,
culpables como el ocio
de un ladrón enfermo.
Aparecieron,
hablaron,
inventaron cenizas.
El sol entró por los portales
De Güira de Macurijes,
desde allá iluminó al cadáver.
Su vuelo la sembró por dentro.
Mataron a Lola
para alimentar un gusano redondo,
un humo de provincia.
Tras la columna y la escena
creció la confesión,
aparecieron,
negaron,
pudrieron el ojo vernáculo
que sí debí contar.
Mataron a Lola
por la izquierda,
por la sonrisa,
como un delirio más.
Murió mientras soñaba
con largos caracoles.
Ignoraron,
mezclaron su sangre con arroz,
comieron
desaparecieron.
La mataron
con un humilde hombre,
a las tres.
ACCÉSIT
Un poema para despertar a María Eugenia
Jesús García Clavijo
Acabo de escuchar a Gelman
y me acordé de ti.
También él vivió su exilio
quizás todos los exilios de la vuelta
pero al menos Gelman,
lo encontró detrás de otros silencios.
Qué buen misterio para pensar un poco
para mirar a Marta en sus decretos
a Jorge pensativo frente a un cuadro.
Gelman, tiernamente emocionado
acariciaba el pelo mojado de su hijita
y los chicos lo dejaban para siempre
en los grafittis escolares de María Eugenia
agarrando en silencio, la poesía de dejarnos.
Esta noche escuchaba a Gelman
parapetado en el filo de sus letras
en el abrazo de Alexis frente al muro
o Agustín mirando el horizonte.
Mientras Gelman sigue hablando con el fuego
Imagino a María Eugenia sin torturas
Tiernamente escolar frente a la vida.
¿Cómo sería ahora?
¿Cómo tendría su rostro, sin las garras que le dieron?
PREMIO ESPECIAL
GLOSA POR UNA LIBERTAD DEFENDIDA
Yuricel Moreno Zaldívar
La libertad defendida
más allá de lo posible
No es más que el imprescindible
oxígeno de la vida
J.O. Ruiz
Llega una brizna de aliento
Al rostro que nos consume.
Llega tan simple y resume
otras páginas al viento.
Las cadenas del intento
tienen la noche dormida,
cuando un barrote, suicida
al caminante ficticio;
sin olvidar el oficio,
la libertad, defendida
Me acosa la transparencia
de una vieja cicatriz
Disfraz teñido de gris
para cumplir mi sentencia.
Ya nadie pide clemencia
de una vida ineludible.
El orgullo perceptible
termina en caricatura
de una vida siempre oscura
más allá de lo posible.
Busco una nueva señal
el mito en la misma piel.
Descubrimos siendo infiel
el veneno del final.
Llegamos por el canal
de un destino inaccesible.
Puede o no ser lo tangible
en el tiempo como alfombra.
Lo que llega y nos asombra
No es más que el imprescindible
Instante de las campanas
en un pasaje silente,
con la palabra inocente
resucitando las ganas.
Al abrir nuevas ventanas
en la borrasca encendida,
la fruta será mordida
como tinta en el anuario,
que devora el necesario
oxígeno de la vida.
MENCIÓN
De una taquígrafa SOA
Yorisel Andino Castillo
A Mercedes de los Ángeles Romero
Madre y espíritu
Se quedó dormida un día
En que jugábamos no sé a que cosas
Retiré la taza de café de entre sus manos
Y comencé a fumar los cabos de su herencia.
Una muchacha desdibujada en el cristal
Mi abuela era taquígrafa
Y guardó con celos sus desafíos
Sin otro apellido que el de su madre
Como todos los viejos
Se llevó algunos secretos a la tumba
Ustedes sus hijas me rodean
Prenden velas y mascullan oraciones
retóricamente inútiles en su afán
yo guardo las tataguas de su madre
en mis uñas amarillas
yo no diré
sino que un hombre tatuó su ombligo
cuatro veces
mientras ella bordaba las insolencias de la radio,
ustedes en la danza de pan y canela
con los rostros invisibles
aun sin nombre porque eran niñas
ahora son viejas claustrofóbicas del tiempo
y la luz
viejas sin mecedor que enternezcan sus dudas
para cuando ya no tengan sueño
y se queden ahí
reinventando la trama
yo no voy a decirles nada
nada que ya no sepan.
Las edades de mi abuela
Cuelgan por toda la casa
Las hermanas pretenden la huida
Ella les sorprende por entre las cortinas
Y la del medio ríe su locura
Mi abuelo no fue un hombre fotogénico
Y empolvó su patriarcado
En unos pocos álbumes de quinceañeras
Y desposados de los 70
Tú eres madre y espíritu por los rincones
Sin santísimas próstatas que valgan
Ángeles traviesos defecan la trinidad
Yo no he dicho que su madre fuera feminista
—aunque bien pudo serlo—
Sólo que nació en 1925
Y fue taquígrafa, sólo eso.
Mención
ESPANTAJO
Miguel Cándido Francisco Reynaldo
No traspases
el lindero antiguo (…)
Proverbios 23:10
Yo soy el guardián de este camino por el que
no pasa nada
y esas huellas en el barro las imprimieron los gitanos
con sus carromatos en los tiempos de tropelías
Con ellos pude canjear algunas de mis monedas de cobre
(con las que solía jugar interesantes monedas de cara o cruz)
por una legítima espada de las fraguas de Toledo
para ahuyentar a la rapiña que amenazaba estrecharme
contra el bosque.
Ellos también me legaron un recetario de pócimas contra la rabia
porque al final de este camino había un pueblo
donde todos los hombres fueron exterminados por ella
(es la rabia enfermedad de los hombres)
Un bardo que siempre regresaba por estos lares
(Amigo de los gitanos y exegeta de libros raros)
me enseñó unos versos en lengua antigua sobre los días de gloria
que repetían las plañideras hermosas con sahumerios colgantes.
Esos versos los repito una y otra vez
porque el lenguaje de los hombres (aunque antiguo)
por los caminos olvidados se convierte en un elixir para los oídos.
Cuando el estado de no hacer nada se apoderó de mis actos
llegué hasta aquí para no comprender mejor el mundo
y sospecho de algún salto en el tiempo
porque me cubre un polvo indeleble por todo mi cuerpo.
Ignoro que pudo haber sido de los gitanos y sus misterios
y si aún se cantan los versos del bardo
en otras tierras lejanas.
No habrá forma de saberlo
Estoy inmóvil
y por aquí sigue sin pasar nada.
(Poetas llegados desde Matanzas, La Atenas de Cuba y distinguidos en los Juegos Florales. De izquierda a derecha, Richard Valle y Yans González)
Mención
“GENERATION IN LOVE”
Para los amigos de la escuela
porque fueron
Richard Valle Mendoza
Nunca más juzgaron al extremo
masturbar alientos desechos
fue la única bandera al aire
en la guerra agónica de mi generación
Todos corrían cobardemente
sobre un suelo mil veces pisado.
Escribir poemas malformados como prematuros fetos del alma,
en mi consecuente forma de fecundar,
ya no pude escapar jamás.
Escarbando utopías pegadas como insípidos chicles al contén,
sobreviven los grandes hombres y mujeres de mis años,
ahora es tiempo de volver a nacer,
masturbando los miles de sueños desechos,
de los grandes pensadores de esta hipotérmica
generación.
Mención
ADONDE GUARDO LA PALABRA ISLA
Yans González García
Adonde guardo la palabra isla
si contemplo la lejanía de los hombres
que trazaron puntos en el mar
las ausencias
que vestimos con el afán de los reproches
sombreando la imagen
los simulacros
en un punto de la geografía que nada oculta.
a nadie le duele tanto el reproche
las excomulgaciones
que pesan sobre la palabra isla rota
isla fundida
en el único barco que hacemos
en el único barco que se trazan los juegos
las memorias
los giros anexados a la sangre
a las manos del hombre empeñado
en levantar la palabra isla de sus cimientos
que crecen con la duda
con los zapatos rotos de un niño
que ríe levemente llevando en su rostro
entre tantos muertos un poquito de infancia
un poquito de vida arrancada a cada miga de pan
que exalta las bondades
las cenizas atrás de un jardín
atrás de una puerta
atrás de los muros que hablan solos
lo he visto
a nadie le duele tanto el reproche
la palabra isla rota isla fundida que hacemos
en un punto de la geografía
distante de aquel reflejado en una bitácora
que arrastra el miedo en su cola
anunciando el hambre colectiva
con sus muertos en la espalda
cargando demasiadas muertes
demasiadas pesadumbres
distantes bien distantes de sus cuchillos
rompiendo el miedo ancestral
que pesa sobre los muertos.
ya nada me consuela
como decir la palabra adentrada en mis huesos
rota refundida
con las manos del hombre
que la salvan del presagio conteniendo
a un hombre en el seno de la palabra isla
rota
refundida
ya con el silencio impregnado en el seno de una palabra
ya con el silencio confinado a seguir la ruta
aquel juego que desborda la inocencia
el andar seguro sobre las calles de una isla
que da fe de otras cartas
que pesan siempre con sus bromas
leves como decir isla rota isla refundida
atrás de los puntos marginales
muertos otra vez
muertos
bien muertos
en cada sarcasmo
de esos viajeros crueles
que lloran las muertes
y la hojarasca en los muros
de un lugar que yo conozco
como decir la palabra isla refundida
isla rota
en el sarcasmo de no ser
el epitafio
la desdicha
que consuela
cargando a sus muertos en la espalda.
Juegos florales, arte y poesía fusionados. Desarrollados en el patio del Centro Cultural Francisco Prat Puig en Santiago de Cuba.