jueves, 9 de julio de 2015
PALABRAS DE CLAUSURA del Encuentro de Poetas del Caribe y el Mundo “Jesús Cos Causse”. Festival del Caribe 2015
Reinaldo Cedeño Pineda
Cuando entro a la Casa del Caribe, me sobrecojo. No puedo
evitarlo. Sé que hay una trinidad fundadora en el corredor; pero no me
acostumbro a ver detenidos en la escultura a quienes fueron energía viva de la
cultura cubana.
El Tiempo nos devora ∕ hasta el taburete de abuela se hizo ceniza ∕ El
Tiempo se la trae ∕ ¿A do fueron a
parar tantas cosas? ∕ ¿A do fueron?
Ya ves Cos: ya no hay manos, ya no hay
cuerpo, ya no hay camisa sosteniéndose a duras penas sobre tus hombros. Ya ni
siquiera hay un trago; pero la poesía sigue. Incólume, porfiada,
sobreviviéndote. Seguimos cobijándonos bajo tu mística caribeña, bajo tu nombre
en este Encuentro de Poetas del Caribe y el Mundo.
¿Qué momento escoger o remarcar? ¿Dónde hallar la emoción más
profunda?
Ya sé que seré injusto y olvidadizo.
Será el patio de Heredia al
lado del naranjo; la sala de la UNEAC y sus lecturas; o Santiago adentro, de
mano de una niña eterna, María Elena Elías, para tocar a gente que hace versos
todos los días en Ramón de las Yaguas, acaso sin saberlo. O el encuentro con
Nancy, con Sonia y Mario, que se llevan el aroma de Cuba hasta la Gran Manzana,
en viaje de ida y vuelta. O el recital de Waldo Leyva. Pero también pueden llamarse Cornelio, Edgar,
Noel, Rodolfo, Reinier.. .
O Humberto, el amigo venezolano, con todo un libro dedicado a
Santiago. O una palma escrita debajo de una pizcuala ―ausente mi tocayo,
Reynaldo García Blanco― y los amigos que nos llegan desde París desde República
Dominicana, Uruguay, Argentina, Panamá, Bahamas, Colombia, Venezuela, México,
Estado Unidos. O este patio de la Fundación Caguayo, que nos recibió con un
poema de Luisa Pérez de Zambrana, el nelumbio
casto de Melgarejo, y que hoy nos despide.
Hubo quien dejó una campaña a medio hacer, como el ingeniero
dominicano Víctor Silva; quien bajó de Barcoa con el sabor del chocolate como
Gertrudis Labaceno, Tula.
No me decido a escoger el momento, Teresa.
“Sajadura y espera” es la poesía, escribió la Premio Cervantes,
Dulce María Loynaz . Hemos confiado en las palabras, que ya es mucho decir en
estos tiempos. Hemos confiado otra vez. ¿Qué tiene esta ciudad de guitarreros y
poetas, qué tiene esta ciudad de Moncadas y alzamientos, esta ciudad que parece
no haber dormido durante 500 años? ¿Qué tiene esta ciudad que sabe mirar a los
ojos?
Carilda ―no hace falta decir más―, me confesó que lo único que no
se puede hacer en materia de poesía es ignorarla. Que ni las personas más
terrenales, ni aquellas más hundidas en los problemas cotidianos, pueden
prescindir de la poesía; porque ella se aparece, quieras o no, en un gesto, en
una mirada. In poesía no habría pirámides, ni habría puentes. Muchos hemos cruzado en estos días.
Nos hemos apurado en conocernos, como pedía Martí a los
americanos. Aquí se ha desgranado la utopía, a manos llenas.
Jesús. Jesús Cos Causse, ven otra vez. Ven a darle gracias a Teresa Melo, a todos, a decirles que
habrá una próxima vez. Ven a refundar el mundo con tus versos:
El poeta le dijo a Dios ∕ Tú
creas el mar, es decir ∕ sus aguas, sus olas, sus espumas ∕ Pero yo creo los caracoles ∕ Y
Dios estuvo de acuerdo.
Santiago de Cuba, 500 años, 8 de julio de 2015
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