martes, 2 de febrero de 2016

“YO TAMBIÉN TUVE UN PLANETA QUE SOLO FUE MÍO”




♣ A propósito del libro YO AUGUSTO de Manuel Augusto Lemus

Reinaldo Cedeño Pineda

Tomo prestado el primer verso del poema Carta al Pequeño Príncipe, para titular el artículo. El autor sabrá entenderlo. Las palabras continúan así: “le habité dentro del alma/ tuve una gualda flor / y el don de la palabra / Callé para escuchar el viento. / Ironía, / fue el silencio”.

Así, como quien reconcentra el océano en una gota, está escrito Yo Augusto, el poemario de Manuel Augusto Lemus que Neo Club Ediciones ha publicado recientemente.

       Al autor lo conozco de Guantánamo, en el oriente del oriente cubano. No solo su tierra natal, también el universo en el cual gira. No me sorprende el tono, las parquedades de su libro. Los latigazos. El aullido subterráneo. El brote abriéndose paso entre las piedras.

   Las  ruletas de Las Vegas me ha confesado, le recuerdan los trompos de su infancia. Allí vive, al menos su anatomía. Hay mucho de caballero andante, de inconsolable memoria, en Yo Augusto.

    Este hombre ha pintado lo que se queda, lo que se va. Su poema Nota vale un potosí, mas es lava arrasadora: “La nostalgia es un perro verde / que nos muerde dentro en noches grises. / Duende en las vigilias / tirana de los sueños / flor sin tierra ni agua / compañera inclemente del destierro”.

   Perdonen que ande citando, entresacando. Sé que es inútil, pero lo intento. El autor no conoce el miedo. No se reserva. Va a mansalva. Se mece en los balances del portal y le confiesa a la poeta Mireya Piñeiro en Carta de la partida: “y ese olor a café / trepando  los resquicios del cadáver que hoy habito / y me persigue”. Toma las palabras de todos los días, esas acuchilladas bajo el sol  y las devuelve, pequeñitas, a la puerta de su amiga Marité: “Pienso mucho en ti / soy menos si me faltas”.

   Yo Augusto es una siega en el jardín de la existencia. Una siega afilada. Hay poemas de todos los años, todas las circunstancias. Se apresura a descubrirse, a mirarse al espejo, a devorarse a sí mismo. Sus epigramas son saetas. Véase A las doce, en el que bien repara el prologuista Juan Carlos Zamora, o Noche en la aldea. El periplo interior nos mueve a la sonrisa, antes de sumergirnos, antes de desbordarnos.

   Las Vegas y Nueva York y Miami tienen sus poemas y sobre todo, tienen su gente, sus miradas. El atrapa mundos que es Lemus nos sobrevuela. Algo del hálito de Boti sopla en estos aferramientos, en ese resembrar y destajar entre las calles de la “aldea”. Guantánamo se aparece en los muros blancos del cementerio de San Rafael. La simbología explota. Los íconos punzan.

     “Carta del homosexual ofrecido en el altar de la hombradía”, dedicado a los que en las UMAP aquel desatino, aquella sinrazón enfrentaron sus miedos, es un poema arrancado al basalto. Por eso no lo trozo, no lo toco. Hay que transpirar su atmósfera, hay que vivirlo entero.

   Nunca pensé enfrentarme a un poemario como este. No es que sea el primero de su autor ni será el último, mas Augusto Lemus, ya lo dije, es caballero andante. Y como tal, anda de aquí para allá, urdiendo cosas, cosiendo voluntades, cazando datos. Me alegro por él, por los cubanos de ambas orillas.

  Sé que es inútil, pero lo he intentado. Al fin y al cabo, no es la letra, no es un libro. Yo Augusto es un planeta recobrado, es una vida.


(Reinaldo Cedeño y Manuel Augusto Lemus en El Cobre, Santiago de Cuba) 


...Entrevista / Manuel Augusto Lemus: “Intento zurcir mis costados“


2 comentarios:

Rita María dijo...

Y “La nostalgia es un perro verde / que nos muerde dentro en noches grises. / Duende en las vigilias / tirana de los sueños / flor sin tierra ni agua / compañera inclemente del destierro”.
Yo también...
Yo también tengo un planeta que es solo mío...
No quiero, no puedo decir más.....

Rita María dijo...

Y “La nostalgia es un perro verde / que nos muerde dentro en noches grises. / Duende en las vigilias / tirana de los sueños / flor sin tierra ni agua / compañera inclemente del destierro”.
Yo también...
Yo también tengo un planeta que es solo mío...
No quiero, no puedo decir más.....