sábado, 28 de enero de 2017
MAQUILLARTE CON ARTE: Caminos para tocar al ser humano
Reinaldo Cedeño
Pineda
Polvo de malaquita,
galena pulverizada, carbonato de plomo, óxido negro de cobre, ocre castaño,
óxido magnésico de hierro, óxido de manganeso, sulfuro de antomonio… Parece una clase de química, y sí, en cierto modo
lo es. De todo esto se ha encontrado en las tumbas faraónicas, para las orejas,
para los ojos, para uso exclusivo del difunto. A la increíble cultura egipcia, le
iba lucir bien en el plano terrenal y le iba lucir mejor en el plano
celestial.
Han pasado milenios y esa búsqueda obstinada,
esa búsqueda férrea de la belleza, no ha cedido un solo milímetro. El tiempo en
vez de horadarla, la ha acrecentrado. Hay un razón muy simple, una verdad de
Perogrullo: la belleza es una necesidad.
Es lo que intenta mostrarnos Maquillarte con arte. Lo voy a confesar desde el inicio. Esa es, al menos, mi lectura.
Este libro va mas allá de consejos –valiosos consejos, sin duda– para cuidar
la piel o el cabello. Trasciende
lo que parece exhibir a primera vista. Le sostiene una filosofía, hace emerger,
sin complejos, lo que pudiermos llamar “homo steticus” o “aestheticus”. Eso somos.
Maquillarte con arte no solo revela práctica y oficio. Eso hubiera bastado, tal vez,
para un recetario práctico de belleza, mas no para este libro. Su autor,
Vladimir Martínez Savón (Santiago de Cuba, 1975) ha exprimido, ha filtrado su experiencia como
profesor en la Escuela Vocacional de
Arte, como docente en la sede territorial del Instituto Superior de Arte, como
especialista en cursos impartidos aquí y allá; y por supuesto, en el diseño, en
la escena del cabaret Tropicana Santiago.
Esa
experiencia asoma en el volumen. En la exposición consecutiva de los elementos
y en su afán integrador; en la sistematización argumental, en la capacidad de
síntesis, en las facilidades. Junto a ello, aparece la cita ilustre, la
pincelada inusitada, la fuente testimonial.
Una tríada acompaña a Maquillarte con
arte (Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2016): propiedad, orden e imaginación.
El primer capítulo se precia de un título exquisito: “La historia se maquilla
por sí misma” y va del khol egipcio y
mesopotámico, a los cánones de belleza
grecolatinos, el refinamiento asiático, el medioevo. Puedo ver a ciertas damas del
rococó, inclinadas dentro en sus carruajes para preservar aquellos peinados de
varios pisos. El renacimiento, las
centurias más cercanas con las casas de moda, los grandes nombres –Dior y co.–,
la industria cosmética. Es un pórtico sólido.
Maquillarte con arte aborda los misterios de la
piel, así como el cuidado y conservacion del cutis y el cabello. Os aseguro que
hay mucho que aprender. Hay curiosidades que os sorprenderán .Vladimir nos
introduce en la amplia gama de la cosmetología, nos explica sus funciones
correctora, preventiva y embellecedora. El libro se gasta incluso unas páginas en
las “alternativas populares”; en eso que Mañach tipificara en su célebre ensayo
sobre el choteo, como uno de las sellos del cubano: su ingenio. Aguzado este,
naturalmente, por las particulares circunstancias en que vivimos, y en que
soñamos.
La miel, la sábila, la majagua… desfilan en
máscaras y acondicionadores. Y todavía, todavía apuesta a más. Hace espacio
para un desafío –un amoroso desafío–, para una invitación; diría que para una verdadera
filigrana de autor: su propuesta de plan de belleza semanal. ¿Se atreve?
El quinto capítulo, justamente nombrado “El maquillaje”, reserva
no solo la tipología de este (natural,
correctivo, de fantasía, de caracterización); sino que establece una Guía básica para aplicar el maquillaje
natural;aun cuando no
podamos apreciar en las fotografías –mediada
una impresión que no alcanza los niveles
cualitativos requeridos– todas las sutilezas y detalles que la letra
expone.
Me resisto a no compartir un párrafo que
Vladimir Martínez Savón nos entrega,
como al paso:
El objetivo
fundamental [del maquillaje] es el de
embellecer, dar tono, acentuar rasgos y corregir imperfecciones que posea la
persona (…) su objetivo en la escena (teatro, cabaret, circo, etc.), en la
televisión o en el cine es el de embellecer, contrarrestar los efectos de la
distancia que media entre los intérpretes y el espectador (…) y para compensar
la intensidad de la iluminación sobre el escenario que difumina el color facial
natural y aplana los rasgos de los intérpretes.
No es
gratuita la cita. Creo que, lamentablemente,
en algunos de esos espacios escénicos o audiovisuales, andan extraviados los propósitos. El empecinamiento anda azotando al rigor. La caricatura, intentando suplantar
al arte.
En ese aspecto también radica la
utilidad de Maquillarte con arte. En dar sustento y
categoría. En rescatar de la improvisación. En ampliar conceptos para los inciados y en esclarecer a los neófitos. En
suministrar a la vez, el sustrato cultural milenario y los caminos de la
contemporaneidad. En apostar por los años de manera natural. En
definir. En hablar desde Cuba, desde nuestra idiosincracia, nuestra luz, nuestra
rica mixtura, nuestras carencias.
Maquillarte con arte es el
tercer libro de Vladimir Martínez Savón. Su tercer hijo. Le anteceden Rostros en la escena, máscaras
útiles y bellas (Ediciones Santiago, 2007) y El rostro y la escena (Editorial
Oriente, 2013). Estamos, sin temor a
equívocos , ante un experto en la materia.
Sin embargo, un libro no es su autor. No solo.
Santiago de Cuba tiene en la Editorial Oriente a una de sus instituciones
culturales de mayor prestigio, de mayor alcance. Su colección “En Casa” ha hecho bien en apostar por esta obra, fruto
además de la edición y corrección de Liliana Domínguez Diacén, el diseño de
colección de Marta Mosquera, el diseño de cubierta de Sergio Rodríguez
Caballero , las fotos de René Silveira y la composición de Abel Sánchez Molina.
Ellos son los culpables. Y el prologuista
Pascual Díaz Fernández, naturalmente. Él dice y dice bien:
“No se
concibe una actividad social que no
tenga su adecuado toque de belleza (…) Nadie es total ni plenamente hermoso, ni
todo lo contrario . El maquillaje contribuye a diseñar la imagen (…) las pequeñas
vanidades e ilusiones también ayudan a
vivir (…)”. Las pequeñas y las grandes, agregaría yo. ¿Qué es la vida, sino una gran ilusión?
Hoy es 28 de enero. Hoy es un día especial,
no es posible ignorarlo. Hace 164 años, nació en Paula aquel que dijo: “Una es
la belleza y múltiples las maneras de realizarla (…) La belleza salva”. Ninguna cobija mejor que el pensamiento
martiano para este libro, Maquillarte con arte de Vladimir
Martínez Savón. Aquí lo tenéis.
Santiago de Cuba, UNEAC. Calle Heredia. Sabado, 28 de enero. 2017.
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