Hará aproximadamente una semana,
mi colega y amigo Reinaldo Cedeño me pidió presentar su libro de poesía La
abeja libando sal, publicado por Ediciones Exodus 2017, texto que además había
obtenido mención en el Concurso Nacional de Poesía Paco Mir, Isla de la
Juventud, 2015.
Yo, que no sé cómo decirle que no a los amigos, me vi enfrentada a un
gran problema, porque, confesión uno:
nunca he presentado un libro, y confesión dos y mucho peor: no suelo
leer poesía. Pero, ¿cómo se le dice que no a alguien como Cedeño, que sabe
insistir tanto, y para colmo, siempre habla como un amigo, incluso cuando te
pide favores como este?
(Dariela Gámez presenta el libro de Reinaldo Cedeño en la peña Página Abierta en un salón de la catedral de Santiago de Cuba)
Así que a veinticuatro horas de enfrentarme a un público que lee poesía
y es tan amigo de Cedeño como yo, no me quedó otra opción que intentar lo que
hace toda mi generación ante cualquier dilema: buscar un tutorial en internet.
Según el sitio tutoriales de poesía.com, hay seis simples pasos para
presentar un libro de poesía. El primero es, obviamente, leerse el libro de
principio a fin. Misión cumplida en alrededor de una hora.
El segundo paso del tutorial señala que una debe referirse a los
fragmentos que hablan de la vida del poeta, versos susceptibles de entenderse
como autobiográficos. Enseguida descubrí el primero de los poemas, 1968, en la
página 13: “(…) Mi padre también tenía un sueño/ descansar sus hombros/ llenar
la cántara de leche/ para traerla a su hijo”. Estaban también La pedrada, en la
página 23: “Cuando se fue mi madre/ supe que no tener ni donde caerse muerto/
no era una metáfora”.
El paso tres era interesarse por la existencia de nuevos tropos del
lenguaje, y en este caso no hay tal. Los sentimientos son expresados con las
palabras de siempre, las que le escucho en la emisora, en reuniones y pasillos.
Por tanto, según esta página web, mi colega y amigo Cedeño no necesita de
vocablos rebuscados para referirse a la vida de siempre, ese que conmueve a
gente como él y que a gente como a mí me pasa desapercibida a menos que la
observe con los ojos prestados del poeta, que es al final todo acto de lectura.
Como cuarto movimiento, se indica en el tutorial para presentar un libro
de poesía que debía contrastar el texto presentado hoy, La abeja libando sal,
con la obra anterior del autor en cuestión. Aquí me dirigí a la sección de
comentarios del sitio web, porque en el caso de Reinaldo es en esencia un
periodista que además de libros de su profesión ha presentado textos de
investigación y de ficción. Entonces me atreví a recomendarle a los redactores
del sitio que mejoraran su tutorial para cuando una debiera enfrentarse a la
obra de un hombre de letras que no conoce límites de género, que ha desandado
cuanta forma escrita para comunicar esa pasión de vida que lo sofoca y no nos
deja sentir otra cosa que admiración ante tanta dedicación al ejercicio de
poner por escrito nuestros avatares cotidianos.
Por penúltimo, el útil sitio digital recomendaba alabar al autor e
invitar entusiasmadamente a la audiencia a leer el texto en cuestión, La abeja
libando sal. Enseguida supe que en ese paso no tendría problemas porque entre
amigos no hacía falta “invitar entusiasmadamente”.
Y finalmente, llegué al sexto y
último paso del tutorial, que decía: Si no sabe cómo negarse, ni lee poesía,
ruegue porque el autor no la vuelva a elegir para presentar un libro. Solo se
exceptuarán los casos en que ese autor sea su amigo.
Peña Página Abierta / Santiago de Cuba, 30 de junio 2017
VER OTRA
PRESENTACIÓN
---Presentación del
libro LA ABEJA LIBANDO SAL por Lidia Margarita Martínez Bofill (Estados Unidos)
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