En los últimos tiempos la palabra RETO ha sido vapuleada y mal usada, aun por quienes ni se los han propuesto, o no llegan a la mitad de
lunes, 23 de diciembre de 2013
Santiago Literario / PALABRAS PARA AGRADECER
♣ Tercer libro del proyecto “La cultura artística y literaria en Santiago
de Cuba. Medio Milenio” de la Fundación Caguayo. Una investigación integral de
469 páginas. Contiene 130 semblanzas de autores y 1263 fichas de escritores.
Vengo a agradecer, a agradecer mucho.
Gratitudes que podrán ser solo palabras, pero las dicta la honestidad, no serán
alabanzas oportunistas, y aunque me exceda no miento, ninguna palabra supera lo
que en realidad deseo expresar en gratitud.
Gracias al profesor Iván Grajales por aceptar y
presentar el libro. A Saily Rivas y Antonio Desquirón, quienes en la tarde del
23 de agosto de 2007, en la despedida del hermano Cos Causse, me invitaron a
escribirlo.
A Alberto Lescay, también hermano, por pensar
esta serie cuya resonancia futura será reconocida, tanto como sus pinturas y
esculturas. Se dirá también: Alberto Lescay, promotor y animador de la cultura.
Muchas gracias a quienes colaboraron: Al
inolvidable colega Omar Perdomo que no pudo ver el libro impreso; a mi maestra
Gladys; a Olguita, con la que aprendo siempre algo nuevo acerca de la historia
santiaguera; a María y Fleitas; a Leliebre y Yunier; a Nydia Sarabia y Pequeño
y a Alcibíades Poveda, por la colaboración y por sus conversaciones luminosas.
Al padre Jorge Catasús y al Dr. Roberto
Lenzano, mi eterna gratitud. Por ellos logré revisar los archivos parroquiales,
sobre todo de los siglos XVIII y XIX, en los que hallé bautizos y defunciones
de escritores de entonces. Deseo de todo corazón que un hombre útil como
Lenzano recupere su salud.
Gracias a mi director, amigo y hermano Orlando
Vergés, por la comprensión, el impulso y el apoyo. Asela Suárez, gracias por
soportar mis manías —que las tengo— y seguir siendo mi editora favorita.
Gracias también a Abel Sánchez, a Orlando
Hechavarría, Carlos Ramos y Marta Mosquera y al hermano Wilson Jay, abogado
defensor de las causas nobles, amén de hombre y memorioso.
Gracias a los trabajadores de la Fundación Caguayo
y de la Editorial
Oriente. En fin, gracias a todos los que desde la
inteligencia y el amor ayudaron a conformar el Santiago Literario.
Si bien hacerlo dio trabajo, también es cierto
que fue placentero, sorprendente y divertido, porque soy optimista y el papel
de víctima no va conmigo, pero entre empecinado y paciente, me divertí leyendo
infinitos libros que no aportaron siquiera una línea a la investigación, pues
solo en contadas ocasiones logré consultar la cita exacta precedente, o llegué
directamente al asunto, quiero decir, fue laberíntica la búsqueda, de ahí la
sorpresa y los hallazgos, sobre todo con lo anterior a 1900.
Santiago Literario es una investigación
parcial, al inicio tenía un subtítulo: “Escritores y textos”, que suprimí al
separar las obras porque editorialmente no fue posible incluirlas, aunque se
aceptaron fotografías e imágenes, imprescindibles a mi juicio.
No soy ensayista, ni crítico literario, ni he
ido a la Universidad ,
pero he aprendido con intuición y astucia lo que la “inteligencia” no me dio.
“Saber no puede ser lujo”, saber es el estigma benévolo de quien no se conforma
y escudriña hasta llegar al fondo de las cosas, y a eso me aferré.
Y que me disculpen, pero ninguna minuciosidad
puede ser excesiva. Soy responsable de la jerarquización que aparece en el
tomo. He considerado a todos los escritores, y creo haber sido justo. Así lo
creí, así lo creo y lo creeré, soy dueño absoluto de mi verdad y de mi
historia. Habrá quien se sienta escritor de primera línea al verse en el coro,
pero no debe haber quejas si León Estrada forma parte de él. Y no es falsa
modestia, conozco el lugar que tengo en mi condición de poeta, y sé que no es
saludable protagonizar dos veces una historia propia.
Como lo he dividido en etapas y he incluido al
final de cada una fichas de otros escritores, las ordené por nombres, pues así
lo he creído correcto. Creo en los “escritores acompañantes”, porque el
verdadero mérito es estar en este tomo. Todos somos importantes. Por cada
puerta cerrada hallé varias abiertas, en la introducción escribí razones que
determinaron la escritura.
El poeta e investigador León Estrada
En los últimos tiempos la palabra RETO ha sido vapuleada y mal usada, aun por quienes ni se los han propuesto, o no llegan a la mitad de
El volumen contiene reseñas de 5 hechos, 25
instituciones (dígase colegios, sociedades, imprentas, periódicos, revistas,
grupos y talleres literarios, editoriales, asociaciones, colecciones…), 130
semblanzas o reseñas de autores, así como 1 263 fichas de escritores, con 1 423
entradas en total.
Por suerte esta no es una “historia definitiva
u oficial”, pues no descarto la existencia de otros escritores y hechos que no
aparecen aquí, pero mi voluntad siempre fue incluir; y nunca estoy conforme.
Conozco el límite de mis conocimientos tanto
como el de mis fuerzas y el de mi humildad, y aunque no persigo elogios y
trofeos, no creo egoísta EXIGIR lo que me he ganado con mi trabajo:
CONSIDERACIÓN Y RESPETO. ¿Es mucho pedir? Este libro es la prueba de que
trabajo, y duro.
¿Que Santiago Literario es una historia local? Claro
que sí, pero mi mente no lo es, no esperemos de la capital ser tenidos en
cuenta, allá serán tratadas a lo sumo dos o tres figuras indiscutibles, lo
demás será verde forraje o ejemplo negativo y aleccionador, la más reciente
Historia publicada que conocemos peca de ligerezas exclusivas.
Así que tenemos derecho a existir
independientemente, o si lo prefieren, a coexistir con “lo nacional”. Por lo
pronto sirva de estímulo que nos estemos valorando y revalorando nosotros
mismos en esta serie.
Si Santiago Literario es un fracaso, será deber
de la crítica honesta demostrarlo, si es un logro no ha de necesitar del
ditirambo, correrá solo su suerte cuando quienes lo necesiten lo consulten y
les sirva, ese será su mayor triunfo.
Gracias a todos los escritores fallecidos
—particularmente a toda esa gente solitaria y olvidada de los siglos XVIII y
XIX—, gracias a los que aún nos acompañan, y a los ahora presentes porque sin
ellos no existiera este libro.
Convencido aun de que lo más importante es
vivir. En la misma casa en la que nací en el barrio profundo de Zamorana, con
la mujer que amo y me ama, con el trabajo que me gusta y disfruto. Mi vida
transcurre sencilla, tranquila, normalmente en familia y con sobriedad, a pesar
de los decibeles que nos ha traído el siglo XXI.
Si abro los ojos cada amanecer a la luz es por
Aitana, y como ella es mi luz, vale la pena vivir aquí, en mi ciudad amada,
para siempre. Porque a pesar de todo, Santiago de Cuba, tú mereces mi entrega,
mi esfuerzo y mi esperanza en un mejor futuro para la gente de tu pueblo.
Gracias, gracias por todo. Gracias otra vez,
Alberto, por pensar en abarcar la cultura santiaguera en su Medio Milenio.
Y muchísimas gracias a ustedes por acompañarme
esta mañana.
LEÓN ESTRADA,
Sábado 21 de diciembre de 2013, Salón de los
Vitrales de la Plaza
de la Revolución ,
en la presentación del libro Santiago Literario
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Haber Guerra http://laislaylaespina.blogspot.com/2012/04/palabras-de-presentacion-del-libro-capa.html
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