domingo, 27 de abril de 2014

RÉQUIEM CARIBEÑO escrito un Viernes Santo



(La muerte de Cheo Feliciano enluta la canción latinoamericana y caribeña)
 

 Lino E. Verdecia Calunga

ES poco común que sobre un mismo cuerpo, en el centro eje de un mismo corazón o en el seno profundo de un alma multiforme y polícroma, surjan el mismo día dos heridas que de tan alto grado lastimen el sentimiento, graben la piel y humedezcan las pupilas. Al Caribe le ha nacido, un para siempre grisáceo jueves santo, la batida inmensa de una ola narrada en forma de novela y bolero, entonada en tiempo de plena y reportaje, cantada a ritmo de crónica y vallenato, asumidos todos con esa sencillez con que los pueblos acogen a sus representantes, a sus ídolos, a sus amigos, a sus hijos.
  
   Tal parece que un ave gris ha querido despegar vuelo un mismo día extendiendo sus alas sobre estas costas hermanas, con tristezas y esperanzas gemelas. Cheo y Gabo habrán podido encontrarse en alguna costa hirsuta de nuestras tierras mestizas, habrán podido ofrecerse desde la estirpe de nuestros pueblos esas sonrisas amplias y generosas que tanto seguiremos recordando. Y habrán estrechado sus manos rodeados de un aroma a flora tropical, a salitre rumoroso, a cafeto en flor, con ese ánimo levantisco traído en sollados de barcos negreros para juntarse con el arrojo acendrado de los aborígenes que el proyecto expansionista europeo contribuyó a fundir en estas tierras tan nuestras.

  José Julio y Gabriel no hubieran pactado nunca un encuentro de  náufragos entristecidos por las discordias del continente, no hubieran estimado que sobraba cualquier esfuerzo para favorecer a los humildes; más bien los escenarios y los teclados sirvieron para ahondar eso que más les reconocen los pueblos: esa estirpe de coterráneos, esa manera de saberlos sus representantes desde los pentagramas y los arpegios hasta las palabras y la imaginería.

 
(El deceso de Gabriel García Márquez ha conmocionado a la literatura universal)

Cheo (Ponce, Puerto Rico, 1935) y Gabo (Aracataca, Colombia, 1927) han ascendido el mismo día a una dimensión más continental que la que poseían y han descendido a unas raíces que ya les alimentaban su poderosa manera de pertenecernos en esta grandeza en la que no bastará la suma de cien años ni la acción de viles ratones surgidos de alguna maya enyerbada.

Quiso que fuera jueves santo, pudiera haber sido domingo de resurrección; pero siempre estarán vivos en ese modo que los agradecidos tenemos de recordar a los que nos han aportado   para sentirnos orgullosos de haber nacido en esta parte del imperfecto y esperanzado mundo en que vivimos.

viernes 18 de abril y 2014. 9 y 30 a.m.

OTROS TRABAJOS DEL AUTOR
---Requiem (Singular) por Paco de Lucía
 http://laislaylaespina.blogspot.com/2014/03/requiem-singular-por-paco-de-lucia.html
 

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