jueves, 2 de agosto de 2012

POETA INVITADO: Javier L. Mora (Premio David 2012)




El hueco

1
Hombre de circunstancias
habituado a la oferta de desistir
en el tramo que va
de la muerte a la vida
y de la muerte
a la muerte
(aunque ésta lleve evidente simulación)
día a día regresa a casa
después
de larga jornada
en oficio que llaman
retribuido

Llega
sacude la mirada
se sienta en sitio más apartado
de la realidad
estira las piernas
y reconoce

«Estar en el fondo para pensar el fondo. El peso
de lo mismo y la nada. El peso de la acumulación originaria, 
no de capital, sino de polvo y materia podrida en la cabeza por exceso baldío.»


2
Hombre de circunstancias
adaptado a la idea de renunciar
en el tramo que va
de la muerte a la vida
y de la muerte
a la muerte
(aunque ésta lleve evidente simulación)
día a día regresa a casa
después
de larga jornada
en oficio que llaman
retribuido

Llega
sacude la mirada
se sienta en sitio más apartado
de la realidad
estira las piernas
y reconoce

«Estar en el fondo para pensar el fondo.
No hay superficie, o por lo menos esta es inconclusa.
El peso de lo mismo y la nada. El peso
de la acumulación.»

3
Hombre de circunstancias
aferrado
a la escasa duración que posee
en el tramo que va
de la muerte
a la muerte
(aunque ésta no lo parezca)
día a día regresa a casa
después
de larga jornada
en oficio que llaman
retribuido

Llega
se sienta en sitio más apartado
de la realidad
y reconoce

«Estar en el fondo para pensar el fondo.
Si existir significa ser percibido, qué debo comprender
de las miradas que me dicen córtate la cabeza
y nivela tu posición...»


Colisiones: sobre la expresión (práctica) del origen
de las especies y la teoría (económica) de la ley
de selección natural

Uno de esos autos de renta para turistas.

Ellas miran al conductor mientras se animan—

“Ese negro
es un blanco de ojos azules”, dicen.

Con la dura intensidad
que comunica un puñetazo
en la cabeza.

D. F. material o el elemento óptico

Yo siempre me detuve como Hemingway E. frente al Atlantic Sea,
o como un Averroes sólo y arrepentido
junto a una quinta extraña en Marrakech,
a mirar las favelas sinuosas que se alzan en la Morro’s Old Way, y serpentean firmes y acumuladas sin espacio asfixiando la piedra contra el muro
cerca de la avenida,
acosado de fiebre y esplendor.

—Porca miseria, dijo el pavo.
—Porca miseria, dijo el pato.

Ciertas lesiones circulares son realmente difíciles de obturar.


La canción de nosotros

Yo me autocensuro.
Podría (incluso) decir un par de cosas,
pero yo me autocensuro.

                                «Cavilar (en la expresión) la doble funcionalidad del verbo:
                                            lo subjetivo y lo disciplinario.
                  Estoy en Santiago. Estoy
                                            bajo la influencia de la isla».

Yo me autocensuro.

                                                     «Re-pensar el sujeto en medio del movimiento
                                                     isla-ciudad, ciudad-individuo
                 (hacia abajo
                            hacia abajo y nunca en dirección contraria).
                 
                           Como un símbolo».

Yo me autocensuro.

«De un lugar a otro con la misma incisión emocional, donde a un gesto que se mueve le responde un gesto que se mueve rector, en el mismo punto».

Yo me autocensuro.
Y bien. Porque he nacido
bajo el peso de la gravedad,
bajo el estricto peso del movimiento vertical
hacia abajo
            y nunca en dirección contraria.

Como un símbolo.
Como un símbolo.
Como un símbolo.
Como un símbolo.
Yo me autocensuro,
etc.

(Estos poemas integran el libro EXAMEN DE LOS INSTITUTOS CIVILES, 2012, Premio David)





Javier L. Mora (Bayamo, 1983). Poeta. Reside en Santiago de Cuba. Cursó estudios de Filosofía en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, Italia. Licenciado en Letras por la Universidad de Oriente en el año 2012, con una monografía sobre la poética del grupo Diáspora(s). Miembro de la AHS. Ha obtenido entre otros: 3er Premio Mangle Rojo (2006), Premio Luisa Pérez de Zambrana (2008), Premio Medalla del Soneto Clásico (2009), Mención Pinos Nuevos (2012) y Premio David (2012). Tiene publicado: Esto (también) lo hemos visto en algún lugar (plaquette, 2011). Textos y trabajos suyos aparecen en las revistas Amnios, Viña Joven, La Letra del Escriba, Sic y La Noria, así como en las publicaciones digitales LetrArte y Desliz.

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