sábado, 3 de enero de 2009

HERMAN PUIG: Los cuerpos de la luz


Reinaldo Cedeño Pineda
“Creo que la diferencia esencial entre pornografía y trabajo artístico es que este último no busca establecer esa complicidad con el comprador o con el voyeur, a quienes no me da la gana acercarme. Mi único objetivo es decir cosas inéditas sobre el cuerpo del hombre”.

Y la afirmación es tan rotunda, que en su fotografía apenas hay rostros.

“Yo pretendo mostrar al hombre a través de su cuerpo”, señaló el fotógrafo y también cineasta cubano Herman Puig, al diario español El País en 1979

El autor afirma que su obra no es ni para homosexuales ni para heterosexuales. “Es una obra artística, que se defiende y existe por sí misma, sin más connotaciones ni anécdotas”

Sus exposiciones lo han llevado hasta las capitales francesas y española ―reside en Barcelona―, así como a otras ciudades de Alemania y Estados Unidos… Sin embargo, Puig apenas es conocido en Cuba.



Un fundador
German (así con G) Puig Paredes nació en Sagua La Grande (25 de febrero de 1928 / otras fuentes afirman que en La Habana), estudió pintura y escultura en la Isla, y Técnicas Audiovisuales en París.

El crítico Juan Antonio García Borrero, autor de la Guía crítica del cine cubano de ficción destacó algunos hechos alrededor de su figura y la de Ricardo Vigón, en un debate sobre la fundación de la Cinemateca de Cuba:

“Hasta donde puedo apreciar, no he inventado nada: me he limitado a mencionar los hechos. Esos hechos van desde la creación del Cine Club en 1948, la carta de Titón comunicando a Germán Puig que este ya estaba inscripto como Cinemateca Cubana, el vinculo a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, las misivas de Vigón hablando antes de morir de la intención de reanimar eso que ya había funcionado y creado adeptos, aunque cesara por falta de apoyo…
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“El que accede a los documentos que conserva en su poder Puig, y a sus propios testimonios, reconoce de inmediato a un testigo de lujo de su época, un apasionado del cine, un alucinado (como Vigón) que fue capaz con solo veinte años de aglutinar a su alrededor (y no a la inversa) a personalidades hoy reconocidas como Néstor Almendros, Guillermo Cabrera Infante, o Tomás Gutiérrez Alea. Fueron ellos los que se acercaron a Puig, los que tuvieron el privilegio de haberlo conocido e iniciarse en ese campo que tanta notoriedad le trajo después. Sencillamente es escandaloso que otros, con menos méritos, hoy figuren en la “Historia del cine cubano”, y los nombres de Puig y Vigón ni siquiera se mencionen. En Cuba ni siquiera saben que Puig ha conseguido destacarse en el mundo de la fotografía, con exposiciones en diversas partes del planeta”

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En blanco y negro

La obra de Puig, en verdad, se trata de un revelación, de un develamiento. La revista Grand Angle anota que: “Este artista cubano sabe perfectamente expresar la fuerza y los sentimientos que pueden hacernos sentir la luz proyectada sobre un cuerpo”.


Y el propio Puig declaraba: “No es que yo sea lo que los ingleses llaman un male chauvinist (un chovinista macho). Precisamente mi postura, contraria a ese machismo, es la que me lleva a fotografiar al hombre, que ha ocultado siempre su cuerpo por pudor, por miedo a su propia imagen, quizá por temor a un reflejo homosexual”.

Hablamos aquí de un Herman Puig sin elementos extra artísticos: su eros parte de un compromiso estético de altura. En el manejo de las luces y los cuerpos, él es todo un maestro.

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SITIO DE HERMAN PUIG 
-->www.hermanpuig.info 
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2 comentarios:

Amparo dijo...

Felia año nuevo. Muy interesantes tus artículos sobre los desnudos masculinos. Yo te invité a que vieras uno mío pero no te veo ni te siento hace rato.

Maykel dijo...

Cedeño, Herman Puig nació en esa fecha que dices, pero en Sagua la Grande.
Con respecto a asunto tan trascendental como la pertenencia a la Villa del Undoso, ya sabes, no sobra la rectificación.
Puig vive en Barcelona, y me habló recientemente de su Sagua secreta.

Un abrazo, Reinaldo.