viernes, 17 de mayo de 2013

Contra la Homofobia: ¿QUIÉN se abroga el derecho de NORMAR la FELICIDAD del OTRO?


 
Reinaldo Cedeño Pineda

Homofobia es el miedo desmedido que suele manifestarse como odio o desprecio a las personas con orientación sexual hacia su mismo sexo; un pensamiento que olvida la diversidad implícita de la condición humana.   

Cuba dejó atrás aquellas instituciones donde un negro o un chino no podían entrar,  incorporó a la mujer a la sociedad más allá del rincón de la cocina y diseñó una política de inclusión para los discapacitados. Por el camino han caído otros esquemas, otras etiquetas… todo lo cual nos fortalece, porque nos ha hecho más humanos.

Y es que las personas no se diferencian esencialmente por el color de su piel, por su capacidad física, por su edad, su creencia religiosa  o su orientación sexual, sino por su calidad humana.

El Héroe Nacional cubano, José Martí lo resumió con su verbo encendido: las personas van en dos bandos: las que fundan y construyen, las que odian y deshacen.

Por ese camino se ha desarrollado  en todo el país, y por supuesto también en Santiago de Cuba, la Sexta Jornada contra la Homofobia. Conferencias, manifestaciones artísticas y diálogos… han enfocado su mirada hacia el ámbito familiar con la certeza de que  hogar es amor, respeto e inclusión. Solo un análisis presidido por el amor es la senda para no reproducir patrones discriminatorios desde las edades tempranas. 

¿Cuántas historias tristes no conocemos debido a humillaciones, a incomprensiones, a ofensas hacia personas con orientación sexual hacia su mismo sexo? ¿Qué ganancia ha dejado semejante actitud? ¿Quién se abroga el derecho de normar la felicidad del otro?

Es hora de ver los aportes laborales, patrióticos, espirituales, sociales y humanos de las personas, sin que medie en tales valoraciones su orientación sexual. El disfrute de una intimidad libre  y responsable, constituye, al fin y al cabo, un derecho tan humano como el resto de los que hemos conquistado.  

El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) ha dejado sentado criterios que destierran algunos prejuicios arraigados:

Ser homosexual no es una enfermedad, no es sinónimo de perversidad ni constituye delito alguno. No tiene su origen en la seducción a ninguna edad,  No es contagioso ni se adquiere por defectos educativos ni por malos ejemplos familiares. La homosexualidad es una forma de expresión de la Diversidad Sexual.

Los medios de comunicación tienen el deber de aportar sus ideas orientadoras, pues no se trata de una campaña a favor de la homosexualidad, de una jornada una vez al año. Tampoco, de que usted comulgue con esta o aquella idea. Se trata del elemental respeto hacia el otro. El mismo que usted reclama para sí. 

Habrá que cantar con Pablo Milanés: No somos Dios no nos equivoquemos otra vez.

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