domingo, 26 de mayo de 2013

PARA COLOREAR EL CORAZÓN o LA HISTORIA de UN HOSPITAL GALERÍA





   

TEXTO: Reinaldo Cedeño Pineda
Foto: Cortesía, Miguel Ángel Botalín Aguiló

En una novela publicada en Nueva York por manos cubanas, puede leerse: “Conviene tener siempre delante de los ojos, alrededor, ornando las paredes, animando los rincones donde se refugia la sombra, objetos bellos, que la coloreen y la disipen. Mejora y alivia el contacto constante de lo bello”.


El Héroe de Dos Ríos escribió esas palabras hace 128 años, pero como quien saja de sus entrañas, quiebra el tiempo, también están escritas para esta tarde. La muestra permanente queda abierta en el 160 aniversario del natalicio de José Martí y el 60. del asalto a esos muros, a los que legó su nombre un patriota insigne, Guillermón Moncada.


Cuando un artista logra que uno de sus trazos escape de la tela y toque a sus semejantes, el mundo se detiene. Ellos lograron el milagro: Miguel Ángel Botalín Pampín, Lincoln Camué Nohalla, Luis Mariano Frómeta, José Loreto Horruitiner Vicente, y, por supuesto,  José Julián Aguilera Vicente.

Es la  huella de cinco maestros en activo, de cinco Hijos Ilustres de esta ciudad que como guías han sumado a otros para donar piezas de su autoría, en un cauce inagotable.



(Artífices del proyecto, De derecha a izquierda, el maestro Aguilera Vicente, el doctor Héctor del Cueto y la incansable Josefina Aguilera) 

El proyecto Para colorear el corazón convierte al Centro de Cirugía Cardiovascular de Santiago de Cuba en una Galería, primer hospital regional que ostenta tal condición.

Respaldados por la ley de Coleccionismo Institucional, estas obras no solo quedan bajo la custodia patrimonial del Cardiocentro, sino que desde ahora dan su luz a trabajadores y pacientes.

El arte no ha de ser patrimonio de galerías o museos.

El arte no es un entretenimiento, es un estremecimiento. Un derecho. Un diálogo ético, estético, emocional. Y no existe mejor lugar para dar color a los corazones que este. 


(Artistas ilustres, personal de la salud e invitados en un día memorable)



La acción de hoy es apenas una primera parte del proyecto. El Taller Aguilera y sus gestores, son infatigables. La intención es sumar  a artistas de toda la zona que abarca los servicios del Hospital. Quisiera apostar porque otros centros asumieran la exhibición y resguardo de obras de arte de tal jerarquía, con el mismo orgullo y responsabilidad de la que aquí observamos. 
Para Colorear el corazón es un abrazo que va del corazón metafórico; al corazón de las aurículas y los ventrículos. Del óleo a la vida. Es un brindis, además, por el bienestar del Doctor Héctor del Cueto, director del Cardiocentro, y siempre, por el de este caballero que vive sobrevolando la ciudad, José Julián Aguilera Vicente, sea dicho, que ambos han sido pacientes de esta institución de salud. 

Para mejorar y aliviar estamos aquí. Por encima de la ropa, por debajo de las costillas, estoy mirando el color de vuestros corazones. Este es un día feliz.

(Palabras pronunciadas en la inauguración de la exposición permanente del  Cardiocentro de Santiago de Cuba, 24 de mayo de 2013)


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