Reinaldo Cedeño Pineda
Otra vez un
libro sobre la radio, otra vez; ojalá haya muchos más. Hoy es un día
feliz. Alguna vez dije que la radio padece de una escandalosa orfandad de
memoria, y cada intento, cada centímetro que se le arranque al olvido, a la
rutina, a la desidia, es un momento para celebrar.
El territorio santiaguero, es cuna o aliento
de Félix. B Caignet, Antonio Lloga, Navarro Coello, Maricela Carbonell, Rebeca Hung,
Balbuena Céspedes, Soler Puig, Silvio Fonseca, Ado Sanz, Emilio Tamayo, José Julián Padilla, María
Elena Calzado… Bajo su recuerdo nos cobijamos, y con el abrazo de quienes nos
acompañan ahora mismo, aquí o allá, como
Noel Pérez, Marcia Castellanos, Consuelo Almaguer, Monserrat Crespo, Tamara
Tong, Ileana Navarro, Iván Clavería, Raúl
Ibarra Parladé, Jorge Luis Colomé y unos
largos puntos suspensivos. Ellos merecen una oda. Sus nombres son
resguardos, son espejos. Los invoco.
Empero,
no vengo a soslayar los facilismos con que algunos la hunden, las rutinas con que
otros la rebajan; sino a aquilatar su
capacidad de emerger, de persistir, de
reiventarse frente a los que la soslayan, a festejar su permanente condición de
compañía, a detenerme asombrado ante el valor de un silencio, a ovacionar su confianza
irrenunciable en la altura y los colores de la palabra primigenia, de la palabra hablada, de la palabra en el albor.
Vengo a ratificar su condición imbatible,
porque ella resiste, ella está, ella permanece cuando el resto de los medios ha
sido vencido… por el huracán, por ejemplo.
Pregúntesele a un santiaguero a un
baracoense. Vengo a voltear la sentencia: una palabra dicha como Dios manda, es
capaz de evocar mil imágenes.
(El presentador, Reinaldo Cedeño que llegó casi de milagro, y un emocionado autor, EnriquePérez Fumero)
El
profesor, radialista y periodista santiaguero Enrique Pérez Fumero, sabe de
estas certezas. Por eso ha escogido una investigación sobre la materia para Ellos hacen la radio joven (Ediciones Santiago, 2016), su primer libro, su
primer asombro, consecuencia de haber ganado la beca de creación El reino de este mundo, otorgada por la
Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Desde la indagación documental, el testimonio
y la reflexión, el autor ha trazado la ruta crítica, ha conformado el retrato
de los primeros veinticinco años de un evento. Nacido este del entusiasmo de un grupo, se propuso no solo
estimular a los creadores jóvenes del
arte radial cubano; sino redimensionar sus logros y discutir sus falencias, convertirse
en plataforma de experiencias y ventana
de experimentaciones.
El libro asoma en su primer ensayo la
génesis y necesidad del encuentro, así
como la periodización de las diferentes ediciones con sus ganadores, sus luces
y altibajos. Los testimonios han requerido mucha perseverancia, y lo mejor, aquellos
alcanzados han sido dejados en el espinazo, en la médula. Otras declaraciones
deseadas, tal vez resultaron esquivas o imposibles. Al final, los libros no se acaban,
se dejan.
Aunque solo ocupe un párrafo de esta parte
inicial del volumen, valga apuntar lo útil de reflexionar en torno a los
excesos. Fue aquel en que una de las pioneras del “Lloga”, la talentosa
Katiuska Ramos, debió salir del evento, de la radio y de la Asociación Hermanos
Saíz… tras entrevistar a un representante de la iglesia ortodoxa en Cuba en la
emisora CMKC. El tiempo ha pasado, el desgarrón queda.
(El autor autografia su libro al profesor e historiador del arte Gustavo Lloga, hijo de Antonio Lloga y uno de los testimoniantes)
Una
segunda parte de Ellos hacen la radio joven,
nos hace partícipe de la obra de Antonio María Lloga Simón (Amarillas,
Matanzas, 3 de noviembre de 1921-Santiago de Cuba, 5 de septiembre de 1977). Hablan
sus compañeros. Hablan sus hijos, con quienes conformó en 1968 el primer noticiero
infantil en la radio cubana. Pérez Fumero
se detiene en la singularidad del narrador creado por Antonio Lloga.
Asimismo, nos aguarda la sorpresa en el testimonio
de la inolvidable Maricela Carbonell, cuando nos revela que en el programa La familia del Lío (donde Lloga era
director, actor y guionista), “hacíamos un sketch del que puedo decir, que salió el famosísimo Alegrías de Sobremesa, porque Luberta se llevó de aquí la idea”. Conmueve
asimismo asistir a la vivencia de un escritor radial que se traslada a sus
sitios novelados, lo que habla de su rigor y voluntad de estilo.
La coda del libro aborda la experimentación
e imaginación en la radio, el “culto al número de oyentes como criterio del
desarrollo cultural”, la desprofesionalización del medio y el concepto y
filosofía de “radio joven”. Fotos históricas de Antonio Lloga redondean la
obra. Hubiese querido ver algunas de esa
gente joven que hace la radio.
Un libro, sabido es, no es solo obra de su autor;
emerge siempre gracias a un colectivo. Por
eso resulta inexcusable mencionar la edición de Oscar Cruz, la diagramación de
Abel Sánchez Medina, el diseño de cubierta de Gabriel Cascante, la ilustración
de cubierta de Dennis Gallado y la encuadernación de Marlene Silva.
Este libro es
posible gracias a estas manos. Hay otras que nos pueden parecer recientes, cercanas,
mansas, pulcras incluso; pero no hay que confundir pulcritud con limpieza. La más vil podredumbre espiritual puede habitar en
ellas, y al contrario del mítico rey Midas, todo lo que tocan se vuelve lodo
(usamos un vocablo generoso).
Tengo mis supersticiones con las manos que tocan un
libro en su génesis, ustedes me sabrán perdonar. Ellos hacen
la radio joven, ha tenido suerte, mucha. Emerge
limpio. Cada título merece su nobleza.
Los mass
media necesitan mucho de esfuerzos
como este. Convivimos con su rapidez, aplicamos de manera tan natural “el poder
del dedo” (apagar, encender, cambiar) que en ocasiones, no se repara en que
ellos no solo cuentan y refractan la novela cotidiana de la vida, sino que
generan su propia historia. Es más, la historia es cada vez menos historia a
secas y cada vez más “historia mediática”.
Este libro se inscribe en la llamada
“historia de la cultura”. Ellos hacen la radio joven es
el primer libro de Enrique Pérez Fumero, pero es apenas el pórtico de lo que
vendrá. Su espíritu coral es una de sus marcas, me alegra esa pluralidad.
A la radio, a eso
que se va pero que se queda, le debemos
más de lo que solemos admitir.
(Librería Amado Ramón. Sábado del libro, 15 de octubre 2016,
Santiago de Cuba)
OTRAS INSTANTÁNEAS:
Un autor feliz con su primer libro
(La Asociación Hermanos Saíz galardona a Enrique Pérez Fumero con su Diploma 30 aniversario)
(La asesora Tamara Tong a quien tanto debe la radio y el Concurso Antonio Lloga In Memoriam, también distinguida por la Asociación Hermanos Saíz. Honor a quien honor merece)
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