domingo, 6 de abril de 2008

7. Congreso de la UNEAC: YO ESTUVE ALLÍ cuando Eusebio Leal hizo su "ORACIÓN POR LA DIVERSIDAD EN CUBA"

(En primer plano, Reinaldo Cedeño y al fondo, de pelo cano y las manos en la barbilla, en plena concentración, el historiador Eusebio Leal)


(Alfredo Guevara, presidente del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y una de las mentes más lúcidas de la cultura cubana, junto a Reinaldo Cedeño)

Reinaldo Cedeño Pineda

Hay momentos de esos por los que vale la pena haber vivido.

El 2 de abril, segundo día del Congreso de la UNEAC, lo he marcado para siempre en mi agenda.

En la misma sala y a escasos metros, viví la intervención inolvidable y cardinal de Eusebio Leal Spengler, historiador de La Habana.

Poseedor de una oratoria subyugante y avasalladora, Eusebio tomó la palabra en mi propia fila durante el 7. Congreso de la UNEAC, cuando se presentaba la Comisión de Candidatura previo a la votación para elegir el Consejo Nacional de la UNEAC y los Ejecutivos de las Asociaciones (música; cine radio y televisión, artes escénicas, literatura y artes plásticas).

Los antecedentes

Esa mañana se abrió con una carta de Fidel Castro enviada al Congreso y leída por el escritor Miguel Barnet, quien luego fuese electo presidente de la Unión de Escritores y Artustas de Cuba.

Este texto breve terminaba con la consideración: “todo lo que fortaleza éticamente a la revolución es bueno, todo lo que la debilite es malo”.

Se anuncia además que la sesión del jueves será en plenario (previamente planificada para tres horas, y tras el reclamo de tantas palabras solicitadas, será de sesión indefinida)

Bajo la presidencia de la profesora y ensayista Luisa Campuzano, una Comisión de prestigiosos intelectuales y artistas, dio a conocer a los candidatos por los que se votaría, y los resultados del trabajo de la Comisión.*

Esa mañana hubo varias discrepancias, y agregados, sobre todo tras dar a conocer la composición de la Candidatura a Miembros del Consejo Nacional, incluidas algunas especificaciones de razas y composición sexual.

Esa consideración, explico la presidenta de la Comisión, devino de la misma composición y no al revés; es decir no se busca un sistema de cuotas… pero motivó varias intervenciones, porque a estas alturas los códigos de “tantos blancos, tantos negros y tantas mujeres” ya no debían manejarse en el seno de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Se reclamó la pobre presencia de representantes de la danza; mientras otros insistían que aquí no es problema de representatividad ni ”figurao”, sino de la altura del pensamiento.

El ensayista Desiderio Navarro, argumentó la labor de la poetisa Reina María Rodríguez, que no se había incluido en la candidatura.

El maestro del piano Frank Fernández expresó su desacuerdo con que integrasen la candidatura, artistas que no estaban en el país, porque a su modo de ver no podían aportar realmente a la responsabilidad que la UNEAC les daba. Citó específicamente el caso del director sinfónico Iván del Prado que desarrolla su labor en Europa, y argumentó sobre la no presencia, sin embargo, de su par Enrique Pérez Mesa, presente en la Isla.

Varios discreparon de esa consideración −a mi modo de ver, se torció el espíritu con que lo planteaba−, entre ellos el pintor Aleis Leyva, conocido por Kcho.

En medio de todo esto, es que Eusebio Leal toma la palabra, se alza enérgico e inspirado desde su asiento (una fila lateral) y hace su intervención, calificada con toda razón por Miguel Barnet como una “Oración”.

En cada dedo, en el aire, hacía ondear su corazón:

“Yo no me avergüenzo de los que están fuera, porque mis hijos están fuera, y jamás me avergonzaré de mi condición de padre, ni jamás les quitaré a ellos el nombre de cubanos —ellos decidieron su camino— siempre y cuando no hagan armas contra la patria que los vio nacer o levanten su mano contra el que les dio nombre, ¡siempre y cuando! Porque, de lo contrario, tendría que decir que son hijos míos como todos los que luchan por la independencia de Cuba, como dijo una vez el Padre fundador”.

Muchos prejuicios −largamente amasados por los años y las circunstancias− caían, fustigados por sus palabras conmovedoras, de una sinceridad descarnada:

“Es necesario que cuando vean pasar a uno cualquiera de nosotros, que sea singular, lo respeten y lo estimen; que no digan nunca, como afirmábamos al principio de la Revolución: “Ahí va un negrito”; que no digan nunca más: “Ahí va un homosexual”, o, como estamos en una república literaria y es muy español, “un maricón”. ¡No! ¡No!, ya que tanto hemos luchado por la libertad, que se respete nuestra singularidad. Eso es lo que hemos logrado en esta reunión, y por eso hemos llegado hasta aquí.”

Alfredo Guevara*, llora. Se abrazan.

Los ojos de muchos se humedecen. La ovación.



El Congreso había tenido su mejor intervención. Me sentí crecido, profundamente honrado de estar allí.






VER en esta misma página intervención completa de Eusebio Leal en "ORACION POR LA DIVERSIDAD DE CUBA"

*Apuntes sobre el método y el "habanocentrismo" de la Comisión

Después de eso, ¿qué más se podía decir?... mas quiero dejar aquí mi discrepancia con el método empleado por la Comisión.

Para conformar la Candidatura al Consejo Nacional de la UNEAC, debió valorar las propuestas (los precandidatos) de las provincias y la capital a partir de un currículum; es decir, funcionó como un filtro donde predominaron sus opiniones.

Creo que nunca debió traerse a precandidatos, para que otros ejercieran de filtro o poda. A muchos no les falta una obra incuestionable y larga; pero son "de provincia", son menos conocidos que los habaneros.

Unos pocos decantaron a muchos.

Espero que en el próximo congreso, que en los estudios que se harán, se tomen otros métodos.

Dado el "habanocentrismo" que se ha impuesto en la cultura, por efecto de las omisiones en los medios de difusión, entre otras cosas −y que hay mucha reticencia en admitir− el resultado fue desquilibrado, independientemente de que es el rigor quien debe predominar y no las cuotas… pero acaso ¿tienen las provincias tan poco que aportar?

La respuesta es obvia. Los números hablan por sí solos.

De los 150 miembros del Consejo Nacional… sólo 26 pertenecen a provincias. Y los capitalinos se fueron con 124… todo eso aparte de los presidentes de la UNEAC de cada provincia, incluidos por derecho propio. Es decir electos de fuera de la capital, !sólo trece!?.

A posteriori, en plenario, Carlos Tamayo, presidente de la UNEAC en Las Tunas, remarcó significativamente tan criticable aspecto.

Seis de ellos, para suerte nuestra, son de Santiago de Cuba: el maestro de la danza Eduardo Rivero, la escritora Aida Bahr, el escultor Alberto Lescay, el compositor Enrique Bonne, la teatrista Fátima Patterson y el pintor Carlos René Aguilera.

* Alfredo Guevara es una de las mentes más lúcidas del pensamiento cubano en los últimos años. Actual presidente del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, durante años estuvo al frente del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficas). Es famosa su polémica acerca del papel del arte como estética y no como propaganda frente a Blas Roca. Su libro “Revolución es lucidez” es altamente recomendable.




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