TEXTO: Reinaldo Cedeño Pineda
Me fui a Caibarién, al norte
de Villa Clara, con los arreos de descubridor. La televisión cubana —enquistada
en la rampa capitalina—, esquiva a los pueblos del archipiélago y no deja más
opción que emprender el camino.
La invitación al Premio Santa
Mareare 2012 (21 al 25 noviembre), evento de la sección de Cine, Radio y televisión de la UNEAC en Villa Clara, fue una
oportunidad dorada. El nombre proviene de un caracol endémico de los cayos del
norte: el liguus fasciatus sanctamariae.
Caibarién tiene su malecón y
sus embarcaciones. Tiene sus playas, sus cayos adyacentes...
Sin embargo, lo que más me
llamó la atención fueron sus recias edificaciones en ruinas: hoteles, teatros, almacenes.
Ruinas de la grandeza que ojalá puedan levantarse algún día.
En Las Ruinas (más bien una
de ellas) escucho al dúo Janet-Quincoso. Escuchamos un hermoso trabajo
con versos de Joaquín Sabina musicalizados. Rigor en la selección, voces con
temple, exquisita armonía. Creado en 1998, el dueto tiene en su haber discos
como Versos del alma y Flores silvestres. Merecerían una difusión mayor.
Estoy en la ciudad natal de
Manuel Corona, autor de Longina y Santa Cecilia. El parque principal permanece
vacío. La ciudad se anima cerca del mar. Un mar tranquilo, sin olas, me recibe.
Busco la “salsa de perro”,
plato típico del lugar, un caldo a base de pescado. Lo anuncian, lo recomiendan,
lo describen por doquier; pero nunca lo encontré. Pruebo la pulpeta, eso sí,
una rueda de pescado empanada. Sabe bien.
En el restaurante España, me
devuelven el dinero de más que mi entretenimiento suelta. La escena se repite
unos pasos después en un merendero particular. La honradez parece lluvia por
aquí.
En una librería encuentro a
una vendedora que lo sabe todo, que propone. Le pregunto el nombre. Se llama
Alicia. Estoy en “el país de las maravillas”. Se va haciendo raro lo que debía
ser la norma.
Lo mejor de estos encuentros
es la gente. Los amigos ya conocidos, como Adrián Quintero, apasionado
radialista de Radio Sagua, uno de los organizadores. Por su insistencia estoy
aquí. No sé como darle las gracias.
UN PARÉNTESIS PARA LA OCTAVA VILLA
En una sesión libre, me lleva
hasta San Juan de los Remedios, la Octava Villa. Promesa larga y cumplida. La Parroquial Mayor
y su altar dorado, el Museo de las Parrandas y la visita al taller donde se
confecciona la carroza del barrio San Salvador, cortesía de Reynaldo Mendoza, al
frente de la Oficina
de Monumentos. Habla con el ardor de los apasionados.
Ángel Luis Martínez se suma a
la comitiva. Actor y guionista. Ahora mismo, Radio Progreso pone al aire su
novela Santos Remedios. Camino por una ciudad novelada. En unos meses, una obra
suya merecerá el espacio de la telenovela ¿Qué otra compañía desear?
Las calles curvas. Los
barrios de San Salvador y El Carmen en permanente pugna. Y la cámara me juega
mil trastadas.
(Reinaldo Cedeño, Reinaldo Mendoza y Ángel Luis Martínez frente al Museo de las Parrandas en La Octava Villa)
Pruebo un helado de frutas,
una bola de verdad que sabe a Cuba. Quiero beberme la historia de la ciudad en
una mañana. Arroz frito en las arcadas, mientras contemplo a la estatua de la
libertad remediana. Entro al museo del músico y abogado Alejando García Caturla,
asesinado en plena madurez. La imagen de su nana mirando su foto, me traspasa.
Remedios mantiene no sé que
encanto virginal. Lo real maravilloso me ha salido al camino.
DE VUELTA A CAIBARIÉN
En la suntuosa sede de la UNEAC de Caibarién presento
el libro A CAPA Y ESPADA, LA AVENTURA DE
LA PANTALLA:
historias y peripecias de Tele Rebelde, canal fundado en 1968 en Santiago de
Cuba.
(Adrián Quintero, el anfitrión y el visitante Reinaldo Cedeño en la presentación del libro A capa y espada, la aventura de la pantalla en la sede de la UNEAC en Caibarién)
Por sus páginas asoma un
espíritu que aquí saben apreciar.
Tras la conferencia, todos quieren un
ejemplar… pero no alcanzan.
Por vez primera, vivo la rifa de uno de mis libros. Algunos me dicen con sus labios el
número para que yo lo escoja. Es algo inédito, una sesión para no olvidar
jamás.
Vienen los abrazos para los
conocidos como Yoel Rivero, de Radio Sagua y Leo García, presidente de la
sección de Cine, Radio y Televisión de Matanzas.
Llegan los abrazos para los recién llegados.
Para la actriz Magaly
Bernal, de Matanzas, una delicia; para Freddy Espinosa, amable suscriptor
de este blog; para Malú y Leysa, chicas de la propaganda visual de Arte Rabuja;
para las actrices del dramatizado de la emisora CMHW…
Allí está Rita Bedíaz, como
un pétalo. Escucho el fragmento del radioteatro LAS PENAS SABEN NADAR. Se
desborda. Le aplaudo. La invito. Ella estará conmigo en la presentación de mi
libro POEMAS DEL LENTE en El Mejunje. Una enorme felicitación para su director Ramón Silverio, por defender y sostener este centro cultural sin discriminación alguna.
Visitamos Radio Caibairén, la
emisora local. Luego nos invitan al telecentro municipal, Centro Norte TV. Un
estudio polifuncional nos recibe. Contestamos apretados en un sofá. El
conductor es el joven Braily García. Es de noche.
Aquí todo recuerda que estás
en el centro del país. Toda esta región compone lo que hasta 1976 fue la
provincia de Las Villas.
Yaima Lorenzo y Miguel Ángel
Montero, jóvenes colegas, expanden mis
palabras para toda la provincia. Gentileza absoluta. Desde el móvil de la CMHW, único que subsiste en Cuba.La emisora es conocida como la reina radial del centro.
El Santa Mareare me permite
acercarme al programa Baracoando de Primada Visión, en la fotografía
excepcional de la Villa Primada y al espacio. Otra vez en casa de Misladys Zamora, una conductora fresca y segura que
justamente recibió el premio en su categoría.
Rogelio Castillo, Premio
Nacional de la Radio
habla de su vida y del programa infantil Pañoleta Azul que ha marcado a varias
generaciones de niños. Toca mi turno. Escojo la orfandad de memoria de la radio
y la crónica dedicada a Gladys Goizueta, del libro EL HUESO EN EL PAPEL que
presentaré en Cienfuegos… pero esa es parte de otra historia.
Sigo en Caibarién. El símbolo
de la ciudad es un cangrejo. Una enorme escultura de Florencio Gelabert lo
recuerda.
Las emociones se suceden en
la premiación. Suerte que existen eventos como este para escuchar y ver otra
Cuba. Espero sepan defenderle con argumentos e imaginación
Al final, Rita pone en mis
manos un pequeño recuerdo con los caracoles santamareae. Están ahora mismo
sobre el televisor, junto a las cosas queridas. Y los abrazos de Caibarién
cerca del mar; y los de Santa Clara, en el mismo centro. De esos que ni se
etiquetan ni se evaporan.
1 comentario:
Feliz de revivir tantos buenos momentos desde tu sensibilidad. Una inspiración leerte, tanto aquí como en tus libros, que voy descubriendo.
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