No eligieron ser así, ni tuvieron la
posibilidad de preferir como ser: es la orientación sexual y amorosa que les
tocó tener. Así está estructurada su sexualidad. Tal es la energía que vertebra
todo su ser y abarca todas sus dimensiones como seres humanos y como personas.
Es algo que por mucho esfuerzo propio que hagan o mucha fuerza de voluntad que
empeñen para cambiarlo, no lograrían otra cosa que, mutilarse o dañarse en lo más
profundo de sus sentimientos y afectos, desgarrándose a sí mismos.
Existe en los seres humanos diversidad
y variedad de orientación sexual. El amor puede generarse o surgir entre dos
personas, sin importar su sexo biológico. Ahora bien, hay que entender que una
cosa es el amor, y otra muy distinta son las cochinadas, las bestialidades a
las que pueden llegar muchos, tanto homo como heterosexuales, en su
desenfrenada y egoísta búsqueda de placer (individual).
Tal vez algún familiar suyo, o usted
mismo, tenga sentimientos amorosos, sienta atracción o le guste alguien de su
mismo sexo. Tal vez se enamore. No vea esto como una condena, sino como un don
particular del amor dado al ser humano.
El amor y las pasiones humanas se
orientan según gran variedad de vocaciones asignadas divina y naturalmente.
Primeramente conózcase usted mismo, según
lo que realmente ama y lo que verdaderamente le gusta y, asúmase tal y como es.
Consecuentemente, respete y valore positivamente también la manera de sentir y
amar de los demás, lo que realmente aman y lo que verdaderamente les gusta.
Para que pueda ser feliz, evite
causar daños a otros. No les haga sentir menos hiriéndoles en su dignidad
personal. Trate de no rechazar ni menospreciar a nadie por su orientación
sexual. No les juzgue ni les condene. Póngase en su lugar, piense que quizás
usted o algún familiar cercano pudieran desarrollar una orientación sexual
similar.
No les haga sentir culpa o pesar por
ser de la manera que les tocó ser. Ayúdeles a sentirse orgullosos de sí mismos,
a disfrutar a plenitud de la vida, como son; pero sin promiscuidad y de la
forma más limpia y sana posible. Ayúdeles a vivir una vida significativa, donde
logren la autoaceptación, la autosatisfacción y la felicidad. Recuerde que el
rechazo social y familiar hacia los y las homosexuales, les hace sufrir muchísimo,
les puede llevar a la depresión e incluso al suicidio. Evite herir a un ser
humano. Mucho menos a tal extremo.
No sea parte de este círculo de
violencia contra los homosexuales. La ley de la vida le puede poner a usted o a
algún familiar suyo en una situación semejante.
Es cierto, existen homosexuales
promiscuos que buscan equivocadamente mucho sexo y poco o nada de amor, como también
hay heterosexuales con esta actitud que ensucia tanto el alma humana y la aleja
de su felicidad. De lo que se trata es del amor que se pueda ser capaz de
expresar, y de todo el bien que se sea capaz de hacer. Amar y hacer el bien a
los demás, es lo que verdaderamente les traerá la felicidad.
No importa tanto del sexo, ni con
quien se haga, ni la orientación de la
sexual que se tenga: lo que importa es que se sea capaz de amar más allá de
sexo u orientación sexual. Lo importante es que prime el amor por encima de
todo lo demás, que al hacer uso de su sexualidad comuniquen más amor que sexo.
Es necesario que la comunidad
L.G.B.T.se oriente a comunicar y transmitir valores que sirvan para el
ennoblecimiento humano. Esto les hará ganar prestigio respeto y aceptación social.
“Solo el amor engendre la maravilla”, según la frase martiana. Que reine soberano el
amor, en toda unión íntima entre dos personas, acompañado siempre del respeto mutuo de sus cuerpos y de
todo su ser entero. Que se acompañe el amor, también de compromiso, fidelidad y
responsabilidad para con el bienestar de todos los seres humanos.
Las apariencias…
Es
cierto, existen homosexuales excéntricos, al extremo de verse risibles y
hasta un poco ridículos, histriónicos, difíciles de tratar… paciencia, esto se debe a que su alma, quizás, esté muy dañada o herida de tanto rechazo o
menosprecio y esté buscando reconocimiento y aceptación a toda costa, haciéndose
notar de alguna forma. Un poco de paciencia y comprensión será una vía para encontrar
la solución.
La mirada ciega de la sociedad se
dirige hacia los más “afeminados”, criticándolos muchas veces de debiluchos,
llegando a justificar el rechazo y el maltrato en su contra. Pero este no es el
caso de todos, porque existen homosexuales, muy
varoniles y viriles, que hacen gala de su masculinidad y hombría, no sintiéndose débiles ante nadie. Tienen la
prepotencia y el orgullo de ser varones. No dan a conocer su verdadera orientación amorosa socialmente,
debido a la atmósfera de miedos, prejuicios y tabúes mentales creados a causa
de la ignorancia social sobre las relaciones amorosas. Esta es la causa de
mucha desdicha humana y de que con frecuencia se repriman los sentimientos
interiores. Lleva a muchos a fingir como heterosexuales, tremendos mujeriegos;
incluso se casan y tienen hijos, con el único fin de ocultar su homosexualidad,
o “taparse”, como se suele decir popularmente.
Sin embargo, estos casos no llegan a
disfrutar de lo que les gustaría hacer verdaderamente. O se ven en la necesidad
de tener una relación con otro hombre a escondidas. No se ven como homosexuales
socialmente, aunque lo sean. Se pueden
mostrar muy agresivos y hasta violentos para reivindicar su masculinidad o su
imagen de macho dominante. Recurren con frecuencia a la violencia física. Hay casos en los que han matado a puñaladas con
quien han tenido sexo, culpan a la víctima por su orientación, temen autoreconocerce
y aceptar su orientación sexual. Tal es la profundidad de su auto negación.
Necesitan urgentemente ser tratados
por un psicólogo de la salud mental, debido a la gran presión de conflictos
internos y a las desastrosas consecuencias de llevar una vida reprimida. Muchos
son tremendos machos, fuertes, musculosos, varoniles, bien aceptados
socialmente por una sociedad llena de hipocresías y apariencias; a pesar
de ser tan infelices, violentos y
peligrosos.
Hasta tanto
la sociedad no sea capaz de amar y aceptar a todos sin máscaras, será una sociedad enferma, violenta e infeliz.
También sucede parecido con las
lesbianas. Son más visibles más aquellas donde una tiene “apariencia hombruna”,
y la otra es más femenina. Nadie se percata que existe un gran número donde
ambas son muy femeninas y no existe masculinización alguna. Pero las apariencias
engañan y confunden una vez más a la sociedad, llena de tabúes mentales que no
le permiten ver más allá.
Caminos
Si eres creyente o tienes alguna
creencia en Dios, quiero que sepas que quien escribe estas palabras también te
aconseja como creyente y conocedor de los libros sagrados. El principal y primer
principio dado en la Biblia es: “Ama al Señor Tu Dios con toda tu alma y tu
ser, y consecuentemente ama a tu prójimo como a ti mismo”.
El Dios Verdadero es fuente de amor,
vida y felicidad. No rechaza a nadie, ni impone cargas de mandatos y exigencias
que sean incapaces de cumplir, o que por su condición les sean imposibles de
alcanzar. El, Sabio y Bendito conoce hasta donde cada cual puede llegar en EL
CAMINO. Les pide esfuerzo en la obediencia de la fe, entrega y dedicación, pero sabe que nadie puede
dar de sí lo que no ha recibido, ya que no lo tiene. Por lo que tampoco nadie
debe sentirse frustrado en querer cambiarse o transformarse en lo que no es.
Esto sería tratar de servir a un imposible. Son cargas de exigencias que
imponen más las religiones que el mismo Dios.
Camino equivocado también es pretender alcanzar algún favor o alguna aprobación, buscando dar
de sí lo que no tiene ni es, por mucho que se lo quiera o se lo finja ser. Sé
que Dios ama a las personas tal y como son. Él es el único capaz de conocer y
comprender plenamente a cada persona en lo más profundo de su ser, incluso más que lo que somos capaces de
conocernos y comprendernos. Por tanto, solo Él es capaz de amar y transformar a un ser humano y hacerle capaz
de alcanzar la estatura del perfecto hombre. En la forma y el tiempo no
conocido por nosotros.
Evitemos la hipocresía religiosa, la
que tanto rechazó Jesús mismo, porque condenaba más al pecador que al propio
pecado. Dejemos a la gente ser real y auténtica. Que se sientan capaces de amar
a Dios con sinceridad, no queriendo ser lo que no son; entregando todo de sí,
pero tal cual son; sin máscaras, sin
fingir sentimientos o conductas. Que sean capaces de dar hasta donde puedan dar
y de entregarse a obedecer gozosamente según la estatura del don recibido.
Es justo que la persona desee
consagrarse totalmente a buscar alcanzar la perfección hasta donde sea capaz, a pedirla al Ser
perfecto constantemente, y realizar su mejor esfuerzo en ello. Pero no es justo
que se entristezca, caiga en depresión y se frustre por pretender un
perfeccionismo que le prive cruelmente de la necesidad de la misericordia y el perdón
para los errores humanos.
No es Justo que se rompan las buenas
relaciones familiares, de amistad y fraternidad, por estar condicionadas a demandas o exigencias
que sean imposibles de cumplir y no contar con requisitos o no tener los recursos para alcanzar algo tan
alto para un simple y débil ser humano.
No es bueno que se pierdan las esperanzas de
lograr hermandad y fraternidad entre los seres humanos debido a un
perfeccionismo que excluye y margina a las personas por ser diferentes en su
preferencia amorosa, sin importar que tengan y aporten también valores que enriquezcan las relaciones
interpersonales.
Es mucho mejor buscar el buen desarrollo de las relaciones humanas,
que cada cual se sienta feliz y agradecido con lo que le tocó tener y con lo
que le tocó ser y con todo lo bueno que
se sea capaz de hacer con ello. Que busque hacer todo el bien que pueda hacer.
Lograr comunicar el amor y hacer el
bien con los recursos que se tienen y con lo que se es en realidad. Ser capaz
de darse hasta la entrega total de sí mismo, pero tal cual como es y siente,
sin fingir ser lo que no es, o negar ser lo que es. Este es la verdadera senda
que le conducirá a la felicidad.
La hermosura del
amor está en todas partes
Espero que este escrito le sirva para
reflexionar y ampliar su comprensión sobre este tema de tanto interés y debate
social. Y si usted es gay no se sienta culpable ni avergonzado de usted mismo,
no trate de ser lo que no es, no se rechace, acéptese, ámese, trate de
comprender, amar y perdonar a aquellos que no comprenden su orientación amorosa,
sexual y erótica.
Si usted tiene un hijo o una hija, o algún
familiar con una orientación sexual o amorosa homo, acójalo tal cual es, ámelo
como familia que es suya, no le haga sentir inferior, valórelo en toda su
grandeza como persona. Por favor no vea esto como una desdicha o una vergüenza
familiar o personal.
Si es su familiar no deje de protegerlo,
defenderlo y apoyarlo. Si es su hijo(a), sea un buen padre o una buena madre
acoja a su hijo(a), ámelo como es, valore positivamente los sentimientos amorosos
de su hijo. Edúquelo para amar a quien escoja amar. Enseñe y eduque a su hijo para
que pueda escoger incluso una persona que le ame. Enséñele a cuidarse de quien
le ofenda o le maltrate, a encontrar amistades positivas y personas
con quien pueda relacionarse sanamente.
Enséñele a lograr ser feliz y conservar la felicidad en la familia
de ver a su hijo(a) feliz. No pretenda cambiar forzosamente lo que es, por lo
que no es, porque estaría usted en un
grave error, causando un gran daño a otra persona o a usted mismo, lesionando
lo más íntimo de un ser humano, sus sentimientos.
No pretenda forzar a otro a sentir de
una manera que no se siente. Y como dice la sentencia popular: en el amor, lo
que no nace no crece. Por eso he aquí mi consejo: no fuerce a nadie, ni a usted
mismo, a sentir de la manera que no siente, porque ese es el camino a la
infelicidad personal, familiar y social.
Deje que los sentimientos en la orientación
amorosa, broten libre y espontáneamente y trate de ver la hermosura del amor
por doquier (todas partes). Solo así podrá
usted alcanzar la paz en su mente y su corazón,
también en su ambiente familiar y social.
Logre ser capaz de acoger, respetar y
amar a todas las personas y será feliz.