“Con las pequeñas cosas me siento grande, me siento ángel. Las toco, las veo, las amo. Muchos no se dan cuenta que están ahí, mas yo sí…”
Tal es la sinopsis de la pieza “El ángel de las pequeñas cosas”, que le valió al joven bailarín Esteban Aguilar Domínguez, del colectivo guantanamero Danza Fragmentada, el premio de interpretación masculina en el Décimo Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación Solamente Solos, desarrollado el pasado noviembre en Ciego de Ávila.
El jurado, presidido por Santiago Alfonso, Premio Nacional de Danza, reconoció así una pieza que propone un discurso escénico de hondos matices líricos y cargado de simbolismo (la tierra, el agua, las hojas…). Siete minutos bastan para aquilatar su expresivo repertorio gestual y la búsqueda de una silueta original en las tablas.
El Solamente Solos —fundado por el desaparecido Pablo Roca— ha sido para él espacio de debut y confirmación. En el 2005 había logrado la mención de coreografía con “The road is back to you (El camino vuelve a ti)”, recreación sobre la vida del músico norteamericano Ray Charles… pero un antecedente se adivina más lejano.
En 1998, cuando apenas contaba doce años, el teatro holguinero Eddy Suñol se asombró ante este niño. La invitación de la Asociación Hermanos Saíz a las Romerías de Mayo respondía al premio ganado por él en el concurso de coreografía infantil “Mi mundo de fantasía”, efectuado en Guantánamo.
“Desde pequeño me gustaba mucho bailar y a medida que fui creciendo, fue madurando en mí el amor por la danza. Además, en mi familia hay muchos artistas; mi madre es profesora de ballet clásico y ha sido mi gran ejemplo a seguir”.
Esteban es resultado de un taller de creación que luego se convirtió en la academia infantil Danza Fragmentada, demostración de lo que puede lograrse con iniciativas de este tipo en todo el país. Desde el 2002 integra la compañía del mismo nombre, bajo la dirección de Ladislao Navarro.
“Danza Fragmentada ha tenido un gran significado en mi desarrollo como bailarín, aunque apenas comienzo. Me ha aportado mucho como persona y artista, ha sido mi escuela y mi segunda casa. Gracias a Fragmentada he aprendido a darle más importancia a las cosas y a la vida.
“En el 2006 tuvimos una buena temporada, al celebrar los trece años de la Compañía. Hubo calidad en las obras presentadas, la organización, la variedad…. Pudimos compartir con las compañías Corpus (Matanzas), el Ballet Contemporáneo Camagüey En dedans; Danza Libre y el ballet folclórico Babul, de Guantánamo”.
Este último bienio ha sido fructífero para el bisoño artista. En el concurso Danzan Dos, desarrollado en octubre en la Atenas de Cuba, mereció dos menciones: coreografía e interpretación masculina por su obra “Beso colgado del juego”, una exploración de la inocencia del amor infantil. Junto a su colectivo, ha ganado el aprecio de la crítica en Los Días de la Danza (teatro Mella) Danza en Paisajes Urbanos (La Habana Vieja) y Danza en Paisajes Públicos (Holguín).
A sus veinte años, es ya profeta en su tierra. El Consejo de las Artes Escénicas de Guantánamo reconoció su labor al adjudicarle el honroso Premio de Danza Elfriede Mahler —nombre de una famosa pedagoga y bailarina norteamericana, asentada en el Oriente cubano—; mientras la Asociación Hermanos Saíz del territorio le otorgó su Premio al Joven Creador… mas él anda mirando hacia el futuro.
“Para hacer una coreografía me inspiro en el ser humano, en los sentimientos de las personas, en lo que ocurre en el mundo, en el medio ambiente. Escojo siempre la música… Beethoven, Bach, Mozart… esos para mí son los más grandes. La idea llega al cerebro, uno nunca la espera, y todo empieza a nacer. Luego los movimientos se adaptan, se perfeccionan con la música, se acoplan. Tal vez invierta los términos, porque solo entonces, por último, hago el guión”.
Esteban Aguilar une a sus excelentes condiciones físicas, la seguridad de su proyección, se mueve con versatilidad en el universo de la danza. Y por si fuera poco, su imago hierve en plena efervescencia:
“Amo bailar, es algo indefinible, algo que forma parte de mí. Quisiera algún día crear una coreografía que logre el reconocimiento de todos…Busco ser mejor artista cada día”.
Y hay razones para creerle. Si alimenta su mirada profunda hacia las pequeñas cosas, el ángel que lleva dentro levará alas hacia la grandeza.
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