viernes, 4 de enero de 2013

CIRO BIANCHI de “EL MUNDO”, donde palpita la vida / Participante en el I Concurso Caridad Pineda in Memoriam




Dayana Mesa Giralt

Ciro Bianchi es uno de los periodistas cubanos más seguidos por los lectores. Y no lo digo yo que leo cada domingo su sección en el diario Juventud Rebelde, lo expresa Leonardo Padura quien además lo califica como un defensor de la cultura y maestro de la entrevista. Nacido en la Habana en 1948 llega al periodismo sin saber realmente que lo ejercía, y como él mismo expresara, de intruso, obtiene que le publiquen su primer artículo solo con 17 años en el periódico El Mundo, de la Habana, donde publicaban de manera habitual otros grandes del periodismo cubano como Pablo de la Torriente Brau y Cintio Vitier.

   Eso es ser atrevido, quien iba a imaginar que este amante de la prosa de José Martí, Carpentier, García Márquez y Lezama Lima se convertiría en un gran comunicador, logrando atrapar al lector desde el principio con un toque de suspenso y cierto misterio, y consiguiendo en sus relatos que el receptor pase un rato agradable; pero también adquiriendo conocimientos. Cronista sagaz que como pocos ha estudiado y escrito la historia de Cuba entre los años de la República, como entrevistador ha tenido el placer de interrogar a representantes notabilísimos de la cultura cubana como Portocarrero y Vitier, y otros de la cultura universal como García Márquez y Guayasamín.

   
 Ciro no usa grabadoras a la hora de entrevistar, todo lo hace a punta de memoria y notas que toma mientras conversa, así que escribe las ideas que le quedaron y que supuestamente para fortuna de todos deben ser las más interesantes, y eso queda claro su libro Asedio a Lezama Lima y otras entrevistas del 2009, que compendia entrevistas a grandes escritores cubanos, y donde dejó la prueba de su vocación entrevistadora abriendo con Lezama y cerrando con Miguel Barnet. El estilo que Ciro Binchi ha adoptado a la hora de hacer su periodismo, contiene humor, disimulo e inteligencia sin dejar a un lado el rigor que los géneros periodísticos encierran, ha recuperado del olvido mediante su afluente prosa detalles pocos conocidos de nuestra historia de manera anecdótica.

   Me atrevo a asegurar que el autor del blog cubano “Barraca Habanera” ha madurado su quehacer en la escuela de los clásicos del periodismo cubano porque posee la varita mágica del olfato. No existe periodista sin la capacidad de intuir qué es lo interesante y dónde se encuentra, por eso cuando escribe, al decir de él mismo, si no le motiva ni le interesa lo que hace entonces presupone que al lector menos le importa.

   He ahí un gran clave del periodismo: escribir porque nos apasiona el tema escogido y porque queremos que cada día se aprenda de nuestra investigación algo nuevo mediante juicios verdaderamente fundamentados que ayuden a transformar el pensamiento de las personas y de la sociedad. A veces escribimos temas que realmente no despiertan el interés de las personas porque sencillamente así lo dicta la política editorial del medio y es donde se pierde toda la atención del receptor y es cuando nuestro periodismo pierde efectividad y alcance.

   Por todo lo anteriormente expuesto considero que este periodista cubano representa un paradigma de esta profesión, que si bien es de formación autodidacta aprendió rápidamente las técnicas y procedimientos no solo para ejercer el periodismo en todas sus manifestaciones, sino también para impartir sus conocimientos a las jóvenes generaciones.

   Meritorio trabajo entonces el de este hombre que aborda la historia sin esquematismos y desde refrescantes puntos de vista, haciéndola amena y trascendente siempre. Y sin trabajar por ningún galardón como Ciro señala, ha recibido disímiles premios que acreditan y estimulan su trabajo.

   Como consejo a las nuevas generaciones, apela al juicio que los periodistas cubanos deben recordar que siempre hay alguien que sabe más que él o piensa diferente, y por eso para los periodistas jóvenes lo fundamental debe ser hacerse imprescindible en las redacciones.

   De todo lo que conozco de Ciro Bianchi más que nada me llama la atención un comentario que concedió a Lucía Martín Martín, diplomante de periodismo digital de la Agencia de Información Nacional (AIN) en julio de 2010, y que es al fin y al cabo lo que por siempre recordaré y trataré de aplicar a mi vida profesional:

   “(…) Yo creo que es más importante salir a la calle, conocer gente, entrevistarla…Siempre me ha parecido muy graciosa la frase “la gente sin historia” porque por lo general todos tenemos cosas muy interesantes que contar.Te lo digo porque en mis años de reportero, yo conocí a gente fabulosa: campesinos, mineros, militares, con historias interesantísimas, sin embargo hay que salir a buscarlas ahí, donde palpita la vida (…)”.

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