jueves, 12 de septiembre de 2013

SIEMPRE CORAZÓN: Raúl Simón Lauzán // PREMIO Tercera Edad del Segundo Concurso Caridad Pineda In Memoriam de Promoción de la Lectura



  Como marcó su vida el libro Corazón de Edmundo de Amicis

Era un niño amante de la lectura. Solo que entonces eran los muñequitos de Superman, Tarzán y Batman los que podía conseguir prestados. Hijo de una familia de comunistas de San Antonio de los Baños, con todas las consecuencias que ello tenía para llevar una vida estable. Concluía el 6to grado en una escuela interna de niños pobres, pero no tenía muchas esperanzas de continuar estudiando. ¿Cómo hacerlo cuándo había otros cuatro hermanos pequeños más a mantener?

La maestra de sexto grado estaba convencida que él podía dar algo a la sociedad y realizó gestiones para que entrara a estudiar contabilidad en una escuela privada de su pueblo de origen, la escuela de comercio. ¡Sin que la familia tuviera que pagar dinero alguno! Era toda una gestión realizada por vías de influencias políticas, lo que constituía algo típico en la sociedad cubana de los años 50.

Al final del curso la maestra le regaló un libro. ¡Era su primer libro de verdad! Su nombre: Corazón (Diario de un niño) de Edmundo de  Amicis. En él le escribió: “Raúl: sigue esforzándote y lograrás triunfar en la vida. Ella es rica en experiencias cuando trabajamos y luchamos en ella. Estoy segura que prosperarás. Te estima y admira tu maestra Agui R. Loynaz”
El libro lo leyó en sólo unos días. Le gustaron, sobre todo los hechos de heroísmo, que en él se contaban, el humanismo que se respiraba en el libro. Le cautivaron los relatos mensuales que se hacían acerca de la vida de algunos niños, y en primer lugar, los relatos de la guerra entre los italianos y los austriacos.

En el libro se señalaba la diferencia entre los ricos y los pobres. Le molestó los momentos en que se daban limosnas. En posteriores lecturas advirtió  que en dos momentos la madre de Enrique hacía referencia a la humillación que significa aceptar limosnas. ¡Que diferente la historia del deshollinador! ¡Esto era solidaridad! Se preguntó si con limosnas se resolverían los problemas de la miseria.

Esas diferencias las había vivido en carne propia, sobre todo en los juguetes, pues él nunca tuvo reyes ni asistía a las matinés infantiles del cine del pueblo. Los únicos paseos fueron algunas visitas a la laguna Ariguanabo a pescar, con lo cual se aseguraba algo de carne y a la playa de  fango de Cajío.

Al retornar de la escuela interna, se encontró con que en su casa había mucha tensión, pues su hermano mayor era el presidente, en la clandestinidad, de la Juventud Socialista del pueblo y aunque a él no le dejaban hacer cosas directamente, siempre apoyaba en algo: ayudaba en el mimeógrafo con el que se editaban volantes y hacer los creyones con que días después veía pintadas varias paredes en el pueblo con letreros contra Batista.  Se escondían las revistas Bohemias entre sus libros escolares pero, le llamaba la atención de que no le dejaran leerlas, en forma furtiva logró descubrir  que en la parte interior de las revistas existían propagandas revolucionarias, que una vez extraídas, si podía hacer con esas revistas lo que quisiera. A escondidas logró ver algunos boletines clandestinos con el nombre de Mella. Lo que más le llamó la atención fue el perrito Pucho. En ocasiones su madre lo mandaba a una dirección del pueblo para llevar paquetes. ¡Un niño no llamaría la atención, le dijo mucho tiempo después! Se sintió como el niño del tamborcillo de uno de los relatos que trasladó un mensaje para salvar una tropa sitiada.

En ocasiones, en que se imprimió propaganda con el mimeógrafo, lo mandaron, junto a sus hermanas,  a jugar a la acera. Si veían movimientos de personas extrañas, policías o soldados debían avisar rápidamente;  era ahora el vigía lombardo, sólo que no tenía que subirse en una mata tan alta.
Un día su hermano sacó apurado, dentro de un saco, el mimeógrafo, revisó toda la casa incluyendo sus libros y desapareció. Nadie explicó nada. La tranquilidad de su madre y padre decía que estaba seguro en el lugar al que se había ido. Después del triunfo de la revolución conoció que a sus padres les había llegado un aviso, enviado por un pariente lejano, que pertenecía al ejército, que se sospechaba de su hermano.

Días después su madre lo envió, con unas personas desconocidas, en un carro, a buscar el mimeógrafo que en esos momentos estaba escondido en una cueva, en la finca de su abuela materna, en Macurije. Sabía que eran personas importantes. Se sentía orgulloso de cumplir tan difícil misión.
La ausencia del hermano lo dejó perdido,¿ qué debía hacer? Ese era su héroe, el hombre que pintaba paredes en el pueblo, el hombre que quemó una guagua en medio del Parque Central, el que regaba la propaganda. Sus padres también estaban tranquilos y no lo enviaban como mensajero a ningún lugar.

Entonces se dio él mismo una tarea: destruir toda la propaganda electoral que  pudiera ya que el pueblo estaba lleno de ella. Camino de la escuela esa era su labor. Por suerte nadie lo vio. Se consideraba un héroe secreto inspirado en los de su libro Corazón, sabía que todo lo que conocía y hacía, no podía hablarlo con nadie y nunca lo conversó, ni con otros parientes, ni amigos.

El relato sobre uno de los  alumnos, Garofi, que lanzó una bola de nieve endurecida y le pegó a un anciano produciéndole una herida en uno de sus ojos. Garofi se presentó como culpable,  conminado  por otro de los compañeros de aula, Garron. Se preguntó ¿qué hubiera hecho él durante las “guerritas de chapas”; que realizaban entre los muchachos del barrio; si resultaba alguien herido? ¿Hubiese tenido valor para ser honesto?

En el libro conoció de escuelas de ciegos, de “niños raquíticos” (así lo llamó Edmundo de Amisis pero era realmente de niños con malformaciones físicas) y de niños sordomudos. ¿Existían  en su pueblo escuela  de niños con algunos de estos problemas? No conocía  ninguna.
Se sintió disgustado con las cosas de Franti, y estuvo de acuerdo con que lo expulsaran de la escuela y que Estardo le ganara en la pelea que se produjo entre ellos.

De Estardo también aprendió que podía tener su propia biblioteca. Precisamente, ya tenía el primer libro: Corazón. Después de la Revolución pudo realizar ese sueño.

Además le fue interesante lo referente a los patriotas de Italia. Fue por lo tanto, su primera aproximación a la historia de ese país. Le llamó la atención la forma de presentar al rey Victor Manuel II, resultó que era un rey patriota.

En Corazón estudiaban juntos niños pobres y ricos y se daban actitudes de arrogancia, afán de sobresalir, de demostrar ropas buenas y otros vestían  sus ropas raídas sin pena alguna, pero se dieron casos de burlas. La actitud del maestro, de algunos padres y de alumnos lo impidió. En esos momentos él estudiaba en una escuela de personas pudientes de su pueblo. No había burlas ni desprecios, pero si un desconocimiento de su persona, para algunos era como si él fuera transparente. ¡Esa es una forma de maltratar! Muy pocos se convirtieron en sus amigos.

Después de triunfar la Revolución se atrevió a declararse comunista en la escuela. Entonces muchos  lo comenzaron a ver por fin, pero ahora era un ser extraño. Se dieron varias polémicas. Fueron sus primeros combates ideológicos.

Los profesores que le impartían las clases no fueron nunca ofensivos  ni expresaron desprecio hacia él, pero el único que lo trataba con simpatía resultó ser el profesor de inglés y esa  era la asignatura que más trabajo le daba. Con el triunfo de la Revolución, se conoció que ese profesor era revolucionario
.
¿Después?...  Después descubrió otras cosas del libro.

Una de ellas es el mensaje acerca de valores que trasmite: la gratitud, el sacrificio, la voluntad, el patriotismo, la solidaridad, la laboriosidad así como la crítica a la envidia, a la soberbia, al egoísmo y a la vanidad. Fue fuente para sus clases cuando impartía ética o axiología y le demostró cómo, a través de ejemplos prácticos se puede enseñar valores, el problema está en la maestría de descubrir cuándo es el momento preciso y cuáles son las formas de realizarlo, de manera que sea agradable para los alumnos. La lectura del relato del mes es un ejemplo de ello.
Se detuvo en la vida de uno de los patriotas italianos, Garibaldi, sobre todo por el papel desempeñado por éste en la historia de América del Sur, hecho que conoció, por primera vez,  en su libro:. Localizó y leyó algunos textos escritos por este patriota para conocerlo por sí mismo

También le llamó la atención la visita del padre de Enrique a su viejo maestro. Trató entonces de buscar a su antigua profesora, pero nunca la encontró.

El libro continuó siendo su tesoro.  En un momento fue necesario mandarlo a arreglar  porque estaba muy deteriorado. Pero aun lo mantiene y lo ha leído en reiteradas ocasiones. Ese sigue siendo ¡su libro!

Hoy en día es un viejo que piensa, que ha cumplido con su maestra. Gracias a la revolución terminó la universidad y concluyó el doctorado. La vida, como ella anunció, le dio muchas experiencias. Trabajó, luchó y progresó. En estos resultados siempre estuvo presente su primer libro: Corazón.

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