viernes, 7 de marzo de 2008

DE como presenté el libro de la Feria: LA ENCICLOPEDIA DE LA MÚSICA EN CUBA

Reinaldo Cedeño Pineda

Me entusiasmé cuando vi mi nombre en la bibliografía de algunas entradas de la Enciclopedia de la música en Cuba, volumen en cuatro tomos del musicólogo Radamés Giro.

Me entusiasmé, porque se trata de un trabajo riguroso, de vida; de una investigación de 38 años. Y muchas voces autorizadas en Cuba están recogidas allí.

Pero no estoy escribiendo esta reseña por vanidad, sino porque he presentado esa obra en la Feria del Libro en su etapa santiaguera… por una de esas casualidades de la vida, ¡dichosa casualidad!.

Ya lo comenté. En La Habana, en San Carlos de La Cabaña, hice una cola inmensa para adquirir esta joya tras una presentación, donde al autor confesaba que "no sabía aún lo que había hecho".

Entonces tuve que correr, de la sala a la plaza.

Sabido el valor de la obra, insistí en llevarlo a la emisora Radio Siboney, muy cerca del teatro Heredia, sede principal de esta fiesta del libro.

Y allá, los oyentes de la casa radial donde trabajo –en el programa Música y algo más que dirige la exigente realizadora Zulima Nicolau– , tuvieron el lujo de escuchar de primera mano al autor.

La Enciclopedia de la Música en Cuba, tiene casi 2 300 entradas y abarca una historia de siglos.

No sólo los datos de vida y obra de los músicos cubanos, sino análisis musicológicos de personalidades como Leo Brouwer y Sindo Garay, por sólo citar algunos.

“Todos están de acuerdo en que Sindo Garay, uno de los grandes de la trova cubana, es un genio; pero eso hay que demostrarlo, Y yo lo hago, trato de hacerlo”, declaró.

También aparecen aquí las huellas en Cuba de figuras de la talla de Paderewski, Jascha Heifez, Herbert Von Karajan y Arthur Rubinstein, entre otros.

El autor confesó que faltan, por ejemplo, la tonadilla y la conga, porque decidió no incluir aquellos aspectos sobre los cuales no hubiese reunido suficiente material.

Radamés, por cierto, es Premio Nacional de Edición 1999 y en esa labor, editó el conocido Diccionario de la Música Cubana (biográfico y técnico) de Helio Orovio.

La presente obra de la Editorial Letras Cubanas, fue concluida en el año 2006, y había merecido el Premio Anual de Investigación 2002.

El autor supo agradecer a mucha gente que le ayudó en la recopilación de materiales, como el músico Walfrido Guevara:

“Como él estaba constantemente moviéndose por todo el país, le encargué que me recopilara algunos datos, a partir de una guía de investigación”.

El caso es que tras los micrófonos –y por supuesto, una imagen con los realizadores de mi emisora: la propia directora, la locutora Kenia María González, mi colega Eric Caraballoso y María Elena Pineda, grabadora y escritora de un programa de música: “Cubanísimos” – y de vuelta al teatro, me llaman al pasillo…

-¿Reinaldo, te atreves a presentar la Enciclopedia de la música de Radamés?

La petición me la hacía Reynaldo García Blanco, poeta y uno de los organizadores de la Feria.

El director designaba un bateador emergente.

He estado siempre en estas citas, de una y otra manera. Conozco, en consecuencias los avatares: los libros que se esperan hasta el último minuto, los libros recién terminados, calientes aún; las presentaciones de urgencia…

Ahora me tocaba muy de cerca.

Me espanté en primera instancia. Una presentación de esa categoría requiere, cuando menos, una reflexión escrita… pero acepté. Era un honor que me llegaba, y no podía rechazarlo.

Así me vi, al filo de las cuatro de la tarde, en la sala José Soler Puig.

Radamés Giro había sido el editor de nuestro libro Son de la Loma (Andante-Mercie Editores en el 2001), escrito junto a mi colega de entonces, Michel Damián Suárez, hoy residente en España.

Ahora la vida me daba la oportunidad de agradecerle.

Y lo hice, sobre todo por haber puesto esta obra en manos de estudiosos y neófitos, un hermoso pretexto para haber llegado a su tierra natal tras 20 años de ausencia.

Lo hice de la mejor manera que pude, ante pedido tan apremiante. Escribir es escoger, y hablar es dejar correr; pero lo hice.

Entre un público selecto estaban Nancy Morejón, Premio Nacional de Literatura; Rodulfo Vaillant, compositor y presidente de la UNEAC en Santiago de Cuba, y José Julián Padilla Sánchez, personalidad de la radio cubana, músico y laureado por sus programas musicales. Entre otros…

Me tomé una licencia, y lo dije en voz alta. Sin desmerecer al resto: tal vez sea este el libro de la Feria.

Noté algunos asentimientos entre los presentes. El autor me miraba desde sus gruesos espejuelos.

Seguramente es una obra que necesitará ajustes posteriores, pero dado el volumen de la obra y ante investigación tan sobrada, no hay que escatimar.

Mi colega Francis Castillo, con unas pilas a punto de expirar, me tomó una imagen que no tendrá todos los requerimientos de luz, que atrapa inequívocamente el cansancio de toda una jornada de trabajo; pero será colgada en mi memoria con todos los honores.

Así fue, como se reunieron las casualidades -o es que estas no existen-, para que, en una increíble osadía, presentara en la Feria del Libro de Santiago de Cuba, la Enciclopedia de la Música en Cuba

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