jueves, 9 de octubre de 2008

TV CUBANA (II): Una pausa para Sin tregua


(Arletty Roquefuentes en el espacio “Sin Tregua”… La conducción pasa por momentos nada felices en la TV cubana con algunos que “pintan” bien pero dicen mal, que parecen disparar en vez de hablar y que han hecho de la ligereza un verdadero tributo…)

Reinaldo Cedeño Pineda
escribanode@gmail.com

La televisión es un calidoscopio de programas con sus destinatarios y horarios específicos, características ―entre otras― que moldean la concepción de una propuesta.

Aunque en radio y televisión, un espacio es siempre resultado del trabajo colectivo, toca al director organizar y controlar el desempeño técnico-artístico del equipo de realización. Y si requiere la presencia de un conductor, tiene la última palabra para exigir el tono, la intención, las pausas y las transiciones requeridas…

Esto no quiere decir que el animador resulte un ente pasivo, al contrario: ha de aportar ―junto al dominio de la lengua y la articulación―, su propia dosis de originalidad, carisma y estilo.

Es suficiente...

Lo que pudiera parecer una verdad de Perogrullo (para los iniciados), se me antoja introducción necesaria para analizar el programa SIN TREGUA, transmitido los lunes en la noche, por el canal Cubavisión, dedicado a la campaña antivectorial.

Parto de un concepto: no hay programas grandes ni pequeños. Hay programas que interesan (o al menos están diseñados para que interesen) a un sector más específico, y otros, a un sector más general. Cada uno tiene su público.

De ahí, este análisis de SIN TREGUA, porque no importa su brevedad en pantalla, es eso: un programa. Y aquí tenemos un sólo propósito: reflexionar alrededor de él.

SIN TREGUA

El programa supo escoger muy bien su nombre, porque no puede haber tregua en el enfrentamiento a los vectores que conviven en nuestro entorno (específicamente el mosquito Aedes Aegypti) y que tanto daño causan.

Sin embargo, este es el caso en que una idea loable se tuerce en su salida al aire.

La campaña antivectorial ―como todo tema que implica la salud―, es un tema serio. En consecuencia, su planteamiento artístico, ha de responder a ese objetivo; pero, lamentablemente, es palpable el desfasaje entre una cosa y otra.

La conductora, Arletty Roquefuentes, no ha encontrado el tono justo ni la intención adecuada; o se ha extraviado la concepción del director Jesús Otaño. Por suerte, hay ya camino andado por ambos, y esa experiencia ―estoy seguro―, puede aportar en el ajuste de ópticas y consideraciones.

El programa se ha referido a muchos temas de graves consecuencias para la población. Tomemos sólo dos de ellos: el autofocal familiar (revisión de los posibles criaderos de mosquitos en las viviendas) o las medidas tras el paso del huracán, y otros por el estilo….

Como resultado, esas exposiciones, requieren una dosis de sobriedad, sin que ello interfiera en la comunicación familiar en que intenta moverse el espacio…

Lo hago más explícito para despejar cualquier duda:

El coloquialismo es la interrelación, no el exceso. Lo serio no es sinónimo de lo aburrido. La sobriedad no es el acartonamiento, no es el tono docto ni el didactismo (hay en demasía en nuestra TV) ni el tono fúnebre, por supuesto. Es el equilibrio, el tono justo, la medida, la mesura, la elegancia natural sin afectación; es sobre todo el saber cómo se dice lo qué se dice.

En dos palabras: Sin Tregua es un programa para la familia, pero no es una fiesta. Busca la comunicación, pero no puede sacrificar la seriedad. Pretende el desenfado, pero no debe colocarse al borde de la euforia.

Tal vez, Arletty Roquefuentes deba reservar su tono cuasi feriado para otros espacios, pues aquí resulta incongruente, no conduce, más bien desdice.

Admito que un programa breve como este y ceñido a un ambiente conocido (la cuadra, la casa), no es el ideal para el lucimiento en pantalla. Quizá no pueda pedírsele un “espectáculo”, mas por eso mismo requiere de una alta dosis creativa en la conformación de su visualidad, para insertar planos o crear atmósferas más atractivas sin falsear la realidad.

En general creo que la conducción pasa por momentos nada felices en la TV cubana con algunos que “pintan” bien pero dicen mal, que parecen disparar en vez de hablar, que han hecho de la ligereza un verdadero tributo (fracturas culturales por el medio)... pero este será tema para otra ocasión.

SIN TREGUA debe darse una pausa reflexiva.

ARTÍCULOS RELACIONADOS:

--- TV CUBANA (I): La impiedad de LAS HUÉRFANAS y el OCÉANO de las repeticiones
http://laislaylaespina.blogspot.com/2008/10/tv-cubana-i-la-impiedad-de-las-hurfanas.html

4 comentarios:

Yolanda Molina Pérez dijo...

El tema de los conductores de la Tv cubana es como para halarse los pelos, en un ratico cualquiera que te sientes frente a la "caja parlante".
Del tono festinado Arletti es sólo una más, ¿qué me dices de la amplia sonrisa informativa que puede preceder a una noticia de catástrofe?
Y para qué hablar de los fuera de lugar, con preguntas mal formuladas y que dejan expuesto su desconocimiento de manera escandalosa. Algo a mi juicio ofensivo e irrespetuoso es que un conductor no pueda retener al menos segundos previos el nombre de su entrevistado y claro, esta variante del papel doblado y leído con fijeza de descuido logra ser un insulto cuando han anunciado al GRAN AMIGO Y CONOCÍDISIMO X, que no sé cómo se llama.
La espontaneidad no es frivolidad y eso hace falta que lo acaben de entender, guionistas, directores, asesores y conductores, que aunque ponen la cara muchas veces sólo repiten lo que Fulanito escribió, de la manera en que Pepe quiso que lo dijera y a Fefi le pareció bien. Aunque la tendencia a que conductores se integren a la concepción más allá que como “los rostros” va ganando espacio en nuestra televisión y desde chiquita he oído que no es bueno ni saludable ser juez y parte.
Si un medio requiere de especialización y conocimientos es la TV y el funcionamiento de un buen colectivo logra equilibrio, generalmente para los directores que escriben es muy cómodo realizar sus propios guiones y hasta ahí no veo mayor complicación, pero cuando asume también la conducción, la producción, se va pareciendo a un aprendiz de todo maestro de nada, hay excepciones, pero no es la norma.
El papel de los asesores, si estos están debidamente capacitados para sus funciones es vital y si además se cumple con toda la cadena del proceso de producción se evitarían muchos fiascos al aire, no debemos dejar de lado que hoy por hoy en Cuba la TV ofrece una de las más atractivas formas de pago en nuestro país y a veces se abarca más allá de lo que la calidad del trabajo sugiere.
Se trabaja con guiones insuficientemente investigados o estudiados por los conductores, se deja un margen muy amplio a la improvisación y esto es maravilloso si hay talento, pero si dejamos espacio para muletillas, repeticiones y “caritas” entonces nada se ha hecho y por último quisiera que algún directivo del ICRT emitiera una resolución definitoria que anulara y prohibiera so pena…( de lo que ustedes quieran ) el empleo del YYYAAA.
El tema da para mucho más….pero YA

Anónimo dijo...

Aqui estoy otra vez, ojalá me publiques. Estoy de acuerdo contigo, mira tú !, en las repeticiones de las telenovelas, en que Arletty tenga que moderarse un poco, etc, etc. Pero estamos esperando que sigas con tu polémica sobre Medio Día en TV, pues seguramente ya no lo ves desde que Abelito no está. Qué puedes decir sobre eso ?, Está mejor ahora ?, Por qué no hablas de la nueva temporada de Medio dia en TV ?, SE SIENTE A GRITOS LA AUSENCIA DE ABEL ALVAREZ. Fíjate si es así, que Cuba entera se ha lanzado a la calle cuando Abelito salió en La neurona, un programa que nadie ve. Sin embargo por él, la gente lo sintonizó. Nada, querido "amigo", al César, lo que es del César. Muy dentro de ti, debes de sentir arrepentimiento por haber sacado aquella polémica, ahora la gente se pregunta por qué si es un desastre el actual Medio dia en Tv, no has salido de nuevo a la carga?. O acaso era inquina personal contra el muchachito ?.-

Reinaldo Cedeño Pineda (EL POLEMISTA) dijo...

BETSY:

Me alegra que esté interesada en saber mis juicios sobre este programa de la TV y que haya seguido la polémica… pero ojo, como la he entendido: un intercambio de saberes y opiniones ―discrepantes o congruentes―, mas siempre respetuosos.

Creo mi deber ayudar a la valoración de las propuestas artísticas que se realizan ―en la televisión y otras esferas―; no porque crea que mis criterios sean los mejores, sino por una razón bien elemental: es esa la quintaesencia del periodismo cultural que hace años practico.

Sólo una cosa más: la verdad es un mosaico y los juicios forman parte de él, cada uno con el suyo. Los míos no están hechos para zaherir ni para complacer a nadie.

REINALDO

Anónimo dijo...

He seguido la polémica, aunque admito que no con el APASIONAMIENTO de otros. En un primer momento no entendí, pero después ANALICÉ, que creo es lo que le falta a muchos. Si algo debe estar claro en materia de audiovisuales es que NO ES SUFICIENTE el esfuerzo, siempre hay que hacerlo mejor. No basta con el carisma, la voz, la comunicatividad, hay que PREPARARSE. Los programas no se transmiten para los adeptos, amigos y familiares, también los hacen para detractores, enemigos y críticos.

Creo que sería irresponsable y poco profesional Reinaldo, si hubiese “cargado” contra un programa reestructurado que necesitaba de un tiempo (quizás el mismo que necesita cualquier crítico que se respete para hacer una valoración igual de respetable) para mostrar la efectividad o no de los cambios.

Claro que se nota la ausencia de Abel Álvarez en el programa, tanto como se sentiría la de Edith Massola en 23 y M, o tanto como se siente la ausencia de Eddy Martín en los espacios deportivos...Y no es por un problema de gusto, sino de costumbre. Siempre habrá ausencias, es un proceso natural independientemente de la causa.

Dice una voz popular que: “No hay mal que por bien no venga”. Recuerdo que, por ejemplo, han cesado los chistes personales de los que nos hacían partícipes el conductor y los presentadores de los canales en "Mediodía en TV" y que, al no tener los referentes, perdían toda gracia.

No dudo que muchas personas hayan sintonizado La Neurona... que más que intranquila corre el riesgo de atrofiarse... pero suprimo mis palabras y recuerdo las de nuestro José Martí cuando dijo: “Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea (…)”. Cuidado con las absolutizaciones...Cómo saber si todo Cuba sintonizó LA NEURONA y no otro canal?

Larga pudiera ser la lista de AUSENCIAS GRITADAS de la programación televisiva en general.

Como profesional sé que es un hecho feliz la diversidad de opiniones, pero creo que hay que ser serio a la hora de emitir un criterio: PENSAR, ANALIZAR. Alejarse de los apasionamientos, desprejuiciarse.

Lo visualmente agradable, lo ligero... no siempre es lo mejor.
ALEXANDER