miércoles, 27 de junio de 2012
¡NEVA cielo, neva! ¡NEVA cielo! NEVA en La Habana.
MUY ESPECIAL desde Chile / Por
Yasser Alberto Cortiña Martínez
De Teatro en el Blanco supe
porque a inicios del año pasado mi maestro de Metodología de La Investigación nos
mostró un video sobre Diciembre,
el segundo espectáculo del grupo
chileno. Todos quedamos impresionados con el trabajo, aún cuando solo fue un
fragmento. Después vino el período de interrogantes alrededor de Guillermo
Calderón y su conjunto de tres actores. Poco a
poco se fue convirtiendo la compañía chilena en un mito. En Septiembre
supimos que estarían en la edición
número trece del Festival Internacional de La Habana y las expectativas crecieron. Unos sabían de Neva
y otros nos habíamos acercado a Diciembre,
mas solo algunos sabían qué era Teatro
en el Blanco. Con las jornadas
comprendidas entre el 30 de octubre y el
8 de noviembre se develó la incógnita.
El grupo Teatro en el Blanco es un grupo de
solo tres actores y un director que surgió en los años ´90 pero que en
principio se reunían por amor al arte
sin tener un compromiso como grupo. Pasados los años y ante la necesidad
de consolidar las ganas de hacer teatro
llaman a Guillermo Calderón y deciden iniciar un proyecto que pretendía separarse
de las maneras artificiosas de interpretar que estaban determinando el presente
de las tablas. Entre las directrices más importantes de esta agrupación se encuentran la dramaturgia realizada básicamente por
Guillermo pero donde la labor colectiva tiene
un peso trascendental en el resultado final. También dan jerarquía al actor
dentro de la composición del espectáculo. Y además los recurso empleados en la
escena deben ser mínimos y funcionales porque el trabajo interpretativo es el hilo conductual o la médula de la poética
del grupo.
El
primer espectáculo creado por Teatro en
el Blanco fue Neva e igualmente fue el primero presentado en La Habana. Diciembre estaría en la muestra del festival de
teatro de la capital cubana.
Sin embargo independientemente de este último:
Neva se convirtió en un Fenómeno.
Desestabilizó a muchas personas y a otras nos permitió replantearnos el teatro.
Guillermo Calderón crea un argumento a partir
de la muerte de Antón Chéjov y
donde abrevan tres de sus obras más importantes: Las
tres hermanas, El jardín de los cerezos y La Gaviota. Se apropia de las maneras
en que el ruso desarrollaba sus
historias y construye un texto novedoso
sólido, donde a ratos parece que estamos a fines del siglo XIX o inicios
del XX sin desprendernos de este en el que vivimos.
I. El Karma
de un texto
Es febrero de 1905 y en las calles de San
Petersburgo los oficiales del Zar están
rompiendo una marcha de trabajadores, provocando la matanza que con
posterioridad se conoció como Domingo Sangriento. En la sala de ensayo de una compañía
dramática, tres actores se reúnen. Una
de las actrices es Olga Knipper, la viuda de Antón Chéjov, quien ha fallecido
hace solo seis meses. Durante la espera Olga, Masha y Aleko se preguntan si el resto de los actores habrá
sido muerto por los guardias al dirigirse al ensayo de El Jardín de los Cerezos.
Es esta
básicamente la fábula de la obra en que
Aleko, Masha y Olga se convierten en personajes que todo el tiempo se muestran
como actores o como entes de una realidad que traspasa la época y hasta el
siglo. Temas como la crisis de la
existencia ante la pérdida, los complejos de inferioridad frente a la arrogancia, y /o la pena por los desfallecidos,
dan muestra de ello. De ahí que la soledad, la nostalgia y una acentuada ternura subrayan los motivos de los personajes
en la obra. Neva logra que se
sienta con ella salvando el pasado de uno mismo. El texto que Calderón a llevado
a la escena con su equipo no solo atrae
la imagen de Chéjov y la hace más nuestra que nunca sino que nos permite
cuestionar todo lo hecho y por hacer. Te
hace parte. Te suelta a tu vera. Te hace menos. Te convierte en el más grande de los pensadores.
Olga,
Aleko y Masha son seres siempre vistos en el teatro pero que ahora los
distingue un increíble grado de verosimilitud. Personajes que de tanto vínculo
con lo pasado, lo presente y lo futuro parece que de la ficción solo le queda el estar sobre
las tablas. Son egoístas, amanerados, crueles, apasionados, mentirosos, retorcidos, cercanos. Olga no quiere dejar de ser lo que fue. Aleko desea ser creíble. Masha sufre por pasar
inadvertida. Y es poco. Sus mundos son más complejos, más hermosos.
El
dramaturgo se encarga entonces de crear diálogos precisos y de una magnífica
efectividad en que poesía y fuerza se mezclan para dejarnos boquiabiertos. Desde la angustia de los actores contemporáneos
hasta el hambre o el desempleo o la
guerra o la falsa democracia obtienen en esta puesta en escena su figura. Es este,
para mí, un pilar indiscutible en el
diálogo con el público. Además las acotaciones
se convierten en parte indispensables al no proponer una férrea ubicuidad sino
que apela a la sugerencia. De ahí que el espacio representacional pueda ser
cualquiera que responda al alma
de su historia. Sí, porque al leer la obra es difícil negar que un Karma
poderoso te sobrecoge y
transporta a espacios, colores, motivaciones.
Guillermo
Calderón y Neva se tornan en sencillez, agudeza, sugestión y posibilidades
imaginativas como hacía tiempo no nos pasaba a muchos al ir al teatro.
II. Neva en La Habana , por fin.
La sala Adolfo Llauradó
fue la sede seleccionada para que se produjera
el encuentro. El éxito desde la primera presentación corrió de boca
en boca, de Perro Huevero en Perro Huevero
y las colas se hicieron interminables para poder acceder al teatro.
El
espectáculo responde a su texto con
brillantez y no lo digo por la realización sino por esa espiritualidad que te arropa
al descubrir los diálogos entre Olga,
Masha y Aleko. La coherencia entre ambos soportes roba la atención desde el
momento en que Trinidad González (Olga)
y Jorge Becker (Aleko) se encuentran en
la escena preparándose.
La organicidad se establece.
En una
plataforma de madera no muy grande que
crea un nivel pequeño, se desarrolla toda la obra. En muy pocas ocasiones bajan
los actores de este sitio. Están como presos de sus pensamientos, de sus pasiones,
de los criterios que no cambian, de las miradas que los angustian. Una silla,
una botella llena de alcohol, un vaso y una estufa completan la escenografía.
La funcionalidad contribuye al dinamismo
de la puesta en escena y a la escrupulosidad. Por otro lado permite centrar la
atención en los actores.
Al ser
este el objetivo principal, el vestuario responde igualmente a la
particularidad. Todo de negro. Vertical su diseño y de gruesa textura. Hasta se
esconden detrás de sus ropas. Masha es la única que durante la obra se despoja
de alguna prenda. Es demasiada la presión a la que se ve sometida y a la que se
somete a sí misma. Señorial es la vestimenta para la viuda de Chéjov, desenfadado para el acaudalado Aleko y deprimente para Masha sin que llegue a estar
en harapos. He aquí uno de los prepuestos que me sedujo de Teatro en el Blanco:
Hasta qué punto la realidad se entrelaza con la escena desde el texto y la concepción espectacular pero sin pretender convertirse
en ella. Masha es un personaje, razón por la cual no tiene por qué andar como mendiga. El
sugerir con el vestuario es suficiente,
le corresponde al actor hacer el resto.
El diseño
de las luces es otro de los sistemas de
la escena que permite centrar la mirada y el cuerpo en la médula de Neva: la labor de los actores y la trama
en la que se ven envueltos. La estufa
que emplean para darse calor posee un pequeño foco que es toda la luz utilizada
en la representación. La atmósfera creada por este recurso acentúa los temas de que hablábamos anteriormente y
profundiza en el estado de sugestión. No hacen faltan alumbrones como los que
estamos acostumbrados a presenciar. La intimidad de un texto como este se
perdería con demasiada claridad para la
escena o una gama inacabable de colores.
Primero: Al texto lo que el texto pide.
Luego se podrá ir a donde se quiera.
Así me dijo alguna vez mi maestro. De esto se trata el trabajo de Guillermo
Calderón y de Teatro en el Blanco.
El Karma
de la historia ha sido filtrado por la necesidad de crear un buen espectáculo y
se le ha dado un tratamiento franco, sin rebuscar en conceptualizaciones huecas.
Vestuario,
música, luces, escenografía, responden a dos aspectos vitales dentro de este
grupo de amigos: funcionalidad y minimalismo. El resultado es favorable
sin lugar a dudas. La efectividad de la escena en nuestro tiempo debe llevar
ese camino, sin pretensiones de ser
absoluto y negar la posibilidad de
montar superproducciones. Sin embargo se
pierde mucho tiempo en re- pensar ideas que se convierten con el tiempo en
imposible y la tela de araña invade las tablas. Hay que hacer teatro y
encontrar vías de realización: orgánicas, inmediatas, creativas, que inspiren.
III.
Unos
actores que acallan emociones y gritan silencios
El trabajo de actuación es el centro de Teatro en el Blanco, como ya he
dicho en reiteradas ocasiones, y será imposible que lo haga pues para mí lo
humano es mucho más significativo para la escena que el artificio.
La labor de Trinidad González, Paula Zúñiga
y Jorge Becker determina, junto a la excelencia del texto, el éxito rotundo de
un espectáculo como Neva.
Su interpretación está matizada por consideraciones que me parecen muy
importantes y la primera de ellas es la de
trabajar como maestros de
Actuación en el caso de Trinidad, de Expresión Corporal impartida por Paula
mientras Jorge da clases de Voz y
Dicción. El estar frente a estudiantes, poner en práctica las propias
valoraciones acerca del fenómeno teatral
le dan a cualquier actor, pienso, un elevado sentido de la verdad
escénica y de la teatralidad. Por otro lado desarrolla el sentido de la
investigación.
Otro
factor de importancia es el universo de contención que poseen.
Saben donde el personaje debe apelar a matices,
tonos y qué acciones deben quedar sin emerger porque forman parte indispensable
del trabajo interno. Cuentan por ende con un marcado sentido humano que viene,
en el caso de Neva, de la dramaturgia
chejoviana pero que en la vida supongo que provenga de los difíciles momentos que
han tenido que enfrentar como actores: incomprensiones, decepciones, monotonía.
No hay
actuación que pase por un concepto. Ellos sencillamente conocen lo que se ha
hecho hasta hoy pero se liberan de
cualquier metodología para darle salida a las ganas, a la verdad, a la frustración. Me parece que es la mejor
manera de hacer teatro. NEGAR puede resultar muchas veces el mejor camino, lo que ocurre es que la gran
mayoría de los teatristas tememos a ello. Teatro en el Blanco: no. Y Guillermo
pone en práctica la fórmula desde su texto.
Paula,
Jorge y Trinidad se convierten en autores de los espectáculos junto a
Guillermo, respetan la individualidad, la honestidad de su trabajo parte de la
manera consciente en que transmiten las ideas: sin enajenación. El trabajo de
actuación de este espectáculo esta
caracterizado finalmente por la clara intención de desenmascarar lo que
significa ser actor y ser artista. Maravillosa vuelta a Diderot y La
Paradoja del
comediante. Durante todo el
espectáculo los actores - personajes
salen y entran a sus vidas reales o ficcionales y se muestran creando una poderosa interrogante: ¿actúan o
juegan a que actúan? Descubrirlo no va hacer más o menos llana la recepción y
eso es genial. Lo complejo. Lo alterado. La angustia que lleva al
cuestionamiento de una vida, de una tradición teatral, de una obra tan
consolidada como esta. Actúan, considero (y le pongo camino a mi inquietud
porque al final, en la reflexión todos lo hacemos), desde el cuestionamiento
que se han hecho así mismos por años y a todo lo que los circunda. Actúan por
la necesidad de vivir y existen por las ganas de hablar de otra manera, de
cosas más intensas, de no mentir por amor al arte.
III.1 La verdad,
la verdad, la verdad… Dónde está, dónde está, donde está…
Olga
quiere contar un cuento. Trinidad. Voz.
Olga:…
No me sale este monólogo de mierda. Tengo menos verdad que Rasputín. Y ahora
tengo pánico. Ya sé lo que va a pasar. (…) Yo estoy intentando creer, pero
me está resultando difícil… Aprende a
llevar tu cruz… eso te digo yo, la de mala actriz… El público tiene que llorar
por la belleza del texto, no porque la actriz se está deformando sobre el
escenario. (1)
Apasionada,
con fobia a la soledad, cargando el estigma de la muerte de Chéjov, sincera,
arrogante, deseosa de ser amada, señorial, es Olga Knipper. Trinidad se
adueña de la contención y, desde el momento en que la vemos dando
paseítos en la concentración previa al
espectáculo, se presume que su
interpretación será memorable. Sin
forzar las salidas de Olga para convertirse en la actriz que encarna y con la oscuridad de su voz, dota a su interpretación de una
virilidad que permite creer aún más en
la intrépida Olga y en la arrojada Trinidad González. Maneja los tonos
dramáticos con matices bruscos pero seguros. La limpieza de su trabajo con la
mirada destaca en medio de la penumbra más allá de sus ojos saltones, más allá
de las lágrimas que anegan toda la obra. Destaca porque lo que experimenta es incuestionablemente
sincero.
Aleko.
Jorge. Atención.
Aleko:
¡¡No te vayas!! ¡¡ No me dejes solo con ella!! Olga soy una costra… Tengo mordidas de ratón en los glúteos. Tengo olor a mujer donde debería
tener olor a hombre y no sé amar sin querer golpear, matar, vomitar, rezar,
tomar y volver a amar. El órgano más importante de mi cuerpo es mi apéndice y
quiero metérselo en su riñón y verla sudar. (2)
Aleko es patético,
inseguro, deudor de sí mismo y rico. Comodín de un intercambio entre Masha y
Olga. Seductor de ambas. Esconde frustraciones. Juega a decirlas pero lo
cierto se queda junto a la jarana y la mirada que escapa. Jorge Becker parece, al enfrentarte a la obra, el más
flojo de los tres. Uno cree que está inorgánico sin embargo cuando ya formamos parte de la
obra comprendemos que el desenfado del personaje contrasta con la aguda
implicación de Olga y Masha. El actor
apela a la serenidad en el trabajo
corporal y sorprende con giros inesperados
en los matices interpretativos y de emisión vocal. La rapidez de su dicción molesta a veces sin embargo es parte también de los criterios del grupo. Todo no se puede entender. La sinceridad es lo más importante. Si logra
comunicar lo expresado más allá de los vocablos, el objetivo ha sido alcanzado. Ya es hora de
que los actores dejemos de amarrarnos al
texto y nos atemos a las auténticas ganas de vivir en el escenario.
Un
grito Paula que Masha atrapa con el alma.
Masha:
Olga, ¿cómo es tan buena actriz? ¿Usted
cree que yo sería buena actriz si disfrutara el sexo? (…) Me habría gustado
tener pelo en la cara. Me habría gustado
tomar vodka hasta caerme y pelear en la
calle para ver sangrar. Y usar bototos y chaquetas de cuero. Fumar. … ¿Quieren
teatro? ¿Quieren llorar? Yo les voy a dar escenario y lágrimas. Vamos a morir y
nos van a olvidar. El amor se va a acabar. El sol no va a salir nunca más para
nadie. Rusia se va a acabar, nos vamos a morir de todo. La vida fue un error
enorme. Pero por favor no sigan hablando de amor. Y no hablen de muerte porque
no la entienden. Váyanse a sus casas, o trabajen como todo el mundo. Ojalá que
el teatro muera con ustedes. En el futuro, cuando el mundo se acabe, sólo va
haber películas y la pantalla nos va a hacer llorar como gallinas, como Olga
Knipper. No te mueras, Antón, no te
mueras mi escritor, escríbeme unas últimas palabras… (2)
Masha pretender ser. Sufre en silencio. Las
ambiciones se le han cuajado en muecas, en temores. Masha posee una sinceridad temerosa.
Masha odia el teatro porque el teatro no es reflejo de lo que siente sino que
opaca lo que siente. Masha quiere ser buena actriz a pesar de todo. Mash
entiende a los que necesitan porque necesita. Masha cuida de todos menos de sí.
Masha es agresiva pero huye de las reacciones
pues desconoce qué hacer frente a la
inmensidad que le espera. No obstante va hacia delante. Sigue. Lanza un grito
y Paula ayuda a llegar.
La actriz domina su
cuerpo. Es su arma más poderosa al igual
que el depurado trabajo con la voz. Alcanza estados muy intensos y su manera de frasear es en
ocasiones ambigua, a ratos alejada pero nunca
engaña. Paula gana al insertarse
dentro de la tríada desde el suspenso. No se sabe qué trastorna o qué confunde con claridad a la actriz personaje
hasta el inmenso monólogo final que a todos deja sin respirar. Casi atropella. La
articulación es perfecta como lo es en el caso de los otros. Conmueve. Desnuda.
Destruye. Eleva.
IV. ¿Neva
más?
Neva se ha convertido en el
acontecimiento teatral de los últimos tiempos. Sus actores han creado un
círculo de seguidores que se comienza analizar y discutir a gritos. El calor
provocado es demasiado. Neva se mece
y cae en las calles, en las del ISA en
las discusiones de los entendidos que siempre quisieron hacer un teatro de esa
manera pero que jamás lo lograron y ahora dicen que emprenderán la aventura; en
los que se dedican a la escritura
teatral y que por estos meses se
han creado un patrón post-Neva para
valorarlo todo, en los que dicen no haber actuado nunca al compararlo con
esto y en mí que llevo mucho de todo
pero que me siento marcadamente alagado por la visita y que, a pesar de lo
pretencioso que pueda resultar, me encantaría llevar a escena mi Neva.
Neva en La Habana , por fin.
NOTAS
Todas de
Antología de teatro chileno
contemporáneo. Selección de
María de la luz Hurtado y Vivian Martínez Tabares. Prologo de María de la luz
Hurtado. Fondo Editorial Casa de las Américas. La Habana , Cuba. 2008.
---SEGUNDO APLAUSO para
Fuenteovejuna de La Sicaria
---TEATRO: La crítica, los
estrenos y...
---AMARGAS LÁGRIMAS DESDE
OTRO CUARTO (II) Carne trémula en este cuarto, ¿y en el otro?
---Berta Martínez: Crear una
imagen con los ojos de la mente
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
escribir acerca del propio trabajo puede ser extremadamente autoreferente,mucho más si es creativo....por eso quisiera sólo agradecer que se haya escrito de este modo la impresión que dejó nuestro trabajo....es sencillamente hermoso reafirmar el sentido de Teatro en el Blanco...y si ustedes, amigos cubanos, quienes llevan la palabra revolución sellada en su genética, quienes más que ustedes pudieron comprender todos los lenguajes que quisimos realizar en el momento de hacer Neva....gracias a todos ustedes por su capacidad de expresión...tanto que aprender de ustedes....todo nuestro amore....en nombre de trini,jorge y guillermo....los abraza,paula
Paula querida un gran abrazo xa ti... siempre estaremos unidos por eso amor teatral revolucionario y vivo... desde cuba desde chile desde el blanco desde la vida misma
gracias a ustedes por hacerme, por hacernos tan felices.... el jazz
Publicar un comentario