Lo siempre real maravilloso del Caribe vistió de asombros esta Fiesta del Fuego (3-9 de julio), bajo el encanto del número dos:
--El desfile de la serpiente (gigante pasacalle multinacional) necesitó de una réplica.
--La Mpaca, símbolo y objeto de adivinación del rito Palo Monte (variante de los ritos religiosos afrocubanos), se entregó dos veces.
--El “Diablo” (un tótem de madera que se levanta frente a l bahía santiaguera), recibió doble bautizo de fuego.
Dicen los santiagueros que siempre llueve el primer día de desfile del Festival del Caribe. La premonición se cumplió: ell sábado 5 de julio, los artistas mexicanos, dominicanos, cubanos, alemanes… apresuraron su paso bajo un inclemente aguacero que sólo resistió la centenaria conga de Los Hoyos... Por eso, el Comité Organizador decidió repetirlo el domingo, para gusto de todos, en el mismo Parque Céspedes.
Por su parte, la ceremonia tradicional donde se entrega la Mpaca, ese tarro que contiene los misterios de los ancestros, llegó primero a manos del ministro de Cultura de Honduras, Rodolfo Pastor; y luego, en una segunda vez, fue concedido de manera excepcional a las autoridades de la ciudad.
El toque surrealista de estas tierras tuvo como protagonista al mismísimo “Diablo”, que al parecer inventó una ocurrente trastada, cuando dos santiagueros embriagados de euforia, decidieron adelantar la fogata.
El último día del Festival, y en pocas horas, volvió a levantarse el simbólico diablo de madera, para quemarse limpiamente al fin, abriendo los caminos de la próxima edición.
El Festival del Caribe del 2010, repetirá la atracción del número dos, pues estará dedicado a Curazao y Pernambuco, región caribeña de Brasil.
¿Volverá el “Diablo” a hacer de las suyas en Santiago?
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