–Aun así, dime quién eres
–Una parte de aquella fuerza que quiere el mal
y siempre
practica el bien
Goethe
Lysbeth Daumont Robles
Mientras abría por primera vez el libro El Maestro y Margarita, de Mijaíl
Bulgákov (1891-1940), no podía imaginar cuánta polémica, contradicción y
misterio encerraban sus páginas. Al ir descifrando, poco a poco, cada una de
sus tramas y personajes, fui comprendiendo la intensidad y profundidad con que
había sido escrito este clásico de la literatura universal. Un largo y tortuoso
proceso de creación (1928-1940) había antecedido a la primera edición de la
obra, en 1966.
El texto que se aprecia hoy es el resultado de varias
recreaciones, adaptaciones y omisiones, a causa de la censura a la que fue
sometida muchas veces. Hay que decir, además, que la novela quedó inconclusa al
fallecer su autor, cuya esposa emprendió la difícil tarea de terminarla y
perfeccionarla. Desde la cita del Fausto,
de Goethe, que antecede al primer capítulo, se desata un enigma en la mente del
lector, que se vuelve cada vez más complejo a medida que este va bebiendo
–sorbo a sorbo– cada una de sus historias fascinantes.
La primera de ellas se sitúa en Moscú, en la década de
1930. La capital rusa recibe la visita del Diablo, quien viene acompañado de un
insólito séquito (un gato parlante y rebelde, Popota; un asesino colmilludo y
gruñón, Assaselo; un refinado servidor, Koroviev y una sensual bruja, Guela). Con
su llegada desestabiliza el enrevesado entramado de la élite literaria
moscovita y su sindicato (MASSOLIT), además de causar estragos entre el público
que asiste a su «espectáculo de magia» en el teatro Varietés.
Con la narración de esta serie de acontecimientos
estremecedores, el autor crea una crítica justa y refinada, sin caer en el
panfleto, no sólo a la intelectualidad de la época –signada por el arribismo,
el burocratismo y la falta de creatividad–, sino también a la sociedad rusa de
ese momento histórico, en la cual comienzan a surgir personajes tales como el
envidioso, el delator y el mezquino. Los cuestionamientos al modelo soviético
son tratados de manera irónica, utilizando el tono satírico para ridiculizar
los males de la sociedad moderna en general y de este sistema social, en
particular. A manera de una nueva Comedia
humana, de Balzac, la novela pretende parodiar la avaricia y vanidad del
hombre de aquella época.
La segunda trama gira en torno a la novela que escribe el
protagonista, el Maestro, la cual es muy criticada por los escritores que
conforman este hermético mundillo literario. A causa de este rechazo, el
Maestro quema su manuscrito (por razones similares, Bulgákov había incendiado
la primera versión de El Maestro y
Margarita) y se interna en un hospital psiquiátrico. Las acciones narradas en el texto calcinado tienen lugar en
Jesrshalaím, nombre ficticio que simboliza la ciudad de Jerusalén.
En el texto se refieren los sueños y luchas de la figura
de Poncio Pilatos durante la acusación, y posterior crucifixión de Joshua
Gaz-Nozri (quien representa a Cristo). Bulgákov utiliza en este apartado un
tono realista, pues describe cada detalle del entorno que rodea al procurador, lo
cual evidencia su sentimiento de culpabilidad. Así, retrata a su fiel perro
Banga, al centurión Matarratas y los soldados romanos en el contexto de su
palacio.
Por otra parte, presenta a otros personajes de la
historia bíblica, por ejemplo, al traidor Judas de Kerioth y al noble discípulo
Leví Mateo. Existen nexos inexorables entre ambos: tanto el prisionero como el
procurador se encuentran solos en el mundo, tienen una fe infinita en la gente
(«No hay hombres malos en la tierra») y son seres humanos que sienten y padecen
a pesar de la imagen de liderazgo, fortaleza y justicia que proyectan.
La tercera y última trama está relacionada con la
historia del Maestro y su amada Margarita. Él desea huir del amor para buscar
alivio en el olvido por no subsumirla en la pobreza. Ella se atreve a «vender
su alma al Diablo» para amarlo en su humilde apartamento. Para lograr su
propósito debe transmutarse en bruja, volar por Moscú en una escoba y fungir
como Reina del Baile de Satanás. Margarita simboliza el modelo ideal de mujer apasionada
y justa que está dispuesta a sacrificarlo todo por su amado.
A pesar de estar casada con otro hombre y serle infiel,
ella asume las consecuencias de sus actos. Voland coadyuva a la feliz
conclusión, permitiendo no sólo el desenlace deseado por los amantes y la
restitución del manuscrito de la novela del Maestro —porque «los manuscritos no
arden»—, sino también la redención anhelada por Pilatos. La catarsis sucede
cuando el Maestro lo libera diciéndole que ahora es libre de buscar la paz.
Resulta curioso el personaje de Voland, leitmotiv durante toda la obra, quien
inicia y culmina todos los conflictos de la novela. La misión de Voland en
Moscú es más «docente» que sádica. Él no viene a hacer daño, sino a abrir los
ojos de los moscovitas a su realidad circundante. Responsable del destino de
todos los personajes, es quien da permiso al Maestro para pronunciar la frase
que libera a Pilatos de su martirio infinito y quien lo conduce, junto a
Margarita, al pequeño paraíso que necesitan. Sabe utilizar su poder para llenar
de esperanza o condenar a los personajes que lo merecen, pues Voland se muestra
como el encargado de la justicia en la Tierra. Es el personaje principal del
texto, pues a través de él se hilvanan las tres tramas y sin su presencia
ninguna de las acciones fundamentales de la historia tendría lugar. ¿Un Diablo
benévolo, justo y misericordioso? Satanás rima, en este contexto, con humor,
fantasía, amor y lucha contra la censura.
ERnovela, Bulgákov contrapone a los personajes de
Joshuá y Pilatos, que representan, respectivamente, el pensamiento liberal y la
tiranía, la lucha por los ideales y el hastío, la valentía y la cobardía en
momentos decisivos.
Este contrapunteo entre el bien y el mal, los matices en
torno a la aparente crueldad de Voland, el uso de lo onírico y lo
fantasmagórico para denunciar el absurdo y la banalidad de la sociedad moderna,
son algunos de los infinitos valores del texto.
Porque «la cobardía es el más grande de los crímenes»,
como dice el personaje de Pilatos, la obra de Bulgákov es una osada pero
acertada posición ante una realidad histórico-concreta. Su ingenio radica en la
manera de asumir y enfrentar los conflictos de la época a través de este
maravilloso conjunto de personajes. La densidad de hechos y protagonistas
podría nublar un poco el universo que transmite el volumen, pero es
precisamente su intensidad y ritmo
–desenfrenado y constante a la
vez– lo que lo hace magistral.
El Maestro y
Margarita ha devenido, sin dudas, una obra cumbre de la literatura universal.
Representa un paradigma muy singular que trascenderá y servirá de referente
inexorable a las generaciones futuras de lectores y escritores. Esta novela
fantástica ha sido traducida a numerosas lenguas y ha sido adaptada al teatro,
la ópera y al cine.
Bulgákov transmuta, a través de las letras, su
experiencia vital en la Rusia soviética de la década de 1930, signada por
transiciones importantes en la política, la ciencia y la cultura. Cada imagen minuciosamente
descrita de hechos, acontecimientos y lugares toma referencia directa de la
realidad, lo que propicia la identificación del lector con la obra.
Puede considerarse como parte del patrimonio literario
mundial por su controvertido proceso de creación y publicación, su estilo
exquisito y único, su profundidad y capacidad de llegar a las simas de los
dilemas de una época, así como por el tono sui
generis de cada una de sus tramas. Por otra parte, simboliza un oasis en
medio de la literatura soviética por su alto grado de universalidad y contemporaneidad
al abordar tópicos que conciernen a los seres humanos de todos los tiempos. La
eterna confrontación entre el bien y el mal se presenta al espectador en El Maestro y Margarita como una
simbiosis inexorable y un constante cuestionamiento ético. Lo moderno y lo
popular se conjugan —con una gran dosis de humor— en esta creación de excelente
factura, este OVNI literario dentro de la novelística del siglo xx.
DE LA AUTORA
Lysbeth Daumont
Robles (La Habana, 1990)
Desde los 4 años
integra un taller literario infantil. Cultiva la poesía, la décima, la
narrativa, el testimonio, así como la narración oral escénica y la declamación.
Con apenas 13 años le realizó una entrevista (inédita) a la destacada escritora
y periodista Marta Rojas. En el 2005 obtuvo la Medalla de Oro en el XXXIV
Certamen Juvenil de Composiciones Epistolares, convocado por la Unión
Postal Universal que
contó con un jurado de la UNESCO y en el cual participaron más de tres
millones de niños de todo el mundo.
Graduada de
Bachiller en Bibliotecología y Técnicas documentarias, se desempeña como la
bibliotecaria de la única biblioteca especializada en historietas en Cuba desde
su fundación en 2008. Actualmente cursa el cuarto año de Gestión y Preservación
del Patrimonio Histórico-Cultural en el Colegio Universitario de San Gerónimo
de La Habana.
Su primer libro de
poesía: «La azul adolescencia», fue impreso por Ediciones Idea-Aguere, Islas
Canarias, España.
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