miércoles, 18 de junio de 2008

LA DIVERSIDAD SEXUAL Y LOS MEDIOS (5) Voy a pedir perdón en lugar de pedir permiso

En más de una ocasión se ha abordado el tema de la homosexualidad en los medios de comunicación masiva, dejando caer sobre los hombros de quienes han elegido una sexualidad diferente a la "común" la responsabilidad de una educación que va más allá de la elección personal e individual a la que cada ser humano tiene derecho; sin que nadie repare en que son, justamente, los medios de comunicación quienes en muchos casos han distorsionado la otra cara de esa sexualidad que merece ante todo, respeto.

Si partimos que la homosexualidad es una orientación sexual que define el comportamiento, estaríamos hablando de una relación sentimental y sexual entre personas del mismo sexo, y que desde 1886 ha sido tema de intensos estudios y largos e interminables debates que la incluyeron en los inicios de su conceptualización como una enfermedad, trastorno o patología que había que "curar"

Han tenido que pasar muchos años desde entonces para que se comprenda el concepto de homosexualidad como parte de la biología, la psicología, la genética e historia de cada individuo junto a las variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales entre los seres humanos, según definición publicada en Wikipedia.

Lo cierto es que a pesar de los refinados y altamente sofisticados y tecnificados sistemas de comunicación con que contamos hoy en día, muchos siguen siendo patrones de conducta y excelentes educadores (para bien o para mal) ante los que sucumbimos y dedicamos buena parte del llamado tiempo libre, hacemos referencia concretamente a la radio, televisión, cine, DVD, casetes de audio con chistes grabados, programas humorísticos, que son emisores de juicios y criterios, que a la vez exteriorizan sentimientos y comportamientos individuales, que lamentablemente reflejan en la mayoría de los casos una sociedad machista que hace un llamado sutil a la homofobia, sin darse cuenta de que la radicalidad de sus posiciones conducen a una doble moral y a una política de engaño donde para contar, sobran víctimas.

En el caso de Cuba la polémica acaba de ser abierta; por primera vez en muchos años se han escuchado las voces de mujeres y hombres que han estado en el punto de mira de la sociedad, personas que se han tenido que empeñar el doble pues su condición sexual los había mantenido marginados y en el peor de los casos discriminados.

Ha llegado la hora de dejar a un lado los puntos y aparte y utilizar el punto y seguido, es el momento de reconocer los derechos que cada ser humano tiene como ente individual, pues socialmente lo que debe importar en su aporte al desarrollo de un país que tanto lo necesita; sin que se tome en cuenta lo que hace un hombre o mujer en la intimidad de una alcoba que al final debe compartir con quien le venga en gana.

Basta ya de dejar a un lado a aquel profesional que es muy bueno en lo que hace pero... es gay o aquella mujer luchadora y emprendedora pero que "lamentablemente" es lesbiana.

Si ellos han tenido que vivir a la sombra y maniatados, este es el momento de pedir perdón por un comportamiento que tanto daño les ha hecho y que en muchos casos mutiló el desarrollo de sus vidas. Es hora de que se deje de dar o no permiso para que salgan a la luz del día los verdaderos sentimientos sin que nadie tenga que vivir el mal sabor que deja el rechazo social para quienes no son la llamada generalidad.

Es hora de hacer en lugar de criticar, es hora de dar sumar en lugar de restar, es hora de ceder el puesto al más preparado en vez de convertirlo en un mal chiste o en tema de bromas. Es hora de reconocer que cada ser humano tiene libertad, se acepte o no, para escoger o elegir, asumiendo de esa forma sus propias consecuencias. La falsa o doble moralidad es más lacerante que la imagen de un hombre llevando a otro de su mano.

Uno de los libros al que se recurre a diario por formar parte de los manuales de cabecera, es la Biblia; a ella acuden políticos, estadistas, hombres y mujeres del mundo entero, en busca de sus enseñanzas; nadie cuestiona una sola frase escrita con la sabiduría que permite leerse sin tomar en cuenta el paso del tiempo, pues su legado viaja en la intemporalidad y se aplica al presente de cada momento.

Pues a la Biblia recurro dejando una cita como cierre:

"Amad a tu prójimo como a ti mismo"

A ver quien cuestiona eso.

Olga CONSUEGRA, Santo Domingo, REPÚBLICA DOMINICANA (Ver más sobre la autora en www.olgaconsuegra.com/blog/

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