lunes, 23 de junio de 2008

Una historia increíble: COMO SE SALVARON LAS OBRAS DEL AUTOR DEL PRIMER BOLERO, Pepe Sánchez



Reinaldo Cedeño Pineda


La ciudad parió un semillero infinito de trovadores… ¿Por qué Santiago de Cuba?

¿Dónde hallaron la poesía conmovedora y sutil, imbatible y eterna? ¿Cómo llegaron de la bohemia y la madrugada, de sus instrucciones primitivas… a la inspiración inmortal?

Hay preguntas que no tienen respuesta…

Hay misterios que sobrevuelan el tiempo, que es mejor no rasgar…

Uno de esos trovadores santiagueros era Pepe Sánchez, sastre, mulato, inspirado…

Un genio como el centenario Sindo Garay (Perla Marina, La tarde) afirmó que antes de Pepe hubo boleros, incluso citó nombres… pero “lamentablemente no quedó la huella de uno solo de ellos” [1]

El mexicano Agustín Lara selló algunos comentarios al afirmar que la génesis del bolero tenía sus asideros en la trova cubana.

A Don José Viviano Sánchez, el destino no le regaló nada.

La posteridad, eso sí, premió su intensa labor, sus aciertos, la popularización del género a través del Quinteto del Bolero, y las famosas tertulias en su casa, donde podían asistir lo mismo Brindis de Salas y Jorge Anckerman, Rafael Salcedo y Ramón Figueroa, que José y Antonio Maceo.

Pepe Sánchez dio las primeras clases de guitarra a otro grande, Alberto Villalón (Yo reiré cuando tú llores). Sindo Garay y Emiliano Blez fueron sus discípulos. Miguel Matamoros (Son de la Loma, Juramento), cantó ante él sus primeras canciones.

El musicólogo, Odilio Urfé ha dicho:

"Anckerman junto a Sindo Garay y Gonzalo Roig, le atribuyeron las pautas cubanas del clásico bolero español, que escrito en compás de 3/4 fue convertido en 2/4, al mismo tiempo que le oficializaba la inclusión de pasacalles, en función de introducción y enlace entre los períodos regulares de las dos partes principales". [2]

El bolero es “la primera gran síntesis vocal de la música cubana” [3] y el propio Orovio afirma que antes de Pepe sólo hubo “cancioncillas”.

Tristezas (1883), es pues el primer bolero del que se tiene referencia:


Tristezas me dan tus quejas mujer

profundo dolor que dudes de mí

no hay prueba de amor que deje entrever

cuanto sufro y padezco por ti...

La suerte es adversa conmigo

no deja ensanchar mi pasión

un beso me diste un día

lo guardo en mi corazón.


En fechas recientes, en uno de los coloquios del Festival Boleros de Oro, se afirmó que incluso existe un tema anterior a este (Te ví, te amé), del propio autor.

Incluso pude escuchar a partir de un disco de 78 r.p.m. la voz de Pepe Sánchez a principios de siglo, con su voz de barítono traspasando décadas.

Otras piezas tan notables como Rosa N.2, Cristinita y Elvira, demuestran el alcance de este pionero de la música popular cubana.

Durante muchos años se creyó que el 19 de marzo (1856) era la fecha de su nacimiento, y se escogió como Día del Trovador. Hoy se sabe que fue un poco antes (el 16 de marzo, afirma Radamés Giro), pero esa útil precisión investigativa en nada altera la celebración tradicional.

En su honor desde el sesenta se celebra en Santiago de Cuba, el Festival de la Trova Pepe Sánchez, el encuentro musical más antiguo del país.

Ahora bien, la historia de cómo se lograron salvar las obras de Pepe Sánchez en medio de la República, es una verdadera batalla digna de ser conocida…

Nos llega de una voz autorizada, la del músico, productor discográfico y laureado realizador radial, José Julián Padilla Sánchez; por demás, nieto de Pepe Sánchez.

LÁGRIMAS DE UN CENTENARIO

“Mi abuelo tuvo cuatro hijos: Radamés, María Eva, Annelis y Aída, clara influencia de las compañías de óperas y zarzuelas que se presentaban en Santiago de Cuba. Aída, mi madre, se casó con Longinos Padilla. Fue mi padre quien le decía a todos en la casa que nada iba a quedar de Pepe, si no se recogía su obra como debía ser. Incluso, las inscribió como pudo.

“Aportó de su propio dinero como procurador de aduana y contrató a los mejores copistas conocidos: Pastorcito y Rabó. Llamó a ese grande, Emiliano Blez y a Felipe Porte, y mientras estos tocaban la guitarra, los copistas pasaban a notas musicales la línea melódica.

“Recuerdo que mi padre, desesperado por oír algo de Pepe, pagó un arreglo de su himno El Titán de Bronce y la familia entera asistió al vestíbulo del teatro Oriente para escucharla. El director de la Banda de Santiago no tocó ningún himno ni cosa que se le pareciera. Mi padre lo increpó fuertemente, y si no hubiera sido por la intervención de amigos, no sé que hubiera pasado…

“¿Qué le importaba a nadie en aquellos tiempos lo pasaba con al sobras de mi abuelo, Pepe Sánchez?

“Por eso mi padre nunca creyó en le disco…”

Pero, en 1987, el destino giró. Con la producción de Padilla, los estudios Siboney de la EGREM (Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales) vivió un acontecimiento histórico:

Salió a la luz, el fonograma La música de Pepe Sánchez, disco negro que en fechas recientes ha sido rematrizado en formato compacto.

Tributaron sus voces en la ocasión las hermanas Martí y las hermanas Junco, el inolvidable tenor Daniel Vázquez, el Cuarteto Patria y el Coro Madrigalista.

Otro dato curioso: Allí aparece Tristezas, pero no con ese nombre… sino como Me entristeces, mujer. Había tratado tanto el registro de los derechos de autor que ya había una canción con ese nombre.

¿Padilla, y le pudo enseñar el disco a su padre?

“Ya te dije, nunca creyó en el disco hasta que se lo enseñé. Recuerdo ese día. Quedó enmudecido, lelo. Y gruesas lágrimas corrieron por su rostro… un rostro de 98 años. Creó que murió con esa alegría, no había sido en vano toda su lucha.”

Es la increíble historia de cómo se salvaron de la memoria oral, la obra del creador del primer bolero, Pepe Sánchez.

¿Cuánto se habrá perdido para siempre de toda aquella larga casta de trovadores?


Notas

[1]. Jaime Rico Salazar: Cien Años de boleros, 5,.edición, Bogotá, Centro Editorial de Estudios Musicales y Academia de Guitarra Latinoamericana, 1993, p.20.
[2] Odilio Urfé: Notas al disco La música de Pepe Sánchez, EGREM, 1987
[3] Helio Orovio: Diccionario de la música cubana: biográfico y técnico, 2, edición corregida y aumentada. Editorial Letras Cubanas, 1992, p. 60.




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