martes, 17 de junio de 2008

LA DIVERSIDAD SEXUAL y LOS MEDIOS EN CUBA (2) ¿Permiso y perdón por amar?

Ileana Rosabal

Rey:

Estoy muy orgullosa de poder decir lo que tantas veces he planteado en círculos de amigos, de colegas, en mis aulas de clases y en los cine debates. Creo que hay muchas personas pensando en una sociedad mejor y es ahí donde se inserta este necesario debate.

Lo primero que voy a decirte es que las intenciones del CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual) y de otras instituciones de educación y de salud cubanas respecto al tratamiento de las cuestiones sobre la diversidad sexual y la orientación sexual son dignas de elogio, nadie podría dudarlo. Ahora bien, es un reto para todos. El tema sigue siendo álgido y continuará siéndolo por mucho tiempo más porque falta un mejor abordaje del asunto. Es decir, los temas de la homosexualidad y de la homofobia en particular, continúan planteándose de una manera incorrecta muchas veces.

Para empezar son dos caras de una moneda y por tanto no pueden ser analizadas ambas a la vez: una cosa es la perspectiva del gay y otra la de quien le rechaza. Hay que buscar las esencias en uno y otro caso, yendo a las causas de sus comportamientos, mostrándoles en su realización o frustración, planteando -con los mecanismos propios del arte, no de la propaganda-, los dramas de ambos seres humanos atrapados cada uno en una realidad que muchas veces es difícil de sobrellevar.

En el caso de la homosexualidad, debe dejar de ser planteada como un suceso por comprender. No se trata de alfabetizar emocional ni humanamente a los demás respecto a eso; demos por sentado que es una conducta normal y los demás lo asumirán como tal. Si le manejamos todavía con patetismo estaremos perpetuando su incomprensión. Si planteamos historias donde el gay, la lesbiana, el bisexual, el trasvesti o el transexual son víctimas seguimos haciéndolo en la vida real por imitación de esos patrones.

Tal como yo lo veo, estamos –insconcientemente- decretando una intolerancia a través de la lástima, de la conmiseración, del convencimiento de algo que no necesita ser demostrado. Es como querer convencer a los demás de la igualdad entre negros y blancos a estas alturas.

Partamos de un pensamiento superior, admitamos que el público medio tiene esa capacidad de tolerancia que pretendemos y así será. Almodóvar no da explicaciones, no pide permiso ni perdón cuando plantea sus historias llenas de una profusa humanidad, y muchos le siguen y son cada vez más porque este artista ha encontrado el tono y el encuadre exacto del asunto, de eso se trata.

Vayamos al centro, al transcurso, in media res como decían los griegos; lo demás es esperar que naturalmente se vaya incorporando esa diversidad como norma, cambiemos la plantilla mental con patrones superados.

Nuestras telenovelas no han llevado bien el tema ni del homosexual ni del censor porque dramatizan; porque no ahondan en la verdadera humanidad de la gente; porque siguen pidiendo permiso y perdón por amar –qué cosa más ridícula-; siguen en el mismo tono y con los mismos baches dramatúrgicos, llegando, desde luego, a embotar el sentido común con los mismos esquemas que reiteran la vieja conducta de ¨tratar de convencer¨ una y otra vez.

El arte, los medios, están ahí para construir el futuro, para diseñarle con propuestas que superen la miseria cotidiana. Si exportamos fastuosas viviendas en una población que carece ahora y en su mayoría de medios efectivos para tenerlas, es porque aspiramos no sólo a vender una imagen más próspera de Cuba sino también porque deseamos en lo profundo que así sea. Entonces, no pretendamos convencer, mostrémonos convencidos.

Talento no falta en nuestros escritores, asesores y directores de programa, lo que falta muchas veces es un cambio esencial de perspectiva, de autoperspectiva, y sobre todo honestidad, valentía y reprogramación a todos los niveles de lo que es la verdadera tolerancia.

Rey, tendría mucho más que decir, pero basta para abrir un debate si a otros les interesa Puedes utilizar mi nombre, obviamente. Gracias a ti por permitirnos este espacio de polémica. // Un abrazo, Ileana Rosabal

(VER fotografía y MÁS sobre la autora en http://laislaylaespina.blogspot.com/2008/04/escrituras-del-lmite-el-libro.html )

2 comentarios:

La Polilla Cubana dijo...

Creo que Ileana ha dado con el justo punto de análisis!! No soporto cuando alguien dice "Un invertido" ¿andan de cabeza acaso los homo o bisexuales?? o cuando dicen "a mi no me importa "su problema" o como oi un dia refiriéndose a una joven lesbiana "esa todavía puede salvarse" y la chica se viro y respondió "¿y a ti quien te dijo que yo quería "salvarme"?
LA DIVERSIDAD SEXUAL ES UN DERECHO INTRINSECO DEL SER HUMANO, POR LO QUE SUCEDE Y YA. Nadie cuestiona a quien prefiere a los viejos o a los jóvenes -lo ms rien un poco con aquello de la "titimania".
Pienso tambien que el grupo homo o bisexual tiene que aprender a respetar al otro porque igual que hay racismo del negro para el blanco, hay homos que desprecian pro rechazo a los heterosexuales...
No puede haber esa mirada de lastima o de ser "civilizado" porque ¡¡aceptas!! a los homo sexuales! ¿eres Dios acaso para "otorgar" tu beneplacito? Ya lo dijo Marti: "Todo lo que divide a los hombres, todo lo que especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad"
Creo que simplemente, debemos promover leyes que protejan a la pareja gay, y dejarlos vivir. Es a lo que aspiramos.

Rafe58 dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario anterior aunque podría añadir que una alta cuota de responsabilidad recae en quienes a través en los medios (radio y TV, además del cine, fundamentalmente)tienen la sartén por el mango, es decir, los directores de programas, evaluados en la categoría de "artistas", y no dudo de ellos ni de quienes les evalúan. Pero... ¿Cómo comprender a quienes escriben (y a quienes "asesoran" esos textos), a quienes dirigen programas (y a quienes les dirigen desde estratos más altos) cuando los personajes con inclinaciones sexuales "diferentes" (¿acaso para algunos, efectivamente, son anormales?) aparecen como causantes de disímiles problemas en el hogar y en otros ámbitos sociales? Lógicamente, la mirada acusatoria va a predominar entre quienes reciben el producto. El análisis con los realizadores se impone, y tampoco es imponerle normas. Pero si tratan el tema... que lo hagan bien, sin esteotipos, con respeto, sin poner al "otro" o a "la otra" como el malo que debe recibir castigo, aparezca o no su "merecido" en el material. Esas conductas de los medios se transmiten, se copian, aparecen en nuestros hogares. Las leyes, en verdad, hacen falta,. respaldo que aparezcan, y cuanto antes mejor; pero no basta sólo con ellas. Unámonos pues y evitemos el pecado y la infelicidad.